Llegar y besar el santo. Santander, BBVA y Popular, los tres grandes bancos españoles que llevaban una década intentando enderezar el rumbo de la inmobiliaria Metrovacesa -sin conseguirlo, a la vista de las pérdidas que venían cosechando-, han hecho el negocio de su vida al integrar los activos en renta de la histórica promotora en la socimi Merlin.

Los 148 millones de acciones de Merlin, que suman entre las tres entidades, les permitirá embolsarse 100 millones de euros entre abril de 2017 y el mismo mes del año próximo, que irán directamente a parar al balance de los bancos o, indirectamente, a través de diversas sociedades controladas. Este montante es muy superior a los 64 millones de pérdidas que Metrovacesa en 2015, último ejercicio antes de la fusión.

En el reparto de esos 100 millones, el Banco Santander -por su 22,27% en Merlin que, tras la renuncia de Rodrigo Echenique, preside Francisco Javier García-Carranza-, será retribuido con 68 millones de euros; el BBVA, que aglutina el 6,44%, recibirá casi 20 millones, mientras que el 2,8% que tiene el Banco Popular reportará cerca de 9 millones a la entidad presidida por Emilio Saracho.   

Aumento de dividendos tras ganar 583 millones

Dividendos que, con cargo al ejercicio 2016, alcanzarán los 40 céntimos por acción (un 11% por encima de lo esperado por los analistas), gracias a los 583 millones de euros de beneficio obtenidos el pasado año, doce veces más de los 49 millones logrados en 2015.

Los bancos no cobraron el primer pago a cuenta -realizado un día antes de su entrada en Merlin, el pasado octubre-, pero sí se repartirán los 30 millones que les corresponde por el pago complementario que se hará efectivo en mayo, tras aprobarlo la junta de accionistas el 26 de abril.

Y, junto al resto de accionistas, también se repartirán los al menos 207 millones de dividendo que la socimi repartirá con cargo al ejercicio 2017, de los que el Santander percibirá 46 millones, el BBVA algo más de 13 y el Popular otros casi 6 millones. La mitad de estos importes se cobrará el próximo mes de septiembre, y, el resto, en la primavera de 2018, tras la junta de accionistas en la que se aprueben las cuentas del ejercicio 2017.

García-Carranza, artífice de la fusión 

Estos repartos de dividendos se conocían en la presentación de resultados de Merlin al cierre de 2016, coincidente con el cambio en la presidencia. Ante la renuncia de Rodrigo Echenique, el Santander, como principal accionista, colocaba al frente de la socimi a Francisco Javier  García-Carranza, amigo personal de Ana Botín -al que fichó para el banco, en enero de 2016, procedente de Morgan Stanley- y que había sido uno de los artífices de la fusión

Para el presente ejercicio, en el que la socimi ya contabilizará, durante todo el periodo, los 135 millones de rentas aportados por los bancos, Merlin ya ha dejado claro que su actividad inversora será menos intensa, de cara a extraer el mayor valor posible al abultado portfolio adquirido en los últimos tres años, desde que en junio de 2014 saliera a bolsa.

Menos compras y más reformas

En este sentido, la socimi pretende abordar un ambicioso plan de reformas de oficinas y centros comerciales, aumentar la ocupación de los inmuebles procedentes de Metrovacesa y llevar a cabo un programa de desarrollo logístico para aumentar el stock en más de 500.000 metros cuadrados hasta mediados de 2018.

Además las rentas, los 583 millones de beneficio han sido posibles por los 761 millones logrados por las ventas de activos, entre ellos los 535 millones ingresados por el traspaso  del negocio hotelero a Foncière des Murs, en una operación cerrada el último día de 2016.

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