El cava de la familia Raventós se ha independizado del independentismo y ha mostrado la espalda al desafío encabezado por Carles Puigdemont, dejando claro que Codorníu SA se ha llegado a plantear también cambiar la sede social en caso de que se produjese una declaración unilateral. Asimismo, hablan del "riesgo económico global" del escenario actual. 

La compañía habla con claridad de "la situación de crisis política que vive España", elevándose por encima del regionalismo. Lamenta "la presión a la que nos vemos sometidos como empresa catalana" y critica "los comentarios inciertos que se difunden perjudicando seriamente la imagen de nuestra compañía".

"Esperamos no tener que llegar a ello, pero, si se produjese la declaración unilateral de independencia, cambiar nuestra sede social es una opción que nos hemos planteado", afirma literalmente en un comunicado, en el que recuerda que "somos una empresa catalana y también española, la más antigua del país, desde 1551".

"Desmentido por activa y por pasiva"

La compañía sacó muy tocada después de la investigación de la empresa postal Unipost y su participación en el 1-O. Antón Raventós, que estaba al frente de dicha empresa postal -hoy bajo administración concursal- durante el 9-N, fue apoderado de Codorniu SA y de otras empresas de su matriz, Unideco, como Raimat y Bodegas Bilbainas, entre 2002 y 2009.

Pero hoy, la compañía se desmarca del 'procés' con claridad. "Se nos ha unido al independentismo sin que Codorníu tenga nada que ver en este proceso político, ni en ninguno otro. Lo hemos desmentido por activa y por pasiva. Queremos repetir bien claro que nosotros no hacemos política, ni queremos, ni nos corresponde, porque para ello están las instituciones y los foros adecuados".

La compañía recuerda que la crisis "afecta indirectamente a todos los empleados, clientes, proveedores y colaboradores que trabajan con nosotros repartidos por toda la geografía española" y considera "inconcebible" que empresas catalanas, con "ánimo de generar empleo y riqueza en todo el país", tengan que "pagar las consecuencias de esta situación".

Por último, reconoce que su responsabilidad empresarial pasa por "poner sobre la mesa el riesgo económico global que existe ante el escenario actual".

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