El ministro de Economía y representante del Partido Popular en el debate económico organizado por La Sexta, Luis de Guindos, llevaba la lección bien preparada: muchos números en los papeles y, los más importantes, en la cabeza. “España crea la mitad del empleo de Europa y crece por encima de sus socios económicos”, así levantaba su muralla ante la oleada de críticas que le iban a llegar. Sin embargo, el representante del PSOE, Jordi Sevilla, trazó una estrategia distinta que por momentos sacó a Guindos de sus casillas: la emocional. “Hay que tomarse en serio a las personas, no a los números, a las personas”, recordaba el cerebro económico del PSOE.

El padre de la macroeconomía es precisamente uno de los economistas más defendidos por la izquierda: John Maynard Keynes, sin embargo, los datos son tan fríos cuando el paro o la desigualdad son tan altos... España crece, sí. Y lo hace al doble de ritmo que la eurozona, también. Sin embargo, la delicada situación que vive un gran segmento de la sociedad hace que la macroeconomía tenga poco valor en un debate televisado. Sevilla tenía muy claro a quién se dirigía, y no era a Guindos, y tampoco a Garzón, a quien criticó en numerosas ocasiones, sino que su discurso iba a “las personas”.

A los trabajadores explotados por el patrono y a los parados que no pueden acceder al sistema por la ausencia de empleos.

“Se acabó el hacer horas que no se pagan”, aseguró Sevilla, con el PSOE volverán las inspecciones de trabajo para que los temporales que realmente ocupen una plaza indefinida tengan el contrato que marca la ley y para que las horas extras se paguen como tal. “Me indigna que los millones de espectadores que están sufriendo contratos sobreexplotados tengan que escuchar que la economía va bien”, aseguró Sevilla, una vez más, los espectadores en el centro de su discurso. Ahí estaba el debate.

Datos o personas

El cerebro económico del PSOE se mostró insistente durante todo el debate, incluso cuando afirmaba que Bruselas multaría a España por incumplir el objetivo de déficit. “Créame, no nos van a multar”, recordó Guindos una y otra vez, pero Sevilla insistía, aunque a mitad del debate reconociese que sería una “sanción moral”. “Ni siquiera será moral”, remarcó Guindos.

El azar quiso que los representantes de los dos partidos tradicionales se colocaran juntos en el medio del plató, lo que hizo todavía más vibrante el enfrentamiento. El momento más caliente llegó con la crítica de Sevilla a Guindos sobre los recortes en gasto social. Ahí el popular terminó de estallar, “no se vaya por demagogias baratas”, le espetó, pero era demasiado tarde, el discurso de Sevilla estaba ya en pleno apogeo. Criticó con dureza al PP, porque “la recuperación económica no llega a las personas” y aseguró que “otros países también han recortado el gasto público, pero en España, con un Gobierno muy de derechas, se ha dinamitado la negociación colectiva y se han hecho recortes donde más duele: la Dependencia y la protección social”.

Guindos, fiel a su estilo, contraatacó con números. “El año pasado nos gastamos 50.000 millones más en protección social que con el PSOE”. Los datos de Eurostat hasta 2014 (último disponible) demuestran que desde que el PP llegó al Gobierno, la partida estandarizada de Protección Social aumentó casi un 2%. A la cola de Europa, sí, pero aumentó. “¿La gente se queja de vicio?”, ironizó Sevilla.

Unidos Podemos ¿el verdadero enemigo?

Sevilla centró una buena parte de su discurso en su otro rival, tal vez su verdadero rival: Unidos Podemos. Desde el primer momento buscó el enfrentamiento con Alberto Garzón, aunque para ello tuviese que recurrir a su afiliación al Partido Comunista. “¿El modelo que defiende ahora el señor Garzón es compatible con el euro?”, le preguntó en mitad del debate. Garzón le contestó que sí, pero Sevilla volvió a insistir. “Pensaba que ya le había contestado claramente”, respondió Garzón antes de repetir que Unidos Podemos quiere que España siga en el euro.

Por el contrario, Garzón evitó la disputa con Sevilla y centró sus críticas en el PP. “Espero que el Partido Socialista no confunda al adversario”, apuntó el líder de Izquierda Unida que ahora representa el papel del caballo ganador. Es la estrategia de Unidos Podemos, presentarse como la alternativa a los populares y dar por ganada a la izquierda. “Ustedes (por el PSOE) y nosotros estamos condenados a entendernos”, aseguró, como si fuese la condena de la izquierda y recordó “ustedes van a ser la clave a partir de julio”, para abrirle a Pablo Iglesias la puerta de La Moncloa.

Garicano, fiel al estilo Ciudadanos

El cerebro económico de Ciudadanos, Luis Garicano, representó el papel de la centralidad y la mesura. Algo así como ‘el espíritu del Tío Cuco’, lo que le hizo en algunos momentos parecer ajeno al debate. No en vano fue el que menos tiempo empleó de los cuatro. Fiel a su estilo, Garicano enarboló la bandera de las políticas europeas, y también fue así como acabó su discurso, con las propuestas “que funcionan en Europa”.

La obsesión de Ciudadanos está en la Educación y las reformas y, tal vez, eso esté todavía muy lejos del debate político que hay hoy en España. Pero no por ello dejó de intentarlo: “En Europa no existe la idea de que un universitario acabe sus estudios y se apunte a la cola del paro”, aseguró. Para solucionar el grave problema del desempleo, en especial el juvenil, Garicano advierte que sólo hay dos requisitos. En primer lugar, “un gobierno honesto y transparente, sin corrupción”, y se apoyó en un informe del Banco de España que asegura que sin la corrupción se podría destinar el doble de dinero a las pensiones o a la protección social. El segundo requisito es “invertir en Educación y conocimiento”, ya que España sigue a la cola de Europa.



Las críticas más fuertes de Garicano fueron contra Garzón por el programa de Unidos Podemos que promete elevar en más de 60.000 millones el gasto público. El representante de Ciudadanos comparó las propuestas de UP con las de Syriza en Grecia y la situación que vive ahora el país Mediterráneo. Garicano presentó la carta remitida a Bruselas por Alexis Tsipras en la que reconocía las 100 medidas de ajuste y recortes que había aprobado su Gobierno. “Es lo que pasa cuando uno hace castillos en el aire”, aseguró Garicano, por eso pidió a los votantes “que miren bien las propuestas” de los distintos partidos, ya que “el verdadero gasto social es el que se puede financiar”.

Pero Garicano también tuvo críticas para el PP y el PSOE, en especial por su capacidad contrastada para mentir. Ese fue el problema de las dos últimas elecciones que sirvieron para formar un gobierno. "En las elecciones de 2008 el PSOE ocultó la crisis" y en 2011 el PP ocultó que iba a subir los impuestos y hacer unos recortes enormes". Sin embargo, ahora el PP deja a España con "los impuestos más altos que al inicio de la legislatura": "No dicen la verdad a nadie", criticó Garicano.

Y después de tantas críticas y contra críticas, los cuatro debatientes recogieron los bártulos reconociendo que después de estas elecciones habrá un gobierno. Sí, sí, seguro, prometieron, pero después de tanta discrepancia, no resulta fácil creerlo.

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