Después de una amplia y prestigiosa carrera profesional vinculada al derecho y a la política con mayúsculas, Isabel Tocino es una de las voces más autorizadas para hablar de liderazgo femenino. A sus 70 años, ocupa actualmente la Vicepresidencia de Santander España.

Durante su reciente intervención en el I Encuentro Económico Empresarial, organizado por la Asociación de Mujeres Empresarias de Cantabria, usted dijo que el siglo XXI es de las mujeres, ¿a qué se refería concretamente con esa afirmación tan rotunda?

Este es un siglo absolutamente disruptivo en el que la volatilidad y la incertidumbre están exigiendo más confianza y mayor credibilidad que nunca. Vivimos en el contexto de la sociedad digital y de la economía del dato, pero detrás de cada dato, hay personas. Nunca se ha hablado en las empresas tanto de las personas como hoy en día. Esta sociedad digital va hacia un liderazgo de las personas, un liderazgo humanista y, en este punto, la mujer está especialmente dotada por su dominio de la inteligencia emocional, por el hecho de haber estado siempre pendiente de los demás, pensando en el otro. 

Sobre todo, desde el punto de vista de la mujer madre, siempre hemos sido capaces de liderar a personas en diferentes situaciones incluyendo características muy diversas. Este es el momento de sacar a la luz toda esta experiencia, de ponernos en valor y esto nos lo permite una sociedad digital en la que todos estamos conectados como nunca en la historia. 

Por otro lado, tenemos que ir a una transición a una economía baja en carbono, lo que nos obliga a hacer un uso mucho más eficiente de los recursos y, si por algo se ha caracterizado la mujer, ha sido por trabajar con muy pocos recursos y hacer de la necesidad, virtud. Lo importante es que nosotras nos lo creamos porque si no, perderemos esta oportunidad. Por eso, considero que tenemos también cualidades y experiencia para ayudar a construir esa sociedad descarbonizada en la que estamos avanzando.

Siempre se habla del papel proactivo que sociedad, instituciones y empresas deben jugar en la tarea hacia una igualdad real y efectiva. A su juicio, ¿qué postura deben adoptar las propias mujeres?

Hasta hace unos años nos teníamos que enfrentar a barreras externas, básicamente, las regulatorias. Las mujeres no podíamos ser jueces y yo, por ejemplo, no pude ser Abogada del Estado ni doctora en Derecho por Bolonia. Estas barreras están superadas. La sociedad está completamente preparada para recibir a las mujeres y las empresas son muy conscientes de que su reputación quedará en entredicho si no avanzan en esta igualdad de oportunidades. Sin embargo, las mujeres tenemos que pelear mucho más por superar las propias limitaciones que nos ponemos nosotras. Cuando una mujer se lo cree tiene mucha más capacidad para levantar la mano y reclamar mejores salarios, mejores condiciones, mejores bonus, y esta es una labor de las propias mujeres. 

¿Cuál es entonces, a su juicio, la principal barrera que separa al hombre de la mujer en términos laborales?

La más importante, sin duda, es la maternidad. La limitación que tiene una mujer por ser madre hace que muchas veces se confunda, que quiera hacer una carrera profesional y deje de ser madre para conseguirlo. Hay que trabajar en las empresas para superar esa barrera de la maternidad, sobre todo, en los temas de la corresponsabilidad familiar, que es una expresión que me gusta mucho más que conciliación.

¿Y qué medidas pueden tomar las empresas para que la maternidad deje de ser esa barrera tan relevante?

Pues, por ejemplo, preparar el permiso de maternidad. Cuando una mujer se queda embarazada, tiene que saber exactamente cuándo y cómo va a tomar el permiso. Y, sobre todo, cómo va a ser la programación de la vuelta al trabajo: la incorporación paulatina que yo llamo. Me preocupa muchísimo cómo se gestiona este asunto. Considero que es un sesgo inconsciente de las empresas, pero al volver la mujer a trabajar, puede pasar por diferentes situaciones: se puede haber distanciado mucho de sus clientes, le pueden haber puesto una sustitución que les parezca más rentable… Mire, la mujer, mientras no es madre, compite en igualdad de condiciones. Te quedas limitada cuando eres madre. Además, considero que hay que ser madre cuando toca, sin ningún retraso. No hay que retrasar la maternidad

Teniendo en cuenta su recorrido vital y profesional, ¿cómo ha vivido la evolución de la presencia de la mujer en el entorno laboral y empresarial?

En este terreno se ha producido una gran evolución. Las mujeres que hemos tenido la oportunidad de estudiar y de formarnos en igualdad de oportunidades, ya somos unas privilegiadas. Si además hemos tenido mentores, personas que hayan apostado por nosotras, también eso es muy importante. Yo empecé a trabajar todavía en la época de Franco y en ese tiempo no se esperaba a la mujer ni las empresas nos demandaban. Ahora, las empresas ya se han puesto a buscar el 50 por ciento del talento y ese está en las mujeres. El momento es ahora. Hay que resetear nuestra narrativa: Fuera victimismos, que lo único que hacen es limitarnos. Tenemos que mirar hacia adelante, preguntarnos qué nos queda por hacer y cómo podemos ayudar a las demás a llegar. 

¿Qué rasgos diferenciales considera que aportan las mujeres al funcionamiento de una empresa?

La inteligencia emocional. La mujer ha sido siempre mucho más sacrificada; podría parecer que menos ambiciosa, pero está siempre muy motivada. Y esto ha posibilitado que tenemos muchísima empatía con el otro y eso en los equipos hoy en día es fundamental. Nos falta un poco todavía poner el foco en nosotras mismas, tener un poco más de autoestima, pero poseemos un conocimiento bastante completo del entorno. Sobre todo por haber sido madres, hemos liderado equipos de manera muy natural e inclusiva. Y ahora que todo se nos pide para antes de ayer, tenemos un gran sentido de la rapidez. Escuchamos y tomamos decisiones. La mujer posee una capacidad de resiliencia tremenda y cuando se le da una responsabilidad, hace todo hasta que lleva a buen puerto el proyecto. 

A su juicio, ¿cuál es el próximo objetivo que habría que cumplir en este camino de crecimiento del papel de la mujer en el mundo del liderazgo?

La promoción de la paternidad. Creo que lo que falta es la igualdad de oportunidades de los hombres en medidas de conciliación. Para dar el salto que le falta a la mujer es necesario promocionar la corresponsabilidad familiar en la promoción de la paternidad. Ahora defiendo el permiso de paternidad, pero para que esa limitación que hemos tenido siempre las mujeres, la tengan también los hombres. En el momento en el que la situación de ser padre también le suponga al hombre una limitación a la hora de ser contratado, dejará de serlo porque nos habrán igualado. Yo no soy partidaria de cuotas, pero sería muy importante que los hombres pidan reducción de jornada o que también trabajen desde casa. Que el directivo de la empresa sepa que un trabajador muy potente suyo no está en la oficina porque está haciendo flexiworking. Mientras lo sigamos haciendo solo las mujeres seguiremos estando discriminadas. A lo mejor hay que poner un condicionante en los bonus favoreciendo la posibilidad de trabajar desde casa. Promocionar la igualdad de los hombres en las medidas de conciliación es el gran hándicap que tenemos todavía las mujeres. Sé que es un poco revolucionario este planteamiento, pero considero que sería muy importante para conseguir la igualdad de oportunidades.

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