El éxito de la serie de HBO Juego de Tronos ha creado un fenómeno paralelo, la búsqueda de conocimiento dentro de sus tramas. El hecho de que la historia tenga como base el choque entre distintos tipos de liderazgos ha provocado que muchos expertos en la materia, o incluso el líder de Podemos, Pablo Iglesias, utilicen la ambientación de Poniente para transmitir mensajes.

Se han publicado libros sobre Juego de Tronos y la filosofía, la política, los negocios y la estrategia, la cocina, la historia, la gestión de proyectos o la ciencia -con especial atención a la ciencia del incesto y de la muerte por oro derretido-.

En la última temporada de la serie, nos encontramos con algunas lecciones que pueden servir de algo a los directivos que la sigan puntualmente. Lo que viene a continuación incluye spoilers de las tramas de todos los episodios de la séptima temporada:

Identifica correctamente a la competencia

El peor error de los protagonistas de Juego de Tronos durante toda la serie es que todos los bandos pelean entre sí y no tienen en cuenta que hay otro enemigo mucho más peligroso en el horizonte. Como las emisoras de taxis antes de la llegada de Uber o los operadores de telecomunicaciones con los SMS antes de la irrupción de Whatsapp.

Daenerys o Cersei pasarán buena parte de la temporada dudando de lo que les intenta explicar Jon Snow, que aunque es otro de sus competidores naturales, sí es consciente de la amenaza: si no cambian su forma de trabajar no sobrevivirán.

Porque su rival no está sometido a la misma regulación, tiene una gran resiliencia, una organización disciplinada y muy jerárquica, y una sorprendente capacidad de conseguir usuarios y fidelizarlos con un coste de adquisición bajísimo. Para colmo, tiene mucha facilidad para captar talento de la competencia.

Prepárate para cambios bruscos en tu entorno competitivo

Durante las siete temporadas de Juego de Tronos, los protagonistas han sido plenamente conscientes de que llegaba el invierno. Sabían que iba a producirse un cambio de ciclo y, aún así, han preferido acometer inversiones improductivas, con movimientos muy agresivos en el mercado, en lugar de asumir estrategias defensivas y proteger sus respectivas posiciones.

El Juego de Tronos, tal y como lo entiende Cersei, pasa por conseguir a cualquier precio el liderazgo de la organización (el Trono de Hierro) y controlar sus filiales (los Siete Reinos). Pero las batallas internas en una empresa sometida a un cambio inminente de paradigma pueden suponer su desaparición.

Supera el dilema del prisionero

El modelo más famoso de la teoría de juegos es el dilema del prisionero. Es el caso que demuestra que dos personas pueden no cooperar incluso si ello va en contra del interés de ambas.

En la última temporada hemos visto claramente que la decisión correcta para todas las partes es cooperar contra los caminantes blancos, pero nada demuestra que vayan a hacerlo porque ninguna de las partes puede confiar en las otras y en todos casos existe el riesgo evidente de que la cooperación lleve a traición.

En este caso Poniente pide a gritos un equilibrio de Nash. Todos los jugadores deberían poner en marcha una estrategia que maximizase sus ganancias teniendo en cuenta las estrategias del resto, desincentivando cambios bruscos en las modificaciones de sus planes respectivos.

¿Un ejemplo de equilibrio de Nash? Las subidas de precios, o al menos las no bajadas de precios de los operadores de telecomunicaciones. Si todos llevan a cabo una política de no bajar las tarifas o ir subiéndolas y ninguno se embarca en una guerra de precios, todos salen ganando. ¿El gran problema? Que las organizaciones en Juego de Tronos no son exactamente jerárquicas y que prácticamente todos los participantes tienen sus agendas respectivas y raramente coinciden con las de sus compañías.

Esto se denota, especialmente, en el último episodio de la temporada, en el que Cersei se enfrenta al dilema expuesto y tiene que buscar una salida. Curiosamente, hace lo mismo que Orange hace unos años cuando Movistar y Vodafone cancelaron o redujeron drásticamente los subsidios de terminales. En aquel momento lo lógico para la operadora francesa hubiese sido cancelarlos también, y era lo que esperaba el mercado. Orange, a diferencia de Cersei, no mintió sobre lo que haría. Pero nadie se esperaba que se saltase la 'disciplina'. ¿Le funcionó? Hoy es el segundo operador nacional. 

 

Aprovecha la tecnología y ten una estrategia clara de I+D+i

El escenario dibujado por George R.R. Martin en sus libros dibuja un escenario relativamente estable que se ve alterado por un factor interno y otro externo. El interno es la muerte de Robert Baratheon, con los movimientos subsiguientes que desata. El externo es la recuperación de la magia, con la irrupción en el norte de los Caminantes Blancos y la aparición de dragones de la mano de Daenerys Targaryen, amén de fenómenos menos llamativos como la recuperación de los poderes de las sacerdotisas rojas.

En esta temporada, después de mucho tiempo ignorando dichas novedades, los distintos actores del mercado han empezado a hacer uso de ellas. Daenerys ha empezado a desplegar los dragones de manera proactiva, Jon y Beric Dondarrion han probado los nuevos modelos sanitarios del Dios de la Luz y Bran... Bueno, Bran está utilizando sus recién adquiridos poderes para comportarse como un cretino, aunque es previsible que en algún momento los utilice de forma productiva. O dramática.

Mientras el resto de agentes se limitan a aplicar la innovación, Cersei ha puesto todos sus esfuerzos en la investigación y el desarrollo. Su director de IT, Qyburn, es un dropout de la Ciudadela muy capaz de pensar desde fuera de la caja. Ha sabido encontrar nuevos usos al fuego valirio y está reaccionando a los acontecimientos con el diseño de herramientas nuevas, como el escorpión matadragones o la Montaña-zombi.

Rodéate de asesores competentes y confía con precaución

El trato con los consultores por parte del líder y el distinto papel que ejerce cada uno de ellos es uno de los temas principales de Juego de Tronos. Daenerys ha sido, sin duda, la que se ha rodeado de los asesores más competentes y, en apariencia, también de los más fieles.

Todos ellos comparten una característica y es la ausencia de parentesco. Frente a un escenario de empresas familiares que confían demasiado a menudo en la opinión de gente involucrada sólo en la organización por lazos de sangre, y que además ejercen su rol por puro nepotismo, Danerys ha optado por una verdadera estrategia de captación de talento sin tener en cuenta los orígenes del mismo.

Esto le ha permitido quedarse con un empleado altamente motivado y con una devoción incansable (Jorah Mormont), un experto en networking con mucha experiencia en puestos similares (Varys), un antiguo empleado de la competencia con un conocimiento profundo de sus políticas corporativas e inteligencia suficiente como para adaptarlas a su nueva compañía (Tyrion), un experto en la búsqueda de soluciones poco convencionales (Davos) y una gestora de comunidades con conocimiento en muchos idiomas que hace de interfaz con sus bases (Missandei).

Para colmo, Daenerys introduce evaluaciones 360º, dado que expone constantemente su liderazgo a la crítica y anima a que sus distintos asesores hagan lo mismo. La retroalimentación es constante en su organización.

Asimismo, la llamada Rompedora de Cadenas no ha dudado, a lo largo de su trayectoria, aprovecharse de las ventajas de la colaboración público-privada y firmar un acuerdo de externalización con los Cuervos de la Tormenta. Y eso por no hablar de los esfuerzos de internacionalización de su negocio a Poniente, que ha venido desarrollando en los últimos episodios con la apertura de una primera franquicia en Rocadragón y la búsqueda de nuevas oportunidades de expansión.

Mantente firme en tus objetivos

Cersei había emprendido tres empresas anteriormente, siempre con el mismo socio. Algunas de ellas duraron varios años, pero todas terminaron fracasando. En esta temporada, la vemos dispuesta a abordar un cuarto emprendimiento con el mismo socio. De nuevo, con el objetivo de que sea una empresa muy familiar.

Ha logrado llevar el mensaje de las startups sobre el fracaso, con la constante necesidad de reponerse de los fallos y aprender de ellos, a su propia maternidad. Es un enfoque poco habitual y difícilmente encomiable, pero desde luego es llamativo.

Aprende de tus errores

Su padre, Tywin, dijo de Cersei al principio de la serie: "No es que no confíe en ti porque seas mujer, no confío en ti porque no eres tan inteligente como crees". Desde entonces, ha cambiado aspectos clave de su personalidad a partir de experiencias pasadas y ha demostrado notable eficiencia en el cumplimiento de sus objetivos principales.

Su actitud emprendedora, su resistencia a mantenerse en un rol secundario por razón de su género, su comprensión notable del mercado y su capacidad de anticiparse a los movimientos de sus rivales son cualidades necesarias y no han hecho más que aumentar episodio a episodio.

Rechaza el machismo

Pese a tratarse de una sociedad de tintes medievales, el papel de la mujer en las tramas es sobresaliente. Y si una estrategia ha demostrado ser poco efectiva ha sido la de despreciar el rol de las mujeres.

Actualmente, nos encontramos con una regente en el norte, una reina en Desembarco del Rey, una aspirante al trono en Rocadragón, una lideresa en Altojardín, una aspirante a reina que las pasa canutas en Pyke, a la dominatrix de Dorne encerrada en una mazmorra y a la única heredera de la Atalaya Aguasgrises, Meera Reed, que vuelve a su hogar tras ser crucial para la supervivencia del Cuervo de Tres Ojos.

El peor error de uno de los protagonistas, Samwell Tarly, en lo que va de temporada, ha estado en ignorar las revelaciones descubiertas por su compañera, Elí (Gilly en la versión original). Un caso de mansplaining de manual que conviene desechar de las prácticas habituales de la empresa.

Cree en la formación continua y preserva la cultura corporativa

Pese a este error, Samwell Tarly es un elemento fundamental para la empresa de Jon Snow. Su constante devoción por el estudio, ridiculizada por su padre y su hermano, resulta capital para la organización desde el primer momento, con numerosas revelaciones obtenidas de los archivos históricos de la corporación.

Samwell es uno de los pocos personajes que entiende la necesidad de bucear en la documentación interna de la compañía y, lo que es más importante, de buscar formas innovadoras de aplicar sus descubrimientos. Por ejemplo, es el primero en darse cuenta de que existe una cura para la soriagrís, y la aplica pese a las resistencias culturales de la academia. Al igual que Qiburn, termina saliendo de la misma al no ser capaz de soportar sus estrictos límites.

Asimismo, Samwell es el paradigma de las ventajas de aceptar la diversidad en las organizaciones y evitar el bullying. Su forma de ser, radicalmente diferente a la del resto de guardias de la noche, termina convirtiéndole en un activo crucial. Es Jon Snow quien, desde el principio, entiende que esa diferencia puede jugar en su beneficio. Y tiene razón. No sólo consigue descubrir una ventaja competitiva frente a la competencia (el vidriagón), sino que además es el desencadenante de la elección de Jon como Lord Comandante. No está mal para Lord Cerdi.

Lidera con el ejemplo

El liderazgo de Jon Snow está heredado del de su padrastro, Ned Stark, quien desde el principio dejó claro que ningún directivo debe pedir a uno de sus trabajadores que haga algo que él no haría.

Desde entonces, Snow se ha ganado el respeto de su organización inspirando con el ejemplo y mostrando una notable incapacidad de delegar en los momentos clave. En esta temporada le hemos visto imponer su criterio en dos ocasiones, en la delegación para convencer a Daenerys de la amenaza que suponen los caminantes blancos y en la partida de caza.

En el primer caso, estaba clara la necesidad de su intervención. En el segundo, sobre el papel parecía que la partida enviada era suficiente, pero la intervención de Snow resulta esencial para que llegue a buen término, por agridulce que resulte finalmente.

Cuida tu deuda y preserva tu scoring crediticio

La situación de Cersei Lannister con el Banco de Hierro es delicada. Los bancos se han cansado de su acreedor y la flamante reina puede verse sometida a importantes tensiones de tesorería. Consigue salvar la jugada llevando a cabo una operación corporativa hostil contra Altojardín que le permite no sólo zanjar su deuda sino también poner las bases para futuras refinanciaciones.

Para ello, Cersei se apalanca en el magnífico rating de los Lannister, una compañía cuyo lema, directamente, es que siempre paga sus deudas. El sueño de cualquier director financiero. Por más que tensione la relación con su fuente de financiación, mantiene un contacto cercano con ella, está dispuesta en todo momento a explicarle sus estrategias y hace que se embarquen con ella en el negocio, convirtiéndoles más en socios que en meros prestamistas.

Su forma de criticar además a su principal rival y apalancar el "efecto Podemos", dando por hecho que las estrategias comerciales de Daenerys penalizará la actividad de las entidades, es brillante.

Y, si puedes, consigue un avión privado

Daenerys ha demostrado que tener un transporte aéreo dedicado le permite acometer en persona determinadas operaciones con ventaja sobre sus rivales. Quizá un avión privado no permita al moderno directivo chamuscar a la competencia, pero gritar 'Dracarys' a quienes sí tienen que aguantar colas siempre es una opción.