Amancio Ortega mira a su nieto en el Concurso Hípico de Casas Novas (Coruña)

Amancio Ortega mira a su nieto en el Concurso Hípico de Casas Novas (Coruña) Gtres

Empresas Inditex

Amancio Ortega vuelve al trono del hombre más rico del mundo

El fundador de Zara adelanta a Bill Gates en el ‘ranking’ de Forbes gracias al despegue de la cotización de Inditex.

7 septiembre, 2016 17:21

Noticias relacionadas

Lleva meses agazapado en la segunda posición del 'ranking' de millonarios que elabora la revista Forbes. Esperaba su momento y a que las acciones de Inditex subieran lo suficiente para auparlo al primer puesto de la clasificación. Un liderazgo que ya obtuvo el pasado mes de octubre pero que sólo duró unas horas. 

Hoy lo ha logrado. Amancio Ortega alcanza en la tarde miércoles una fortuna de 79.500 millones de dólares, el equivalente a 70.700 millones de euros, según la clasificación que actualiza en tiempo real la publicación. Una cifra que le permite superar los 78.500 millones de dólares que logra el fundador de Microsoft, Bill Gates. El empresario tecnológico es el tradicional líder de las mayores fortunas del mundo que la revista estadounidense actualiza en función de las cotizaciones en bolsa de las empresas que controlan.

Lista de millonarios Forbes.

Lista de millonarios Forbes.

En el caso de gigante textil dueño de Zara, su valor en bolsa roza los 103.177 millones de euros. Y dado que Amancio Ortega es dueño del 60% de los títulos de la empresa textil gallega, esa participación vale en el parqué cerca de 61.906 millones de euros.

Pero su fortuna no se asienta sólo en el valor de Inditex en el mercado, también en los dividendos que obtiene por la evolución de su negocio. Inditex tiene la consideración de valor refugio debido a su historial en el pago de dividendos -de los que Ortega se lleva dos de cada tres euros-, sino también su importante posición de caja (lo contrario de deuda), que convierte a la multinacional española en una rara avis en la Bolsa ibérica.

Gracias a ese dividendo y a la necesidad de invertirlo, Ortega se ha convertido en uno de los mayores inversores inmobiliarios del mundo. No en vano, cada año logra cerca de 1.000 millones de euros sólo gracias a los réditos que le proporciona Inditex. Su ‘imperio’ del ladrillo se extiende por las principales capitales. Londres, Milán, París, Nueva York, Miami… Un ‘monopoli’ que también tiene su vertiente local. En Madrid, por ejemplo, es dueño de la Torre Picasso, en pleno corazón financiero de la capital, y se perfila como uno de los principales candidatos para hacerse con el control de la Torre Cepsa, uno de los cuatros rascacielos que coronan el Paseo de la Castellana.

Ortega, el discreto

A Ortega se le conoce por su discreción. Nunca habla a los medios de comunicación ni ha concedido una entrevista. Retirado de la dirección ejecutiva de Inditex, toda la comunicación de la empresa llega de manos de su actual presidente, Pablo Isla. El único momento en el que Ortega ha hecho públicas sus emociones fue la fiesta sorpresa que su hija Marta le preparó en la sede del grupo, en la localidad coruñesa de Arteixo.

Exterior de un establecimiento de Zara, del grupo Inditex.

Exterior de un establecimiento de Zara, del grupo Inditex. Paul Hanna Reuters

Hoy vuelve al número uno del ‘ranking’ de mayores fortunas pero desde hace tiempo es un nombre habitual. El empresario de origen leonés se estrenó en 2001 en la lista Forbes, que mide aquellas fortunas que superan el 'billion dollar' (el equivalente a 1.000 millones de la moneda estadounidense). Lo hizo cuando comenzaron a salir a la luz las valoraciones del grupo textil que había fundado en la década de los 70.

Una vez en bolsa, como controla el 60% de las acciones de Inditex, es posible saber cuánto vale su fortuna ligada a la textil y, también, al millonario dividendo que le reporta cada año. En su estreno en Forbes, Ortega ocupó la posición 43 de la clasificación de millonarios, con una fortuna estimada en 6.600 millones que ensombreció a los ricos españoles conocidos hasta entonces: desde los March a los Botín, pasando por las Koplowitz, todos quedaron empequeñecidos ante su llegada.