Si el dinero tiene problemas, se va a otro lugar donde tenga menos. Es lo que puede ocurrir en los próximos meses en los puertos españoles si el conflicto de los estibadores y las huelgas convocadas por los sindicatos se convierten en algo crónico.

Fuentes de Fomento se mostraban preocupadas este viernes ante esa amenaza, justo después de que el Consejo de Ministros aprobara el real decreto de ley de reforma de la estiba, que liberalizará el sector como exige Bruselas. No en vano, suenan nombres como Tánger, Lisboa o Marsella para que las empresas sustituyan a los puertos nacionales si la inestabilidad continúa.

Lo cierto es que parece que así va a ser, y que las huelgas serán crónicas si los sindicatos no consiguen introducir sus reclamaciones en el real decreto vía enmiendas con el apoyo de algunos grupos parlamentarios durante el próximo mes, cuando ya se esté debatiendo en el Congreso.

"La imposición, vía decreto, de la reforma del sector de la estiba viene a confirmar la nula voluntad de consenso manifestada por la Administración durante estos días y su desprecio a los principios democráticos más elementales", expresaba UGT este mismo viernes a través de un comunicado, por lo que advertía: "En este nuevo escenario, y aun en contra de nuestra voluntad inicial, la posibilidad de que ejerzamos responsable y conscientemente nuestro legítimo derecho a la huelga aumenta por momentos".

Así, aunque matizaba que UGT "tratará de agotar la vía del diálogo", insistía en que "a tenor de los acontecimientos, esta es cada vez más estrecha".

A tenor de los acontecimientos, la vía del diálogo es cada vez más estrecha

De momento, ya están convocada la huelga para el próximo 6 de marzo, que contempla paros parciales los lunes, miércoles y viernes de tres semanas consecutivas, esto es, que tendrán lugar en las horas impares. Además, fuentes del sector señalan la posibilidad de que existan huelgas encubiertas, como ya ocurrió, según la patronal Anesco, cuando Fomento comunicó sus planes de liberalizar la profesión a través de un real decreto. Para Anesco, estas huelgas encubiertas consistían en ralentizar el ritmo de las operaciones de carga y descarga de los buques.

La estiba constituye un sector básico, dado que es el que realiza la carga y descarga de la mercancía que entra y sale del país por mar, un volumen de carga anual valorado en unos 200.000 millones de euros, que supone el 86% de las exportaciones y el 60% de las importaciones.

Llamamiento a la responsabilidad

Desde Unidos Podemos creen que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, "aboca al conflicto" por aprobar la reforma de la estiba "sin llegar a un acuerdo con la patronal y los sindicatos del sector".

Por su parte, De la Serna hace un "llamamiento a la responsabilidad" de todos los grupos, alegando que estamos "en la necesidad" de cumplir con la sentencia. De no hacerlo, España tendría que pagar una multa de más 134.000 euros cada día que "saldría del bolsillo de todos los españoles". "Se entendería de forma difícil que no se facilitara", indica el ministro, que zanja: "El acuerdo es más fácil cuanto menos ruido político haya".

Para el Gobierno, los sindicatos pueden incluir los aspectos que reclaman y que no tienen cabida en el decreto por la vía de la negociación colectiva, que dura hasta un año, para adaptar los convenios colectivos. Así, llama a la calma para que la mesa de negociación, entre sindicatos, patronal, y el mediador de Empleo, pueda continuar.

El Gobierno contempla un periodo de tres años para que se dé cumplimiento completo a las exigencias de Bruselas desde la entrada en vigor de la reforma.

Un plan de contingencia

Fomento asegura tener un plan de contingencia preparado para evitar el desabastecimiento de productos en caso de que finalmente se lleve a cabo el calendario de tres semanas de paros. Un plan que se basa fundamentalmente en el establecimiento de unos servicios mínimos que garantizan el tránsito de mercancías perecederas, peligrosas y los transportes a las islas y Ceuta y Melilla, según detalla De la Serna.

El ministerio abordará asimismo planes de contingencia para cada uno de los puertos en función de su actividad y con las empresas que utilizan sus instalaciones para que adecuen los traslados de la carga para evitar colapsar las entradas y salidas portuarias.