Un joven luce unas gafas de sol, en una imagen de archivo.

Un joven luce unas gafas de sol, en una imagen de archivo. EFE

Empresas Distribución

Más allá de Hawkers: las otras gafas que quieren crecer ‘online’

Decenas de marcas españolas tratan de hacerse un hueco a través del comercio electrónico.

1 octubre, 2017 02:41

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Nadie niega que Hawkers haya supuesto una revolución en el sector, con una trayectoria vertiginosa en la que priman los ingredientes de gafas baratas, cero intermediarios y gran campaña en redes sociales. No en vano, cerró el ejercicio de 2015 con algo más de 25 millones de euros de ingresos netos. Pero no son los únicos.

Decenas de marcas españolas, nacidas antes o poco después que la líder, tratan de aprovechar las ventajas del comercio electrónico y la -cada vez mayor- influencia de las redes sociales. Eso sí, hay que tratar de diferenciarse entre el resto.

Es el caso de la madrileña Carrighan, que nació entre cinco amigos (dos pilotos y tres empresarios) con ganas de sacar adelante un proyecto. La marca, que ha cumplido dos años, quiso ser distinta vendiendo gafas de sol sin montura que fabrican en Hong Kong. Un éxito en redes sociales. Gracias a los contactos de uno de los fundadores, Toño Cembranos, distintas personalidades iban probándose las gafas y compartiendo las fotografías ("Sin compriso", asegura Toño) en sus redes. El fenómeno influencers hizo el resto.

"Hemos tenido muchísima suerte con la gente que nos ha ayudado", explica este fundador. Durante los quince primeros días tras su lanzamiento vendieron 1.000 unidades de gafas. Hoy son en la compañía cinco trabajadores, pero ya no se conforman solo con la venta online -como también le ha pasado a Hawkers-. En este sentido, cuentan con 100 puntos de venta físicos, entre ópticas y tiendas multimarca. "Nos llamaban y preguntaban por las gafas, porque querían venderlas", asegura Toño.

En estos dos años, calculan haber vendido 17.000 gafas y señalan que han facturado 500.000 euros en 2016. "Todo para reinvertirlo en stock y publicidad", dice el fundador, que explica que conservan sus puestos de trabajo fuera de la marca porque Carrighan es "un hobby, se trata de disfrutarlo".

Gagas graduadas 'online'

También Lord Wilmore lleva desde 2012 tratando de ser diferente. ¿Cómo? Vendiendo gafas graduadas a través de internet. Piden al cliente que acuda a un óptico titulado -que colabora con la marca- y con esos datos ya pueden prepararlas. "Mandamos a casa el modelo y pueden probarlo, bajo fianza", aclara el responsable de comunicación de la marca en la que trabajan diez empleados, José María Sabater.

Aunque reconoce que hay que sobrepasar una "barrera de confianza", sobre todo al ser gafas graduadas, apunta que hay una ventaja muy clara: "El precio que ponemos es el que hay, al no haber intermediarios es mucho más barata que en una tienda", asegura.

Según sus cuentas remitidas al Registro Mercantil, Lord Wilmore facturó cerca de 90.000 euros en 2015. Aunque de momento su presencia es solo online, han abierto un showroom en Madrid donde los clientes pueden ver, probar y comprar las gafas. "Tenemos previsto tener algo más de presencia física, quizá con algún córner", reconoce.

Ecológicas y solidarias

Gafas ecológicas, con un 5% de cada venta dedicado a un proyecto social y con casi la mitad de las ventas internacionales. Es la esencia de Parafina, que renació en 2014 -era una pequeña marca de camisetas- especializándose en gafas de sol. Tampoco habrían entendido su crecimiento sin las redes sociales. "Ha sido orgánico, son los propios clientes los que nos recomiendan", asegura Samuel Santos, uno de los socios.

Aunque no desvelan su facturación, indican han vendido unas 250.000 unidades de gafas, contando con las gafas que producen también para otras marcas. Ahora, por ejemplo, lo hacen para Chupa Chups, la compañía para la que han diseñado una edición limitada de 10.000 unidades.

Como les ocurrió a Carrighan, desde Parafina cuentan que su presencia en tiendas físicas comenzó en el verano de 2015. "Nos pedían vender nuestro producto", apunta Santos. Hoy, sus ventas proceden a partes iguales del canal online y offline.

De hecho, este es uno de los pasos naturales. A pesar de la proliferación de la venta online, "todas las empresas acaban teniendo un movimiento de retorno hacia el canal físico para lograr ampliar su cartera de clientes", explican a este periódico desde la Asociación Española de Fabricación, Comercialización e Importación General de Óptica y Oftalmología. De dos formas: con tienda propia o a través de las ópticas.

La oferta es variada y las marcas se multiplican; queda por saber cuál sobrevivirá si la demanda se mantiene.