José Viñals, director de mercados del FMI.

José Viñals, director de mercados del FMI. FMI

Economía

El FMI cree que un 30% de los activos de la banca de la zona euro "son vulnerables"

Viñals asegura que "es un problema muy importante a nivel europeo: hay demasiados bancos y demasiados bancos débiles".

27 mayo, 2016 11:44
Sitges

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Un 30% de los activos de los bancos europeos, aproximadamente unos 10 billones de euros en total, son vulnerables y tienen un ajuste muy dificil en la situación actual, ha vaticinado esta mañana Jose Viñals, director del Departmento de Asuntos Monetarios y Mercados de Capitales del Fondo Monetario Internacional (FMI) en las jornadas del Círculo de Economía de Sitges. El excesivo número de entidades y la sobrebancarización que existe en Europa en relación a EEUU complican este ajuste que requerirá fusiones transfronterizas y hasta la resolución (cierre) de entidades, ha añadido. “Este es un problema muy importante a nivel europeo: hay demasiados bancos y demasiados bancos débiles”.

Viñals se ha referido a las vulnerabilidades de fondo de las economías avanzadas y ha citado en concreto el sistema bancario. A su juicio, la crisis de 2008 se ha superado y la solvencia y la liquidez ya no son un problema, pero hay retos pendientes entre los que cita la baja rentabilidad del negocio bancario -fruto de los tipos de interés negativos-, la competencia de la llamada “banca en la sombra” y los nuevos rivales tecnológicos que ofrecen productos bancarios en la red.

Este es un problema muy importante a nivel europeo: hay demasiados bancos y demasiados bancos débiles

“El 60% de la banca en las economías avanzadas está okey, pero un 40% no. Y de ahí, un 25% tiene trabajo pendiente, aunque es muy factible que lo haga, pero hay un 15% en el que la cosa es más complicada", ha dicho Viñals. Entre los que lo tienen más complicado situó ese 30% de los activos europeos.

También ha indicado que hay vulnerabilidades en las economías emergentes y ha citado el previsible aumento de la morosidad en China, donde hay un 14% de la deuda bancaria que corresponde a empresas que ahora mismo no pueden servir los intereses de sus deudas. Esto podría causar unas pérdidas bancarias en torno al 7% del PIB y aunque la banca china tiene “colchones” suficientes según Viñals y la deuda pública apenas está por encima del 40% de su PIB, es un asunto que no se puede ignorar.

El responsable del FMI ha subrayado que en las economías europeas es necesario que las reformas estructurales y la política fiscal apoyen a la actual política monetaria, porque ésta “no puede llevar todo el peso”. Describió tres escenarios posibles: uno, central, con un crecimiento global del 3,1% para 2016, del 3,2% en 2017 y del 3,5% en 2018 que ha considerado “de crecimiento modesto”, un escenario peor, donde fruto de políticas económicas erradas se mine la confianza y que supondría que en cinco años el PIB mundial sería un 4% menor cada año con lo que en un lustro se perdería un año completo de crecimiento, y un escenario mejor, donde con políticas más equilibradas se podría dar un impulso adicional al crecimiento del 1,7% del PIB. “Este último escenario supondría ganar en un lustro medio año de crecimiento”, añadió.

El 60% de la banca en las economías avanzadas está okey, pero un 40% no

Viñals dijo que la situación mundial asiste a “cuatro más una transiciones”. La primera es la transición hacia un mundo donde los precios de las materias primas y el petróleo son mucho mas reducidos que en el pasado. “Y la expectativa es que vayan a seguir así durante un periodo bastante largo de tiempo”. La segunda transición son los cambios en China, la segunda economía mundial. La tercera es la que denominó “transición monetaria” con la divergencia de políticas entre EEUU y Europa que va a continuar durante un tiempo. La cuarta es la del sistema financiero hacia nuevas realidades postcrisis (más regulación, más competencia basada en nuevas tecnologías). “Y el más uno son las transiciones políticas, los procesos de consulta como el británico, el propio calendario electoral en España y otros países y a finales de este año las elecciones en EEUU, sin contar con otros retos geopoliticos”.

A su juicio, todas estas transiciones son vectores de la confianza que sigue sin ser “suficientemente sólida” y eso incide en la salud de la economía y las finanzas.

El estancamiento del comercio

Junto a Viñals han intervenido el economista Pol Antrás, que se ha referido al estancamiento del comercio mundial, y David Vegara, ex secretario de Estado de Economía, quien presentó a los ponentes con un resumen de los principales desafíos económicos globales (precio del petróleo, China, tipos de cambio, políticas fiscales y monetarias…).

Antrás ha analizado el estancamiento del comercio global que después de crecer a tasas del 5% en la década de 1990, cayó con la crisis de 2008 y pareció recuperarse en 2010, pero actualmente sólo crece a un 3% de media. El economista, catedrático de la Universidad de Harvard, sostuvo que sin duda el crecimiento de los años 90 fue excepcional y que la actual situación no se debe al aumento de barreras arancelarias o no arancelarias sino a cambios en la cadena de valor global.

El crecimiento de los 90 se vio favorecido porque los países más abiertos al comercio mundial (los emergentes) crecieron más que los que están más protegidos, pero sobre todo al perfeccionamiento de las cadenas de valor global gracias a tres factores: bajada de costes en el transporte mundial y utilización de tecnologías de información, caída de barreras arancelarias y surgimiento de una mano de obra muy barata en China e India, por ejemplo.

Los cambios en la actual cadena de valor global se reflejan principalmente en el intercambio de bienes intermedios, que es lo que más baja, y en que las empresas han recortado mucho el uso de suministradores extranjeros. Esta tendencia es apreciable en China, donde los fabricantes locales usan cada vez menos componentes extranjeros porque, entre otras cosas, intentan moverse hacia arriba en la cadena de valor y quieren asumir ellos mismos la producción de elementos que antes conseguían fuera de su país. En EEUU la evidencia no es tan clara, añadió Antrás, pero las importaciones manufactureras en ese país son cada vez menos importantes.