Japón y Croacia se enfrentan este lunes (16:00 horas) en busca de un hueco los cuartos de final. Un duelo entre dos selecciones que no están entre las favoritas y que, tras lo visto en el Mundial de Qatar, pueden dar más de un susto. Especialmente los nipones, que tienen asociado el cartel del 'matagigantes'.

Un duelo marcado por el enfrentamiento entre una selección aguerrida y sin miedo como es Japón y por otra mucho más curtida y experimentada en estas situaciones como es Croacia. Un partido entre dos segundas espadas que todavía tienen mucho que decir en tierras qataríes. 

Pese a que, a priori, es uno de los octavos de final más descafeinados ya que ninguna está dentro del rango de favoritas en las quinielas. Japón y Croacia han demostrado mucho y son capaces de poner a cualquiera contra las cuerdas. La selección europea ya lo demostró en Rusia 2018, donde fueron subcampeones y únicamente sucumbieron ante la campeona Francia. En el caso de los asiáticos, ya saben lo que es ganar a dos pesos pesados de esto como son España y Alemania.

Maya Yoshida y Ritsu Doan celebran el pase de Japón a octavos. REUTERS

Un duelo que reúne a un país con poco más de cuatro millones de habitantes como es Croacia con uno que reune dentro de sus fronteras a cerca de 130 millones de personas. Lo que puede parecer un duelo totalmente desequilibrado igualará sus fuerzas en el Estadio Al Janoub. Un 'matagigantes' contra la experiencia.

Hacer historia

Japón a pesar de su gran cantidad de población no es una potencia futbolística. Sí lo es en Asia, donde lucha con Irán o Australia por el reinado en el continente. Aunque el país oceánico no pertenezca a ellos, sí que pidió el cambio para subir el exiguo nivel que impera en sus clasificaciones. Dejando este último matiz a un lado, tienen una oportunidad de oro en Qatar para hacer historia.

Japón es la selección numero 22 del ránking FIFA y solo le supera Irán, que se ubica en el puesto 16. Curiosamente, ninguna de las dos ha sido capaz de superar los octavos de final, aunque los de Queiroz nunca han pasado la fase de grupos. Eso sí, los nipones pueden acabar con esa mala dinámica de un plumazo.

Por segunda vez consecutiva, los 'samuráis azules' han logrado pasar la fase de grupos. Sin embargo, se han topado una y otra vez con ese muro, al que no han podido superar una y otra vez. Hasta en cuatro ocasiones han caído eliminados en esta ronda, diciendo adiós al Mundial con la miel en los labios.

La selección japonesa haciendo piña tras su victoria frente a España. REUTERS

En su primera aparición en los octavos, en Corea y Japón 2002, Turquía fue mejor que ellos y les superó por un exiguo 0-1. Ocho años más tarde, en Sudáfrica 2010, fueron apeados en una agónica tanda de penaltis por Paraguay. En Rusia 2018, Chadli clasificó a Bélgica y les dejó fuera en el último suspiro.

Es decir, en Qatar tienen una magnífica ocasión y más tras lo demostrado a lo largo del torneo. Los jugadores dirigidos por Hajime Moriyasu tiene por delante un encuentro marcado en rojo en el calendario, ya que frente a Croacia podrán tener al alcance de sus manos un caramelo para estar en cuartos de final.

Tras ganar con sendas exhibiciones a Alemania y España, Japón dio la campanada dejando fuera a los teutones y colocándose primera de grupo a costa de la Selección. Todo el trabajo que hay detrás les ha vuelto a colocar por segunda vez consecutivas entre los 16 mejores equipos del torneo y además se les ha puesto el cartel de 'matagigantes'.

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Ante sí, tienen el poder de dejar a un lado esas simples aspiraciones y pasar a ser considerado con un rival de mayor nivel. Los nipones siempre han tenido la etiqueta de equipo correoso asociado a la velocidad de sus jugadores. Sin embargo, a lo largo de sus apariciones en Qatar, han demostrado que poseen esa virtud, pero también le han añadido calidad, trabajo y disciplina. 

"Mis futbolistas son versátiles. Es difícil responder sobre tácticas y alineación, pero lo seguro es que seremos competitivos. Estamos listos para 120 minutos de batalla. Tendremos que presionar más al rival y ser más agresivos. No quisimos jugar a la defensiva contra España ni Alemania y no es nuestra intención ante Croacia. Croacia puede jugar de distintas formas y tenemos que tenerlo en cuenta", explicó el seleccionador de Japón, invocando a ese famoso espíritu samurái que les acompaña.

Modric, el faro croata

Croacia vuelve a estar de nuevo en los octavos de final de un Mundial. La selección que lidera Luka Modric se ha colado sin hacer apenas ruido y con unos resultados algo decepcionantes, pero han conseguido llegar hasta las eliminatorias directas y ahí es donde todo se juega a una carta.

Con Modric guiando el barco de una selección ampliamente experimentada, Croacia se presenta una vez más como uno de los combinados llamados a la sorpresa. Zlatko Dalić y los suyos ya lograron un histórico subcampeonato en Rusia 2018. Esta vez repetir la gesta se antoja complicado, pues los posibles rivales futuros son complicados e imperan Brasil o Argentina antes de una supuesta final.

Luka Modric celebra un gol con Lovren. REUTERS

Sin embargo, uno de los elementos que más caracteriza a los croatas es que están curtidos en mil batallas y se podría decir que tanto en lo metafórico como en lo literal. Jugadores como el propio Modric, Mateo Kovasic o Perisic están acostumbrados a jugar bajo la máxima presión. Otros como Gvardiol o Susic son jóvenes talentos que han llegado para comerse el mundo. 

Una mezcla de veteranía con juventud, donde impera principalmente la primera, que puede guiarles hasta su meta. De momento, tienen enfrente a Japón, que será la primera piedra de toque decisiva. Con un Balón de Oro como Modric en el campo, gente como Perisic, Brozovic o Kovacic de primeros espadas u otros que se están saliendo en Qatar como Gvardiol, las cosas pueden ser mucho más fáciles.

Croacia y Japón lucharán por ese puesto en los cuartos de final, donde les esperará el ganador del Corea del Sur - Brasil. Será un duelo por dos selecciones ampliamente trabajadas. Una busca romper su historia y estar por primera vez en la siguiente ronda, la otra quiere volver a dar la campanada guiada por sus veteranos.