Mutua Madrileña, el grupo asegurador presidido por Ignacio Garralda, logró aguantar el tipo durante la crisis, y ahora, en la salida de ésta, también lo está haciendo. A pesar del fuerte retroceso que en 2016 supusieron las inversiones financieras, la captación de pólizas de seguro logró que este pequeño lunar apenas se notara. Sumaron unos ingresos de 4.750 millones de euros, casi un 10% más.

En el caso de las pólizas de automóvil y, pese a la congelación de las primas a dos tercios de los mutualistas, Mutua elevaba los ingresos hasta 1.400 millones de euros, con un avance del 7,9%, debido en parte al éxito de la campaña publicitaria ¿Por qué a mí?, planteada para quitar clientes a la competencia. Un objetivo logrado plenamente. En el segundo semestre de 2016 la contratación de nuevas pólizas de automóvil aumentaba un 33%, lo ha hecho en un 40% en el primer trimestre de 2017, y marzo ha sido el mes en el que más pólizas de vehículos se han firmado en toda su historia.

El retroceso en la primera cotización bursátil de Gestamp no parece que vaya a ser la tendencia en el futuro en el parqué de este grupo vasco fabricante de componente de automóviles. Detrás de esta empresa familiar, la de los Riberas, existen dos décadas de duro trabajo que han situado al grupo vasco como líder mundial y tecnológico en este sector. Salía a bolsa, colocando hasta un 31% de su capital, por un valor de 3.222 millones, una capitalización que situaba a Gestamp en el puesto 39 de las empresas cotizadas, y por delante de cuatro valores del Ibex 35, como son Indra, Técnicas Reunidas, Viscofán y Meliá.

Detrás de Gestamp, presidida por Francisco J. Riberas, hay un grupo con casi un centenar de plantas por todo el mundo, en las que trabajan más de 35.000 empleados y cuya facturación, en los últimos años, ha crecido de manera exponencial. Está muy lejos de ser una empresa virtual: lo que produce seguirá teniendo futuro aunque el coche evolucione hacia la electricidad o hacia el vehículo autónomo. En 2016, el volumen de negocio superaba los 7.500 millones de euros, un 7,3% más que un año antes, y su ebitda crecía a doble dígito, hasta los 821 millones de euros. Al final, los 221 millones de beneficio suponían un incremento del 37%.