Bruselas

La banca italiana, principal foco de preocupación en Bruselas por el riesgo de que desencadene una nueva crisis financiera, logra un respiro. Tras meses de negociaciones que han agravado los problemas, el ministro de Finanzas italiano, Pier Carlo Padoan, ha cerrado un acuerdo con la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, para crear un ‘banco malo’ en el que descargar los créditos morosos de hasta 200.000 millones de euros que acumulan las entidades.

Lo más importante del pacto entre Bruselas y Roma es que, a diferencia de los bancos malos creados en España o Irlanda, el esquema italiano no supone una ayuda pública, según ha concluido Vestager. Esto es clave porque, según las nuevas reglas de la UE sobre resolución bancaria que entraron en vigor el 1 de enero, cualquier subsidio habría obligado a aplicar quitas a los accionistas y acreedores de los bancos, incluidos los titulares de deuda sénior, muchos de ellos inversores minoristas, y a los grandes depositantes. En Bruselas se temía que ello desencadenara un pánico bancario en Italia.

Los bancos italianos apenas recibieron ayudas públicas durante la crisis financiera que empezó en 2007. Pero el sector sigue estando muy fragmentado, no se ha reestructurado y los años de recesión han provocado que el nivel de morosidad se dispare al 18%. La inquietud en los mercados sobre la banca italiana se ha agravado desde principios de año, con caídas del 20% de media. La entidad más afectada es el Monte dei Paschi di Siena, la tercera del país.

El acuerdo es “un paso importante para ayudar a los bancos italianos a afrontar sus créditos morosos”, ha celebrado la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. “Junto con otras reformas que están llevando a cabo y planificando las autoridades italianas, mejorará la capacidad de las entidades de dar crédito a la economía real e impulsar el crecimiento económico”, ha afirmado.

Avales públicos para titulizar los créditos morosos

En realidad, en Italia no se creará un único ‘banco malo’ centralizado, como la Sareb en España, sino una red. Cada banco italiano podrá sacar los créditos morosos de su balance, transformarlos en títulos financieros y transferirlos a una entidad separada gestionada de forma independiente. El estado garantizará sólo los tramos superiores de la titulización, es decir, los más seguros. Y los bancos tendrán que pagar una comisión por este aval público “a precios de mercado”. Por eso no constituye una ayuda de estado, según Bruselas.

El precio de los avales se calculará tomando como referencia el precio de los seguros de impago (CDS) de los emisores italianos con un nivel de riesgo similar al de los títulos garantizados. El coste irá aumentando progresivamente en el tiempo con el fin de tener en cuenta el mayor riesgo de impago por la tardanza en devolver los créditos y también para dar un incentivo a las entidades para que recuperen rápidamente las cantidades adeudadas.

El estado italiano emitirá la garantía sólo si los valores han obtenido previamente una calificación igual o mayor a la de grado de inversión por una agencia de calificación independiente e incluida en la lista de agencias aceptadas por el Banco Central Europeo. Los bancos estarán obligados a transferir las operaciones de cobro de deuda a un servicio externo e independiente. Con ello se pretende que las medidas de recuperación se vean obstaculizadas por conflictos de intereses.

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