Son inversores que ganan dinero cuando la cotización de una compañía cae en bolsa. Y celebran aún más si un valor se hunde. Pero cuando esa posibilidad deja de estar en el horizonte salen a la misma velocidad a la que entran. Esos inversores bajistas han dejado atrás su apuesta por Repsol. A la petrolera española le han dado alas las desinversiones realizadas en los últimos meses, por encima de sus estimaciones iniciales y, sobre todo, el despegue del precio de petróleo, que roza máximos anuales.

Los fondos bajistas tienen actualmente el 0,78% de la petrolera presidida por Antonio Brufau. Lejos queda el 4% que rozaron hace ahora un año, cuando la compañía vivía un terremoto que le llevó a replantarse su futuro y a elaborar un nuevo plan estratégico.

Evolución de las posiciones cortas en Repsol

Un volantazo que, con el viento favorable del crudo, se ve reflejado en su valor en bolsa. Repsol tocó suelo el pasado 20 de enero. Entonces, sus acciones llegaron a caer hasta los 8,023 euros el título, su nivel más bajo desde mediados de la década de los noventa. Desde ese día de enero, la cotización de la petrolera se ha revalorizado más de un 53%. A cierre de ayer, cada uno de sus títulos cotizaba a 12,285.

Este jueves, una de las casas de análisis que sigue la evolución de la compañía, Alphavalue, elevó su precio objetivo hasta los 14,6 euros por acción. La firma que menos potencial ve a Repsol, según los registros que figuran en Bloomberg, es Jefferies, que sitúa su precio objetivo en los 9,5 euros por título. Las que más, Ahorro Corporación y Barclays, que lo estiman en 16 euros. Sin embargo, la mayoría colocan su cotización en torno a los 13 euros. Hoy Repsol vale en bolsa 18.000 millones de euros. En enero rondaba los 11.800 millones.

Pisar el acelerador

¿Qué ha cambiado en estos meses? Por un lado, que ha pisado el acelerador en cuanto a sus desinversiones por encima de lo que preveía la propia compañía. El pasado otoño, al presentar su plan estratégico en un escenario de precios del crudo a la baja, se comprometió a vender activos por valor de 6.200 millones de euros hasta el año 2020. De esa cifra, casi la mitad tenía que lograrse a lo largo de los ejercicios 2016 y 2017. Y ese objetivo lo ha sobrepasado con creces.

En los nueve primeros meses de 2016, Repsol ha vendido activos por valor de 4.700 millones de euros. La principal desinversión la cerró hace sólo unos días. Repsol vendió (al igual que  hizo La Caixa) un 10% de Gas Natural al fondo estadounidense Global Infraestructure Partners (GIP) a cambio de 1.900 millones de euros. Realizó este movimiento pese a que su consejero delegado, Josu Jon Imaz, recalcó en la presentación del plan estratégico que esa opción no estaba sobre la mesa. “No vamos a vender las joyas de la abuela”, sentenció. Hoy esa joya es más pequeña: tiene el 20% de la gasista.

Ese paso atrás le permite, al menos en teoría, tomar aire a la hora de desinvertir. Sin embargo, fuentes próximas a la compañía aseguran que “aunque Repsol ha hecho los deberes, si hay oportunidades, van a seguir haciendo cosas. Se venderán activos no estratégicos y no vinculados al precio del crudo”, apuntan. Al margen de vender, seguirán apretándose el cinturón, “con contención de gastos y de desinversiones y buscando sinergias”, indican.

El crudo despega

A Repsol también le ha venido bien el cambio de ciclo en la evolución del crudo. Este jueves, el precio del barril de Brent, el de referencia en Europa, tocó máximo del año, por encima de los 52,6 dólares. Lejos quedan los 27,88 dólares a los que cayó el 20 de enero, el mismo día en el que Repsol tocó suelo en el parqué madrileño.

Evolución del precio del petróleo.

Detrás de este repunte está la decisión de la OPEP, la organización de países productores de petróleo, de recortar la producción a partir de noviembre. En concreto, el 28 de septiembre, los países de la organización decidieron, en una reunión informal en Argel, limitar la producción en un millón de barriles, hasta 32,5 millones de barriles diarios. Dentro de un mes, la OPEP se volverá a reunir para decir cuáles son sus siguientes pasos. Esta vez, la reunión tendrá carácter oficial.

De continuar esa evolución de precios, Repsol logrará otro respiro. En su plan estratégico contemplaba dos posibles escenarios. El primero, el ideal, donde conseguiría el equilibrio en sus cuentas, en el que los precios del crudo permanecerían en el entorno de los 60 dólares durante los cinco próximos ejercicios. El segundo, que denominó ácido, con el petróleo a 50 dólares el barril. Hoy, el precio está a medio camino de ambas estimaciones.

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