Cambio radical el que se apresta a acometer Openbank, la filial digital del Banco Santander. Lo dejaba caer el consejero delegado de la entidad, José Antonio Álvarez, el pasado 26 de abril, durante la presentación de resultados del primer trimestre de 2017, al asegurar que “estamos progresando en este sentido. Pronto habrá noticias”. Y ya las hay.

El banco está comunicando a sus clientes -a través de un enlace al entrar en el portal-  que, a partir del 1 de julio, entrará en vigor la nueva versión del nuevo contrato de prestación de servicios. Además, se va a a implantar un cambio radical de la imagen corporativa, buscando una mayor visibilidad de la marca.

Lo más llamativo de esta nueva identificación, junto a la nueva tipografía del logotipo, es la desaparición de la histórica llama roja del Grupo Santander por la silueta de una llave. Además, la mancha del histórico rojo fuego del grupo cántabro cede terreno al negro. Lo que se persigue con estos cambios es transmitir la sensación de autonomía o especialización frente a la matriz.

Nueva oficina: de Azca al Bernabéu  

Estos cambios ya son visibles en la nueva oficina de Openbank situada en el madrileño paseo de la Castellana, muy cerca del estadio Santiago Bernabéu. Un espacio más exclusivo y moderno y, sobre todo, más accesible para los clientes, que, en muchas ocasiones, se quejaban de lo intrincado que resultaba llegar hasta la oficina situada en el centro financiero Azca.

El grupo presidido por Ana Botín busca convertir el nuevo Openbank en un ‘player’ con mayor peso en el negocio de banca digital en España, para tratar de competir con ING o Evo. Y, sobre todo, que sirva para alcanzar el gran objetivo de llegar a los 30 millones de clientes digitales en 2018.

Protección de datos y claves

Los cambios más significativos del nuevo contrato incluyen una nueva redacción en materia de privacidad y protección de datos, así como un nuevo sistema de claves para agilizar la operativa sin reducir el nivel de seguridad. Como hasta ahora, Openbank podrá solicitar el uso de cualquiera de estas claves. De acceso, de firma u OPT, la que se utiliza para rematar una operación y que remite el banco al cliente por SMS.

Junto con la nueva imagen corporativa, Openbank ha aprovechado para redenominar algunos de sus productos. Así, la ‘Cuenta Corriente Operativa” pasa a llamarse “Cuenta Corriente Open”, la “Cuenta Nómina” dejará paso a la “Cuenta Nómina Open”, la “e-Cuenta” se reconvierte en la “Cuenta de Ahorro Openbank”. Además, la actual “Cuenta Junior” dejará de comercializarse. En su lugar, los comerciales de la entidad ‘venderán’ la nueva “Cuenta de Ahorro Open Young”. Y el actual “Crédito Preconcedido” se sustituye por el nuevo producto “Protección de Descubierto”.

Contrato unificado

En la información remitida por el banco a sus clientes, la entidad deja claro que “en caso de que tuvieses contratado alguno de esos productos, te informamos que los mismos se seguirán rigiendo por las condiciones particulares que firmaste en su momento”.

En el nuevo contrato, la filial digital del Banco Santander ha incluido el Contrato Marco de Servicios de Pago como un capítulo del Contrato de Prestación de Servicios de Personas Físicas, dejando de ser, como hasta ahora, un contrato independiente.

Aceptación del contrato o cancelación de la cuenta

Llegado el día de entrada en vigor de la nueva versión del contrato, el próximo 1 de julio, sin que el cliente hubiera manifestado su oposición a la nueva versión propuesta, Openbank entenderá que la acepta. En caso de oposición, “desde el banco se pondrían en contacto con el cliente para proceder a la cancelación de la cuenta”, asegura un agente comercial de la entidad.

Openbank, que en 2016 ganaba casi 9 millones de euros, gestiona cerca de 1,5 millones de cuentas corrientes y de ahorro, activos valorados en unos 6.500 millones de euros, y sus clientes cuentan con 720.000 tarjetas de crédito y débito.