Rubén J. Lapetra Cristina G. Bolinches

Desde que César Alierta tomó posesión como presidente de Telefónica en el verano de 2000, el trasiego de políticos se ha ido sucediendo una y otra vez. Quince años después todo sigue igual. La última en engrosar (previsiblemente) la lista es la exministra de Exteriores, y de Sanidad y Consumo, Trinidad Jiménez. Será la próxima en unirse al listado de políticos y afines que forman parte de la plantilla de la ‘teleco’.

La incorporación de Jiménez a la operadora resuena desde hace meses y llegó, incluso, a colarse en los debates electorales previos a las pasadas elecciones generales. En la operadora no tienen constancia de su fichaje, por el momento, y declinan realizar comentarios al respecto. Sin embargo, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha encargado de hacerlo público, aunque descarta que Jiménez acceda a algún consejo Telefónica, sino que lo hará como “trabajadora”.

No es el primero, ni único nexo socialista con la compañía que dirige Alierta. Javier de Paz Mancho es consejero de Telefónica desde 2007. Considerado amigo personal del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, es diplomado en Publicidad y ha cursado estudios de Derecho, así como un programa de Alta Dirección del IESE, según figura en el perfil de “consejeros independientes” que publica la compañía. Antes de su incorporación, desde 2004, estuvo al frente de Mercasa, la empresa pública que gestiona los mercados de alimentación mayorista. Además de ser consejero, es presidente de una de sus filiales: Telefónica Gestión de Servicios Compartidos y miembro de varias comisiones. Por sus responsabilidades en la operadora percibió en 2014 (el último ejercicio publicado) 491.000 euros.

También sigue a sueldo de Telefónica Narcís Serra, otro ilustre socialista, ministro en los Gobiernos de Felipe González y expresidente de la quebrada Caixa Cataluña, la caja de ahorros, por detrás de Bankia, que más ayudas públicas requirió. Serra sigue cobrando de la operadora desde 2011 como consejero de su filial en Brasil.

Otro nombre vinculado al PSOE es el de la esposa de Eduardo Madina. Paloma Villa, se incorporó a Telefónica en 2012. En concreto a su departamento de Relaciones Internacionales. Entonces, el partido justificó a Europa Press que fue la compañía la que se interesó por el perfil profesional de Villa. Antes de incorporarse a la ‘teleco’ la esposa del político vasco fue asesora del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo y formó parte del gabinete de la exministra Trinidad Jiménez durante su etapa en el Ministerio de Exteriores.

Los lazos con el PP

Ivan Rosa es abogado del Estado y esposo de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Rosa lleva casi cuatro años en la compañía presidida por César Alierta. Se incorporó para formar parte de una unidad de nueva creación, dentro de la Dirección de Asuntos Jurídicos de la Multinacional, especializada en la coordinación y planificación jurídica de los nuevos negocio de la empresa fuera de España, según explicó entonces la propia compañía. En su haber figuraba además haber trabajado en la Comisión Europea y en consejero en la Representación Permanente de España en Bruselas. Antes de llegar a la operadora, ejerció como abogado del Estado en la secretaría de Estado de Hacienda y Presupuestos.

Soraya Sáenz de Santamaría. Efe

También los gobiernos regionales llevan a Telefónica. Es el caso de Yolanda Barcina. La expresidenta de Navarra y exalcaldesa de Pamplona lleva sólo unos meses en nómina de la empresa encabezada por César Alierta. Barcina se incorporó a mediados del pasado octubre. No lo hizo al órgano de dirección de Telefónica, sino como consejera independiente de otro de nueva creación: el consejo ejecutivo de Distribuidora de Televisión Digital (DTS), encargado de marcar el paso de su plataforma de televisión Movistar +.

Barcina se incorporó a Telefónica sólo dos meses después de dimitir como presidenta de Unión del Pueblo Navarro (UPN), al perder el gobierno foral en mayo. Su formación está muy alejada del mundo audiovisual. Es doctora en Farmacia por la Universidad de Navarra. Su puerta giratoria se abrió al poco de conocerse su relación con Manuel Pizarro, consejero de El Corte Inglés, exnúmero dos del PP, expresidente de Endesa e íntimo de Alierta desde que ambos se dedicaban profesionalmente a la bolsa en los años 80.

También forma parte de quienes se subieron a la puerta giratoria de Telefónica, Eduardo Zaplana. El expresidente de la Generalitat valenciana y ministro del Gobierno Aznar fue enviado a Bruselas como delegado de la operadora ante las autoridades comunitarias, una suerte de oficina para practicar el ‘lobby’ con los legisladores europeos. Estuvo en el puesto durante cuatro años (2008-2012), a razón de un millón de euros anuales.

La siguiente de las filas populares será Andrea Fabra. En su caso sería un regreso porque está en excedencia de Telefónica desde 2007, ya que ha estado en las Cortes durante las dos últimas legislaturas. Al igual que en el caso de Iván Rosa, su trabajo en la ‘teleco’ estaba vinculado a los servicios jurídicos del área internacional de la compañía. A la espera de saber si se reincorporará o no a su puesto, la hija de Carlos Fabra (presidente de la Diputación de Castellón y en prisión por delitos fiscales) está casada con el exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, en la etapa de Esperanza Aguirre, Juan José Güemes.

Hay más nombres ‘ligados’ al PP. En 2012, Alierta nombró a María García-Legaz, hermana del secretario de Estado de Comercio con Rajoy como su nueva jefa de gabinete, un puesto de máxima confianza en la cúpula de cualquier gran compañía cotizada. No obstante, la ejecutiva hermana de Jaime García-Legaz llevaba en el Grupo Telefónica desde principios de los años 90 y ocupó puestos de responsabilidad en el departamento financiero de la operadora y en alguna de sus filiales.

Del ‘rey’ de la puerta giratoria: Rato...

Pero si hay un fichajes de relumbrón durante la presidencia de Alierta ése fue el de Rodrigo Rato, quien fuera vicepresidente económico con Aznar y principal respaldo del propio Alierta para ocupar el sillón presidencial de Telefónica. Por eso en enero de 2013, cuando Rato ya estaba imputado por Bankia, al ejecutivo de la operadora no le tembló el pulso a la hora de ficharlo como asesor para Europa y Latinoamérica.

Permaneció en el puesto contra viento y marea, en pleno estallido del escándalo de las ‘tarjetas black’ de Caja Madrid y los progresivos ceses de Rato en otras grandes empresas en las que era asesor, como Santander o Caixabank. El exministro es el paradigma de las puertas giratorias en España e, incluso, a nivel internacional. No sólo por su pertenencia durante ocho años a un Gobierno que aprobó la privatización de Telefónica en bolsa a finales de los años 90, sino tras su paso por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

... A la Casa del Rey

Otra de las defensas a ultranza que ha realizado Alierta durante su presidencia ha sido la del cuñado del Rey Felipe VI, Iñaki Urdangarín, y esposo de la Infanta Cristina. Su nombramiento como asesor del consejo de Telefónica Internacional o Brasil estuvo durante años marcado por la polémica, sobre todo, desde el estallido del ‘caso Noos’ que ahora se está juzgando el entramado que creó el exduque de Palma para obtener comisiones de distintas administraciones públicas.

Durante sus seis años de estancia en la operadora obtuvo cerca de 10 millones de euros de retribución por distintos puestos de consejero en la empresa. En la Junta General de Accionistas de 2013, Alierta defendió su trabajo. “Su comportamiento y labor han sido muy positivas. Lo quiero decir delante de todo el mundo”, aseguró. No es el único miembro de la realeza que ha pasado por la operadora. Fernando de Almansa, jefe de la Casa Real durante diez años, obtuvo un puesto en el consejo de administración de Telefónica en 2003.

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