Se ha convertido en un lugar común del debate público español tomar ejemplo de Dinamarca. Los principales responsables de su popularización han sido los dirigentes de Ciudadanos, sobre todo después de que Albert Rivera invitara a Luis Garicano a incorporarse a esa fuerza política a comienzos de 2015. Lo hizo tras leer su libro El dilema de España (Ed. Península, 2014), donde el economista planteaba expresamente la disyuntiva de si los españoles queremos ser como Argentina o como Dinamarca.

Pero también ha contribuido a ello la serie de TV Borgen, inspirada en la política danesa. La idea es que Dinamarca ha alcanzado un elevado grado de desarrollo, baja corrupción y justicia social tras apostar por una serie de instituciones políticas y económicas que funcionan virtuosamente. Y que cualquier país que apueste por esa fórmula, podría llegar a ser como Dinamarca.

Pero el concepto de “llegar a Dinamarca” no lo acuñó Garicano, sino que lo puso en cinrculación en 2011 el polémico Francis Fukuyama en su libro The origins of political order. Fukuyama sostiene que hay tres categorías de instituciones -el Estado, el principio de legalidad y el gobierno responsable- que han evolucionado desde los tiempos primitivos. La democracia liberal moderna combina las tres en un equilibrio estable. Y el hecho de que se produzca ese equilibrio, Fukuyama lo califica de “milagro” evolutivo y pone como modelo a Dinamarca, inicialmente poblada por unos salvajes, los vikingos, que saquearon desde Kiev al Mediterráneo. “Llegar a Dinamarca”, sería, en términos del politólogo, el problema de la creación de instituciones políticas modernas para consolidar una democracia liberal competente.


En la obra, Fukuyama admite que el concepto tampoco es suyo y que surgió a partir del título provisional de un artículo de dos especialistas en ciencias sociales del Banco Mundial, Lant Pritchett y Michael Woolcock, publicado en septiembre de 2002. En el borrador, difundido a los críticos académicos y en los seminarios precedentes, habían usado el título Getting to Denmark (Llegando a Dinamarca) que era bastante más sugerente que el definitivo: Solutions When the Solution is the Problem: Arraying the Disarray in the Development (algo así como ‘Soluciones cuando la solución es el problema: Organizando la Desorganización en el Desarrollo’).

Los Orígenes del Orden Político de Fukuyama acaba de ser editado en español por la editorial Deusto junto con su segunda parte, Orden y Decadencia de la Política, publicado originalmente en 2014. Se trata de dos gruesos tomos de más de 700 páginas cada uno. Fukuyama hace un vasto ejercicio de política comparada desde la Prehistoria hasta la Revolución Francesa, en el primero, y desde la Revolución Industrial a la actualidad, en el segundo. Su análisis, siempre marcado por su opera prima -El fin de la Historia y el último hombre (Ed. Planeta, 1992)- se enmarcaría en la corriente institucionalista moderna, de la que también bebe el libro de Garicano.