El último informe del Reputation Institute sitúa a la farmacéutica Pfizer como la peor considerada por los consumidores. A diferencia de la mayoría de las compañías analizadas, que mantienen una reputación fuerte, la farmacéutica continúa con una imagen moderada. A la vista del estudio, es patente que el esfuerzo que la compañía ha hecho en los últimos años no ha sido suficiente.

Sergio Rodríguez, el director de Pfizer España desde abril, tiene un reto por delante: combatir la “codicia y arrogancia” de la compañía, como se describe a la firma en el estudio. Rodríguez aterriza en el cargo tras haber sido director financiero de las filiales en España, Portugal, Irlanda, Austria, Grecia e Israel, y responsable de finanzas para los Mercados Medianos de Europa en Atención Primaria.

Uno de los temas que deberá abordar como nuevo director de la farmacéutica será cambiar la percepción de que en la compañía el dinero es lo más importante. Una buena estrategia, que apoyan los encuestados en el informe, será apoyar las buenas causas, ser más responsables con el medio ambiente, aumentar la transparencia y las actuaciones éticas.

No es oro todo lo que reluce, tampoco el plan de expansión internacional del que presume Llaollao y que lleva a cabo a través de diferentes socios internacionales (máster franquicias). De hecho, y después de haber aterrizado en Estados Unidos, de su tablero se ha caído Japón, donde solo tenía una tienda.

En este país y en el resto de Asia, según informa El Confidencial, su socio es D+1 Holding, que ha demandado a la franquicia por incumplimiento de contrato. Entre las razones alegadas por el socio asiático, D+1 apunta a un presunto “boicot” a su trabajo -comunicándose en otro idioma o poniendo trabas para importar el producto-, lo que les habría causado la rescisión del contrato con un grupo que gestiona los locales en el país nipón.

Desde España, el fundador de Llaollao, Pedro Espinosa, se lava las manos y asegura que la culpa es únicamente de la gestión en Japón. Lo cierto es que Espinosa tendrá que enfrentarse ahora a la demanda de D+1, que exige una indemnización millonaria y la rescisión del contrato en el país asiático. En una entrevista con EL ESPAÑOL, Espinosa presumía de su modelo de expansión. En 2010, solo un año después de su primera apertura, el fundador de la compañía decidió franquiciar el modelo de negocio de Llaollao, que hoy tiene 227 establecimientos en 23 países. El 55% de ellos está fuera de España a través de socios como D+1. Ahora, y teniendo en cuenta su reciente aterrizaje en Estados Unidos, Espinosa tendrá que ser capaz de solucionar el conflicto con el socio asiático para que sus problemas no se extiendan a otros continentes.