Rodrigo Moreno Machado (Río de Janeiro, Brasil, 1991) no tuvo que salir de casa para ver su primer balón. Su padre, Adalberto Machado, jugaba de lateral en el Flamengo de los 80. Él le enseñó a correr, a chutar, a moverse para recibir el esférico. Ahora, muchos años después, es el delantero titular de la 'Roja'. 

En la escuela coincidió con otro hijo de futbolista, que ahora es también su compañero en la selección: Thiago Alcántara. Jugaban juntos en los descansos y en el equipo de fútbol sala. Los dos querían imitar a sus padres y, con seis y siete años, ya eran las estrellas del equipo.

Después de colgar las botas, el padre de los Alcántara, “Mazinho”, montó una escuela de fútbol en Vigo y le ofreció el puesto de director a Adalberto. Así que Rodrigo y Thiago siguieron formándose juntos. Sus caminos no se separaron hasta 2005, cuando el Barcelona fichó a Thiago para su cantera y Rodrigo se quedó en la costa noroeste de la península.

Su paso por las categorías inferiores del Celta hizo que el Real Madrid se fijara en él como una apuesta de futuro, aunque no llegó a debutar con el primer equipo. En 2010, fichó por el Benfica, donde fue campeón de la liga en 2014 y dos veces finalista de la Europa League.

Esos años de formación en un equipo de primer nivel le valieron para ser un fijo en las categorías inferiores de la 'Roja'. Con la sub-21 Rodrigo logró la Eurocopa en 2013 y marcó quince goles, que le valieron para ser el máximo goleador nacional de la categoría.

A pesar de la doble nacionalidad, Rodrigo nunca se planteó jugar con Brasil. Cuenta que él se ha formado en España y que esos son los colores que quiere defender. Ese sueño lo hizo realidad en 2014, cuando Vicente del Bosque lo convocó para un partido de clasificación para el Mundial de Brasil ante Luxemburgo. Rodrigo saltó al campo en el minuto 81 sustituyendo a Diego Costa. Seis minutos después y tras regatear a dos rivales partiendo desde la derecha, fabricó una magnífica asistencia para que Bernat, otro de los debutantes, marcase.

Esa es precisamente una de sus bazas. Rodrigo no es un '9' tradicional. No es un delantero que se limite a esperar y hacer goles. Rodrigo se mueve, busca los espacios entre líneas, las espaldas de los laterales. Aparece como mediapunta y se ofrece para hacer paredes, algo fundamental en el sistema de toque de Julen Lopetegui.

Este año ha encontrado la regularidad en el 4-4-2 del Valencia que dirige Marcelino. Acompañando al italiano Zaza ha marcado 19 tantos vistiendo la elástica ché, siendo así el máximo goleador del equipo y el segundo mejor anotador nacional, justo detrás de Iago Aspas (22 goles y cinco asistencias), su otro rival -junto a Diego Costa- por el nueve de España.