La entrada en vigor de la norma contable IFRS-9 el próximo 1 de enero de 2018, que modifica de forma significativa el mecanismo de reconocimiento de provisiones ante potenciales pérdidas, está sacando a la luz el reguero de créditos dudosos que atesoran en sus balances las entidades financieras.

Tanto los de mayor enjundia como esos otros de un valor nominal más reducido, ligados a pequeños préstamos al consumo sin garantía, otros créditos personales con algún colateral y, también, carteras de activos inmobiliarios adjudicados de un importe superior.

Acelerado cambio de manos

Préstamos que, en los últimos años, han cambiado de manos en un volumen importante hacia empresas especializadas que, primero, se encargan de ayudar a las entidades financieras en la gestión del cobro de deudas pendientes y que, con posterioridad -ya con el crédito dado por fallido- son las que suelen quedarse con la titularidad del préstamo.

“El negocio de la banca no es recobrar deuda y cuando la regulación les aprieta no les queda otra que traspasar estos activos”, comenta a EL ESPAÑOL David Martín, uno de los directores generales de la filial en España del fondo noruego Axactor.

Desembarco en España de la noruega Axactor 

En dos años de presencia en nuestro país, esta empresa ha logrado quedarse con 970.000 expedientes crediticios valorados en un nominal de unos 10.600 millones de euros, por los que Axactor habría desembolsado unos 4.000 millones a entidades como Santander, BMN, Unicaja o Caja Rural del Sur, entre otras.

De cara al próximo ejercicio, las perspectivas de la filial española del fondo noruego son todavía mejores. “Hemos elaborado unos presupuestos para 2018 con un crecimiento de al menos un 30%”, confirmaba Martín a este periódico. Buena parte de este aumento del negocio procederá de los actuales 5.000 millones de euros en recobros que, de momento, Axactor se encarga de gestionar para los bancos.

Última operación con Bankinter

La última operación de compra, cerrada esta semana con Bankinter, consta de los tres segmentos en los que opera la empresa de origen noruego. Una cartera de 11.000 créditos fallidos no garantizados por un nominal de 300 millones de euros, otra de 150 fallidos garantizados con un valor nominal de 94 millones, y una tercera de 450 activos adjudicados valorados en 40 millones.

Un total de 434 millones de euros de importe nominal por los que Axactor habría pagado a Bankinter unos 200 millones, tras aplicar los descuentos medios que explica el responsable de la gestora. “Los préstamos al consumo sin garantía se adquieren con un descuento de entre el 50% y el 60%, con los garantizados con algún colateral la rebaja es menor, bajando incluso al 40%, y, en el caso de los Reos [activos adjudicados] el descuento también puede elevarse hasta el 60%”, apunta Martín.

A partir de aquí, la casuística de cada crédito es abundante. “La vida de un deudor es muy volátil, alternándose épocas en las que las cosas no van bien con otras con mejores condiciones económicas”, aprecia Martín, uno de los dos country manager del fondo en España, junto a Andrés López.

Plan de negocio a 15 años

En el caso de Axactor, a diferencia de lo que sucede con otras gestoras que buscan entrar rápido en el negocio e irse en cuanto pueden, su modelo de negocio es a muy largo plazo. “Nuestros planes de negocio son a 15 años”, reconoce David Martín.

Un periodo en el que “utilizamos muchas palancas que los bancos no utilizan, desde cartas, mensajes y otras vías amistosas que buscan posibilitar un pacto para el pago de la deuda, con quitas incluidas, antes de ir a un procedimiento legal para recuperar la deuda en los tribunales”, explican los responsables de la gestora en España del fondo noruego.

Antes de la operación con Bankinter, Axactor había cerrado este año tres operaciones en España, dos con Santander y una con Banco Mare Nostrum (BMN). Cerrará una última la semana próxima con un nuevo acuerdo con Unicaja -en diciembre de 2016 se quedó con 100.000 créditos fallidos a particulares y pymes, valorados en 450 millones de euros-, por el que pagará algo más de 100 millones por un paquete de inmuebles de la entidad andaluza valorados en libros en unos 3.900 millones de euros.