Después de años negros, la recuperación de la inversión en energía renovable pone de nuevo al sector en la picota de los analistas. La acción de Gamesa sirve como reflejo de las turbulencias que han vivido las empresas del sector renovable en el último lustro.

Desde los 34 euros a los que llegó durante el boom de las renovables, la acción del fabricante vasco de aerogeneradores tocó fondo en julio de 2012, a un euro el título. Este lunes, esta nueva Gamesa ya fusionada con el negocio eólico de la alemana Siemens cotizaba por encima de los 18 euros por papel. Han sido cinco años convulsos para el sector, tanto dentro como fuera de España, en los que el destino de la firma lo han marcado tanto su reestructuración como el ciclo del sector, como le ha pasado a otras firmas.

La revalorización de sus títulos es la mayor en el período entre las empresas del Ibex 35, más de un 1.300%, muy por delante del 119% de Iberdrola o del 97,5% de Acciona en el mismo período. Si en 2012 llegó a valer 300 millones de euros, hoy su capitalización alcanza los 12.400 millones de euros. El consenso de los analistas consultados por Bloomberg apuesta por comprar los valores de Gamesa, a los que dan un potencial de retorno del 21,6% y estiman que en los siguientes doce meses podría superar los 22 euros por acción.

Al cambio de ciclo del sector renovable se sumó una crisis de crédito, explica a EL ESPAÑOL Álvaro Navarro, analista de Intermoney Valores SV, que recuerda que todas las compañías del sector, como la danesa Vestas, se llevaron un golpe. “En esos momentos Gamesa tenía una estructura de costes mucho más alta que ha ido racionalizando en estos años”, sostiene.

. E.E.

Entre 2012 y 2013, la acción de Gamesa acusó el parón de España y el freno a las renovables en Estados Unidos, uno de sus principales mercados, con la congelación durante un año del programa de PTC (Production Tax Credits) por el cual reciben fondos públicos por la producción de energía, señalan analistas expertos en el sector.

Aunque con altibajos, los títulos de Gamesa empezaron a recuperarse a finales de 2013. “Han coincidido dos cosas”, señala Navarro, “el retorno al crecimiento del sector y que salimos de la crisis de crédito y que compañías como Vestas y Gamesa adoptaron medidas para lograr una operación mucho más eficiente para poder mejorar los márgenes”. En esta transición, el analista destaca la labor del anterior consejero delegado de Gamesa, Ignacio Martín, al que sustituye ya Markus Tacke.

Con la mira puesta en el 3T

La próxima semana, Siemens Gamesa presenta los resultados de su tercer trimestre fiscal, el primero como fusionada. Para los expertos, serán clave para ver los márgenes y si esta nueva Gamesa está en posición para cumplir lo prometido: plantar cara a su mayor rival, la danesa Vestas, en tamaño y márgenes.

La fusión, efectiva desde el pasado abril, dio lugar a un líder global en la industria eólica, con presencia en más de 90 países, capacidad industrial en los principales mercados eólicos y una base instalada de 75 gigavatios (GW), según indicó la compañía. La nueva firma, que combinada opera una cartera de pedidos valorada en unos 21.000 millones de euros y un Ebit (beneficio antes de intereses e impuestos) ajustado de 1.100 millones, espera lograr sinergias por 230 millones. Dos tercios de este monto, unos 150 millones, serán sinergias en costes y el resto en ingresos. Este es uno de los puntos clave en el horizonte de la nueva compañía, señala el analista de Intermoney Valores SV, al igual que “la estructura financiera que desea tener el grupo, dado que hasta ahora el perfil de Gamesa era muy conservador”.

Para los expertos, otro de los retos en la integración de ambas compañías es ver cómo va a competir con Vestas vendiendo dos tecnologías que no son exactas: Siemens aporta la tecnología offshore en la que Gamesa, especializada en onshore, tiene una presencia marginal. “Es muy importante conocer bien este negocio y sus perspectivas”, subraya Navarro.

Para el analista, la publicación del plan estratégico de la nueva compañía será clave para afinar las perspectivas, pero no se conocerá hasta octubre, cuando cierren el año fiscal. “El plan de Gamesa estaba muy claro, Siemens Wind Power al final era una filial dentro del holding alemán, por lo que tampoco había tanta información detallada sobre su actividad como fabricante de turbinas”, indica. Antes de que los analistas puedan echar mano al plan estratégico se espera que la empresa publique un ‘guidance’ en septiembre que de pistas al respecto.

Según JP Morgan, se espera que los resultados de este tercer trimestre fiscal sean más débiles en órdenes, ventas y márgenes en comparación con el trimestre anterior. El banco estadounidense señala entre sus principales temores la potencial debilidad del mercado indio después de los cambios regulatorios que han afectado a los subsidios y han introducido auditorías. 

Según los analistas de JP Morgan, que no han cambiado sus estimaciones para 2017, los ingresos superarán los 12.100 millones y los beneficios alcanzarán los 725 millones. 

La inversión en renovables se recupera

Durante el segundo trimestre de este año, la inversión en energía limpia a nivel global ha llegado a los 64.800 millones de dólares (unos 56.480 millones de euros), un 21% más que en el primer trimestre y un máximo desde el mismo trimestre de 2016, según los datos de Bloomberg New Energy Finance (BNEF).

Los mercados a los que se dirige la inversión en renovables son, principalmente, Japón, India, México o Estados Unidos, frente a la caída que está registrando Europa (49% menos entre abril y junio de este año comparado con 2016, según BNEF). Pese a esto, el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs apuntó en un informe reciente que las eléctricas europeas invertirán las próximas dos décadas unos 170.000 millones en el sector renovable, alrededor del 40% de su capitalización, con lo que generarán unos beneficios extra de unos 5.000 millones.

La visión positiva del banco estadounidense se apoya en el cambio fundamental del mix de generación energético europeo que deriva de los compromisos medioambientales de la Unión Europea y del Acuerdo del Clima de París suscrito hace casi dos años. Además, no prevé que la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de abandonar el Acuerdo de París sea un riesgo negativo para sus estimaciones.

Por otro lado, la caída de costes para la generación renovable, sobre todo para la eólica, pavimenta el camino para que las empresas del sector sean capaces de realizar nuevos proyectos a precio de mercado, es decir, sin subvenciones públicas a partir de 2023, apunta Goldman, que prevé un aumento anual del 48% en las instalaciones eólicas hasta 2036 y que las empresas “más que dupliquen” las ventas de aerogeneradores en este escenario.

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