La riqueza de una empresa no se mide solo en beneficios económicos. También la marca la integración de empleados de distintas generaciones, sexos, perfiles y nacionalidades. El Fondo Monetario Internacional sostiene que la diversidad en el trabajo mejora el ambiente, aumenta el compromiso e incrementa la productividad. 

Según el informe “Gestión Global de la Diversidad Cultural”, de la Fundación para la Diversidad, el 50% de las empresas considera capital la gestión de este campo. Tal y como afirman desde Banco Santander, “si queremos entender el mundo en el que vivimos, necesitamos equipos diversos que sean reflejo de la sociedad”. 

La importancia del empleo en la inclusión social

La inclusión social garantiza que aquellas personas que se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión cuenten con las oportunidades y recursos básicos para tener un papel igualitario en la vida económica social y cultural. 

Esta parte de la población se encuentra con serias dificultades a la hora de conseguir un empleo. La escasez de formación y experiencia, la falta de idiomas o la poca concienciación de la sociedad no ayudan. Por ello, la inclusión laboral es una puerta hacia la integración social. 

Características de una empresa inclusiva 

Una empresa inclusiva reconoce las diferencias, apuesta por la diversidad e incentiva la participación de cualquier persona, independientemente de su condición. Dentro de una empresa, pueden existir diferentes tipos de diversidad y maneras de gestionarla, como recoge en su estudio la Fundación para la Diversidad:

  • De género (86%)
  • Cultural (67%)
  • Funcional (64%)
  • Generacional (53%)

Una vez demostrado que la igualdad de oportunidades beneficia tanto a la sociedad como a las empresas, estas son algunas de las medidas que pueden llevar a cabo para convertirla en realidad: 

  • Diseño de políticas de contratación especiales. 
  • Búsqueda de equilibrio en la formación de los empleados. 
  • Adaptación de los espacios para personas con discapacidad.
  • Firma de convenios con organizaciones que incentiven la inclusión laboral. 
  • Igualdad de remuneraciones de personas que realicen la misma labor. 

La inclusión de personas con discapacidad 

Aunque existen empresas con políticas específicas de inclusión de personas con discapacidad, el camino por recorrer es todavía largo. Aun así, los datos son optimistas. Según el informe “El empleo de las personas con discapacidad”, elaborado por el INE, en 2017 la tasa de desempleo de este colectivo bajó 2,4 puntos, situándose en el 26,2%. 

En 2018, un 1,7% de la plantilla de Banco Santander tenía algún tipo de discapacidad, sin contar con sus filiales en Estados Unidos y México. Gran parte de ellos, comenzaron a trabajar en la entidad gracias a las iniciativas que esta pone en marcha. Una de ellas es Santander Incluye, que está respaldado por la Fundación Universia. A través de ella, los universitarios pueden realizar prácticas en el banco

Belén Humanes ha sido una de las escogidas por el programa. Pocos días después de que enviara su currículum, ya estaba haciendo su primera entrevista. La joven madrileña tiene una discapacidad del 33%, es licenciada en ADE por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y desde el primer momento tenía claro que quería aprovechar esa oportunidad para ganar experiencia. 

Su gran trabajo le ha permitido quedarse de manera indefinida en Banco Santander. Concretamente, en el área de Working&Capital Solutions. “Todavía estoy soñando”, sostiene. Belén valora algo que muchos jóvenes también hacen cuando encuentran un empleo: el factor humano. “Desde el principio confiaron en mí, lo que hizo que me motivase mucho más”. Tras su experiencia, cómo no, anima a todas las personas con discapacidad a lanzarse sin miedo e informarse de iniciativas como esta. “Tenemos que aprovechar las oportunidades porque, aunque tengamos ese problema, somos iguales que el resto del mundo”.