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A los leones

16 octubre, 2017 02:11

Unipost, nefasta gestión y la mirada puesta en el proceso independentista

Un ERE para toda su plantilla en España: 2.200 trabajadores. Ese ha sido el resultado de la gestión de Antón Raventós al frente de Unipost. Ni siquiera la administración concursal ha podido dar la vuelta a la grave situación en la que se encuentra la empresa, con una deuda cercana a los 50 millones de euros.

Los sindicatos hablan de "nefasta gestión", y no esperaban el resultado después de que en los últimos años la compañía haya presentado ya diversos expedientes de regulación para ajustar su plantilla y, de que a principios de 2016, lograra un acuerdo con la banca para refinanciar su deuda. Urgía enmendar la situación. No en vano, Unipost presta servicio a 15.000 clientes, cuenta con 65 oficinas y 143 franquicias, que manejan cada año 600 millones de envíos.

Pero la gestión de Raventós no solo no ha logrado levantar la situación económica de la empresa, sino que ha sido criticada en los últimos años por vincular a la compañía con el proceso independentista. El pasado mes de septiembre, la Guardia Civil se incautó de abundante documentación relacionada con el censo del referéndum del 1-O. Y en 2014, Unipost también fue requerida por la Fiscalía para que informara sobre su contrato con la Generalitat para el servicio de buzoneo de la propaganda del 9-N.

Joan Vallvé, la ideología y el dinero no siempre pueden ir unidos

El vicepresidente de Òmnium Cultural, organización cultural ligada al independentismo de Cataluña, se ha encontrado con que una cosa es predicar y otra dar trigo. La Caixa d'Enginyers, de cuya fundación es patrono, se mostraba hace unos días partidaria de aguantar en la región porque "se encontraba inmunizada de las reacciones de los mercados ante hechos políticos, sociales o económicos". 

Una declaración que fue interpretada en el mundo de la independencia como una posición de fidelidad al Govern. Sin embargo, el pasado 10 de octubre hubo que rectificar. De apostar por Cataluña pasaron a asegurar que "no descartaban ninguna opción para permanecer en la eurozona y formando parte de las entidades supervisadas por el Banco Central Europeo (BCE)"

De hecho, su posición en Òmnium Cultural le ha obligado también a dimitir de su puesto de consejero de GVC Gaesco Beka Finance para evitar interferencias en el negocio familiar. La sociedad de valores que gestiona su hermana, cambiaba esta semana la sede de Barcelona a Madrid. Una decisión que, desde el grupo, desvinculan del proceso político que se vive en estos momentos en Cataluña; sin embargo, han optado por poner pies en polvorosa y prescindir de Joan Vallvé para que no hubiera ningún tipo de dudas. 

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