El primer paso dado por el Banco Santander tras adjudicarse, por un euro, el Banco Popular ha sido la recompra del 51% de la gestora inmobiliaria Aliseda, el porcentaje que la entidad entonces presidida por Ángel Ron había vendido, en diciembre de 2013, a los fondos Värde Partners y Kennedy Wilson por 815 millones de euros.

Cantidad que contrasta con los 180 millones que la entidad presidida por Ana Botín se comprometía a abonar a los fondos estadounidenses para quedarse con el control total del ‘servicer’ inmobiliario del Popular.

La razón de esta ‘rebaja’ estriba en la asunción por parte del Popular -ya bajo control del Santander- de los 360 millones de euros que restan por pagar de un préstamo firmado por Aliseda con los bancos en noviembre de 2015. Inicialmente, el sindicado fue otorgado por un nominal de 450 millones, pero en noviembre de 2016 se hizo efectivo el pago de un primer vencimiento de 90 millones.

Doble condición de acreedor y deudor en el sindicado

En ese préstamo a Aliseda, el Popular asumía una doble condición de acreedor, al aportar 150 millones de euros, y de deudor, por un importe de 220,5 millones, el equivalente al 49% de su participación en la gestora inmobiliaria. Los fondos, a través de la sociedad luxemburguesa Samana, quedaban como acreedores de los 229,5 millones restantes del sindicado.

Tras la primera amortización de 90 millones y la compra del Popular por parte del Santander, es la entidad financiera presidida por Ana Botín la que asume ese doble papel de acreedor y deudor en este préstamo sindicado.

Deuda bruta de 360 millones

Como acreedor, a los 130 millones del Popular -que aportó un tercio del dinero- suma los 37 millones que Aliseda debe al propio Banco Santander. Y, como deudor, asume los 176,4 millones que adeuda el Popular y los 183,6 millones que debían los fondos.

Un total de 360 millones que, al restar los 167 millones de la posición acreedora, queda una deuda neta de 193 millones de euros. La que realmente tendrá que devolver el Santander al resto de entidades partícipes del sindicado en los cuatro vencimientos que restan, entre noviembre de 2017 y noviembre de 2020, a razón de casi 50 millones anuales.

Acreedores de Aliseda

Tras los ajustes derivados de la compra del Popular por parte del Santander, y al margen  de la entidad cántabra, el listado de acreedores lo encabeza Bankia, con 38 millones y lo cierra el BBVA, con 23. Entre medias, con cantidades pendientes de amortizar entre 30 y 37 millones, figuran el Banco Sabadell, Bankinter y las foráneas ING y Crédit Agricole. Se trata de cantidades basadas en las cuentas presentadas por Aliseda, con datos al cierre del ejercicio 2015.

Para comprobar si ha habido alguna modificación, con posibles ventas de estas posiciones acreedores -el BBVA lo hizo en diciembre de 2015, reduciendo su participación con el traspaso de parte del préstamo a ING y Crédit Agricole- habrá que esperar a que el Registro Mercantil publique las cuentas de Aliseda a 31 de diciembre de 2016.

El préstamo sindicado entre el ‘servicer’ y los bancos se firmó a euribor a 6 meses más un diferencial en función de la ratio resultante entre los más de 500 millones de euros de pasivo y los 171 de ebitda obtenidos al cierre de 2015. Como esa ratio supera con creces los dos puntos, el diferencial a aplicar es del 3,5%.

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