Bruselas

Los 'hombres de negro' -según la terminología acuñada por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro- han regresado este lunes a Madrid para examinar la situación del sector financiero español. Inspectores de la Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) protagonizan esta semana su séptima visita a España desde el final del rescate bancario de 41.000 millones de euros concedido por la UE al Gobierno de Mariano Rajoy en 2012.

En la agenda, la delicada situación que atraviesa el Banco Popular y el proyecto del Gobierno de fusionar dos entidades que han recibido ayudas públicas, Bankia y BMN. "Se abordará la situación del sector bancario, y en particular de los bancos que se han beneficiado del programa de asistencia financiera, como Bankia", según ha explicado a EL ESPAÑOL un portavoz del BCE. Otras fuentes consultadas confirman que también se hablará del Popular.

La agenda de encuentros no es pública, pero los inspectores de la UE se reúnen en este tipo de visitas con responsables del ministerio de Economía, del Banco de España y de las propias entidades. También aprovecharán la misión para preparar las nuevas previsiones económicas que Bruselas publicará el próximo 11 de mayo. A finales de la semana o principios de la siguiente publicarán un comunicado con los resultados de la evaluación

Sin problemas sistémicos

Sobre la situación del Banco Popular, el ministro de Economía, Luis de Guindos, asegura que el BCE, su supervisor, le ha comunicado que se trata de una entidad "solvente que no tiene ningún problema de liquidez". Su presidente, Emilio Saracho, admitió en la última junta general de accionistas que el Popular está abocado a ampliar capital nuevamente y no descartó operaciones corporativas.

"El Banco Popular es un problema aislado, no una cuestión sistémica. Si se mira el sector bancario español en su conjunto, todavía queda mucho por hacer para volver a una situación normal, pero la percepción general es que el resto de entidades no tienen problemas de capital", explica a EL ESPAÑOL Nicolas Verón, investigador del think tank económico Bruegel. En cuanto a la entidad que preside Saracho, Verón apunta que el BCE "ya hace semanas o meses que sigue su situación con mucha atención y no se priva de dirigirle instrucciones".

En su reciente informe de estabilidad financiera (en pdf), el Fondo Monetario Internacional elogia los esfuerzos de los bancos españoles para rebajar costes y reducir el nivel de créditos morosos. "El sistema está a punto de dejar atrás la mayor parte del legado de la crisis", dice el FMI. No obstante, reclama más esfuerzos para aumentar las provisiones y mejorar la eficiencia "probablemente mediante fusiones". El FMI no participa en las misiones del rescate bancario español.

Dudas sobre la fusión Bankia/BMN

Otro de los focos de atención de los 'hombres de negro' será la fusión de Bankia y Banco Mare Nostrum (BMN) anunciada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Bruselas y el BCE se habían resistido hasta ahora a esta operación y reclamaban en su lugar acelerar la venta. "La privatización de estas entidades es importante para completar la reestructuración del sector bancario español", decía su último informe de diciembre.

Pero ante la insistencia del Gobierno de Rajoy, los responsables comunitarios han optado por lavarse las manos. Los planes de reestructuración de Bankia y BMN, que fueron impuestos por Bruselas tras el rescate bancario y limitan las adquisiciones, expiran este año. Como previsiblemente la fusión se concluirá en 2018, el Ejecutivo comunitario no tiene nada que decir. Ni siquiera autorizarla, porque lo hará la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

La otra cuestión que genera inquietud en Bruselas es la marcha de la Sareb. El banco malo al que se transfirió el ladrillo tóxico de las cajas de ahorro rescatadas se encuentra en una situación financiera precaria y podría necesitar más recapitalizaciones, según la CE y el BCE.

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