El futuro será el coche eléctrico, o no será. Por eso Volkswagen ha confirmado que quiere subirse a toda prisa al coche eléctrico, como informó EL ESPAÑOL en mayo, e imitar a Tesla, el referente del sector, en todo lo que pueda. Para ello tendrá un alto coste: hasta 30.000 empleos menos hasta 2025 por la vía de las bajas voluntarias, jubilaciones y, de llegar el caso, despidos. Volkswagen quiere someterse a un adelgazamiento financiero para ahorrarse hasta 3.700 millones de euros anuales, una cantidad a la que pretende llegar por la vía de la disciplina de costes.

Es la consecuencia de la verdadera dimensión de la crisis del ‘dieselgate’, el fraude en las emisiones en sus motores diesel que cerca ha estado de costarle la supervivencia al grupo. El precio a pagar ha sido elevado en términos de imagen, reputación y confianza, pero también en indemnizaciones (15.000 millones en EEUU) y ventas, con caídas drásticas en algunos países.

Pero la marca alemana ha decidido enarbolar el proverbio que dice que “la crisis es oportunidad” para reinventarse a partir de su marca principal (Volkswagen) y redibujar sus coches del futuro. “La marca Volkswagen no da suficiente dinero. Estamos muy alejados de nuestros competidores en términos de rentabilidad (...) "Lo siento mucho por quienes se ven afectados, pero la situación (...) nos da apenas un pequeño margen de maniobra", explicó el responsable de la marca VW, Herbert Diess.

Zukunftspakt

"La intensa presión para innovar y el aumento de las normas de emisión seguirá requiriendo mucha disciplina en la gestión de costos y las inversiones (...) Sin embargo, sería muy imprudente no invertir también en el futuro en esta importante fase de transformación en la industria del automóvil", añadió el director financiero, Frank Witter, uno de los cinco directivos de la empresa que presentaron el ‘Zukunfspakt’ (Pacto del futuro) para Volkswagen.

Se trata de un plan hasta 2025 que contiene una fuerte apuesta por el coche eléctrico, así como por todo lo que le rodea: baterías y puntos de carga. Volkswagen lo quiere abarcar todo y centrará sus inversiones vinculadas al coche del futuro en su cuartel general en Baja Sajonia. El resto de plantas del grupo seguirán igual, aunque con la espada de Damocles de los ajustes y la disciplina de gasto siempre sobre sus cabezas.



Durante 32 minutos, en un cónclave lleno de caras serias, Karlheinz Blessing (Recursos Humanos), Herbert Diess (responsable de la marca VW), Matthias Mueller (consejero delegado del grupo), Bernd Osterloh (comité de empresa) estuvieron acompañados del segundo mayor accionista del grupo, el estado federado de Baja Sajonia, Stephan Weil, que se juega no sólo la inversión de sus contribuyentes, sino también gran parte de los 120.000 puestos de trabajo que tiene Volkswagen en Alemania.



Sin impacto en Navarra, golpe en Latinoamérica



En España, donde emplea más de 5.000 personas en su planta de Navarra y otras 12.000 personas en la zona de Martorell con Seat y Audi. “Los planes para VW Navarra se mantienen sin variación, con cerca de 1.000 millones de euros de inversión en el periodo 2015-2019, para fabricar el nuevo Polo desde 2017 y otro modelo desde 2018. Se prevé aumentar la plantilla de la fábrica en torno a un 10%”, explicaron fuentes de la marca en España.

"La noticia más importante: los puestos de trabajo de la plantilla fija están asegurados. Hemos acordado que los despidos relativos a la empresa están descartados hasta finales de 2025", aseguró Osterloh, que gobierna el comité de empresa del grupo.

Volkswagen emplea a más de 620.000 personas en todo el mundo, de las apenas el 3% pertenecen a sus plantas en España. Pero donde si notarán los efectos de la nueva estrategia de Volkswagen será en Latinoamérica, donde se perderán hasta 7.000 empleos. Argentina y Brasil serán los dos países más afectados por la pérdida de empleo y el repliegue de la marca alemana.



Un futuro limpio



El plan de Volkswagen es muy claro y busca limpiar su pasado, marcado por el episodio reciente de la crisis de los motores contaminantes. “Se centra en tecnologías y vehículos respetuosos con el medio ambiente, así como digitalización y conectividad. (...) Ahora el Grupo Volkswagen refinará su enfoque, también en lo que se refiere a inversiones y gastos de desarrollo", explicó Müller durante la presentación ante los analistas y prensa. "Para convertirnos en un proveedor global de movilidad sostenible, seguimos adelante con proyectos futuros como la electromovilidad, la conectividad digital y los nuevos servicios de movilidad, equipados con la necesaria resolución y financiamiento", comentó.



Con su estrategia, Grupo Volkswagen también pretende posicionarse como actor protagonista en la revolución del coche eléctrico y busca poner en el mercado más de 30 vehículos puramente eléctricos para el 2025, especialmente en Europa y China, donde quiere alcanzar los estrictos estándares de CO2 sólo será posible con el aumento de los esfuerzos de innovación y desarrollo. Witter fue más allá en sus predicciones y auguró un futuro tenso para el sector del automóvil. “Toda la industria del automóvil se enfrenta a una transformación fundamental: la transición del motor de combustión a la electromovilidad, así como nuevos conceptos para los servicios de movilidad plantean enormes desafíos a todos los fabricantes”.