Berlín

El presidente del Banco Central Europeo, el italiano Mario Draghi, defendió este martes en Berlín su la política monetaria puesta en marcha en la zona euro, llegando a asegurar que Europa ha evitado con éxito los riesgos de entrar en deflación, una temida bajada de generalizada y prolongada de los precios de bienes y servicios.

“Lo hemos logrado”, dijo Draghi. Así respondía el italiano cuando se le preguntó qué podía hacer Europa y el BCE para evitar los riesgos de deflación. El máximo responsable del BCE se pronunciaba con ese aplomo tras dar una clase magistral en el auditorio de la prestigiosa Hertie School of Governance de Berlín.

En su intervención, titulada “Estabilidad, Capital y Política Monetaria”, el banquero italiano defendió las políticas puestas en marcha por el BCE desde junio de 2014, que incluyen medidas “no convencionales” como mantener los tipos de interés cerca o en el 0% o el denominado 'quantitative easing', la compra mensual de bonos de deuda pública y privada por valor de 80.000 millones de euros.

Precisamente en Alemania es donde se han escuchado las críticas más relevantes contra esa política monetaria. A ésta se le reprocha típicamente desde suelo germano que retrase la puesta en marcha de las reformas estructurales que necesitan los países que aquí se presentan cómo los que más se han beneficiado de las decisiones del BCE. Entre ellos se encuentran España, Italia o Portugal.

“¿Deberíamos actuar adoptando una política monetaria que creemos equivocada pero que pondrá a algunos gobiernos bajo presión para que apliquen reformas? Si lo hacemos, primero, eso traicionaríamos nuestro mandato, que es mantener la estabilidad y, segundo, no estoy seguro de que a los gobiernos les guste ser presionados por 'burócratas que no han sido elegidos en unas elecciones', que es como nos llaman”, expuso Draghi en el turno de preguntas.

“Lo que los políticos hacen para consolidar los presupuestos cuando están bajo presión es subir los impuestos y cortar las inversiones, que es exactamente lo que no queremos, porque [eso] cortaría el crecimiento”, añadió, antes de aludir a las últimas reformas laborales llevadas a cabo en Italia y en España. Esas reformas “se tomaron cuando los tipos de interés eran ya bajos desde hace tiempo”, señaló. “Otras reformas, más importantes, en la justicia, en el sistema en electoral, en la educación ¿De verdad creemos que dependen del valor de los tipos de interés?”, se interrogó con ironía.

Sobre las medidas “no convencionales” puestas en marcha por el BCE desde junio de 2014, Draghi trató de calmar las suspicacias que pudiera haber entre entre su audiencia señalando que él y su equipo no se están “inventado nada”. “Las políticas monetarias que estamos haciendo son las que cualquier banco central en el mundo ya ha tomado, no es nada nuevo”, adujo.

En este sentido, Draghi manifestó que países como España están viéndose beneficiados por los bajos tipos de interés. “En países como Alemania y España el efecto ha sido positivo”, pues allí se “han recibido mayores ganancias por intereses de lo que han desembolsado en pagos de intereses", según el presidente del BCE.

En su lección magistral, Draghi se empeñó en contrarrestar las dudas que puedan plantearse ante las medidas puestas en marcha por el BCE. “Tenemos todas las razones para pensar que el ímpetu provisto por las medidas de política monetaria está funcionando tal y como esperábamos, animando el consumo y la inversión y creando empleo”, afirmó.

Aún así, Draghi recordó que el deseo del BCE no es mantener los tipos de interés a su nivel actual sine die. “Somos conscientes de las distorsiones que pueden resultar de los bajos tipos de interés, preferiríamos no mantener los tipos de interés tan bajos por un margen de tiempo excesivo”, aseveró el italiano.

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