Este mes de mayo se cumple justo un año desde que Telefónica decidiera fichar al mediático 'hacker' Chema Alonso para dirigir su estrategia de 'ciberseguridad' global y gestión de datos. El pasado viernes fue uno de los momentos más delicados de su gestión en la 'teleco'. El ciberataque global contra empresas e instituciones a cambio de bitcoins golpeó de lleno a la compañía. Y ésta reaccionó en un primer momento con honestidad reconociendo, al contrario que otras empresas, la existencia de este serio problema de seguridad que puso en jaque a sus sistemas.

Por contra, el hoy directivo, nombrado justo tras la llegada del presidente de la compañía, José María Álvarez-Pallete, decidió sacudirse parte de la responsabilidad en la red social Twitter, tomando distancia del asunto y asegurando que la seguridad interna en la compañía no es de su competencia. Y todo pese a que su fichaje, aplaudido por buena parte de la comunidad en el sector de la ciberseguridad, estaba justificado, precisamente, por sus amplios conocimientos en esta área. La actitud inicial de Alonso ha provocado malestar interno en la compañía. Su nombramiento fue vendido para potenciar la imagen de la seguridad en Telefónica, pero si fichas por un equipo hay que jugar con él.