Trinitario Casanova, el empresario murciano, no deja de sorprender a propios y extraños. La pasada semana lo volvía a hacer. Cerraba con éxito uno de los órdagos empresariales que le han permitido consolidar una fortuna, como ha sido la operación llevada a cabo sobre el Edificio España. 

Hace un año, Casanova conseguía embaucar al magnate chino Wang Jianlin, presidente del grupo Wanda, para que le otorgara una opción de compra en exclusiva sobre el emblemático rascacielos de la capital.

El empresario asiático -harto de que el Ayuntamiento de Madrid presidido por Manuela Carmena le pusiera mil y una trabas para llevar a cabo su proyecto sobre el edificio- vio el cielo abierto con que alguien pudiera pagar algo más de los 250 millones de euros que había desembolsado, en julio de 2014, por comprar el inmueble al Banco Santander.

Trocear el proyecto y cobrar por todos lados 

Como ahora se ha podido comprobar, el empresario murciano no tenía la menor intención de promover el desarrollo inmobiliario sobre el rascacielos. Lo único que pretendía era trocear el proyecto y vender las partes a quien más dinero pusiera.

Tras conseguir que Jianlin le otorgara la opción de compra, el siguiente paso de Casanova fue convencer al Ayuntamiento de Madrid que no tenía la menor intención de tocar nada de la estructura del edificio. No le costó mucho. La mismísima alcaldesa Manuela Carmena y el concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo, se fotografiaban junto a Casanova en el Edificio España, refrendando el total apoyo del consistorio.

La última gran sorpresa

La última vuelta de tuerca de Trinitario Casanova, para recuperar los 20 millones de euros que tuvo que adelantar a Wanda y sacar algún beneficio de este año de gestiones, la realizaba el empresario murciano el pasado jueves. Agotaba el plazo que le había dado el grupo asiático para resolver la opción de compra, y Casanova sacaba a relucir las mañas que le han otorgado la fama, bien ganada, de ser el ‘rey de las comisiones’.

En cuestión de minutos, Casanova entregaba a Wanda un cheque de 252 millones de euros para completar los 272 millones pactados y, acto seguido, recibía otro de 272 millones de la cadena hotelera RIU.

Dinero recuperado y comisión cobrada

Recuperaba así el empresario murciano los 20 millones que había adelantado al grupo asiático desde julio de 2016. Y, además, se agenciaba una comisión no comunicada oficialmente, pero que, según comentan a EL ESPAÑOL fuentes cercanas a este tipo de operaciones inmobiliarias, estaría en torno a los 3 millones de euros, el equivalente al 1% del montante del traspaso.

Además de esta comisión, Casanova se ha quedado con la gestión comercial de las seis primeras plantas del Edificio España y, también, pretende convencer a RIU de que Trabis -la constructora integrada en su Grupo Baraka-, lo que supondría un pellizco adicional de más de 100 millones de euros. Aunque, según las fuentes consultadas, no parece que los hoteleros mallorquines estén pensando en esta opción.

En cuanto a la gestión de las seis plantas comerciales, que suman un total de 15.000 metros para albergar locales de marcas de lujo, los agentes encargados de estos contratos comentan que, en primer lugar, por la precomercialización del inmueble el empresario murciano podría llevarse unos 100.000 euros, a los que habría que añadir entre 2,5 y 3 millones de euros de lograr alquilar la totalidad del espacio comercial.

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