El ciclismo y el mundo del deporte están de luto por la sentida pérdida de Michael Antonelli, ciclista italiano de tan solo 21. El deportista ha muerto tras una intensa lucha contra el coronavirus, la cual no ha podido superar y que ha terminado llevándoselo como ha hecho con tantas personas en este horrible año 2020.
Michael Antonelli falleció este pasado jueves mientras intentaba recuperarse después de haber sido positivo y de haber ingresado en el hospital al empeorar su estado de salud en la última semana. Fue el lunes de esta semana cuando Antonelli se puso peor y sus familiares se vieron obligados a internarle en el hospital para intentar salvar su vida.
La trágica pérdida ha sido comunicada de manera oficial por su equipo ciclista, el Mastromarco Sensi Nibali de Italia, quienes han lamentado profundamente la muerte del corredor de tan solo 21 años. Han querido dedicarle estas bonitas palabras: "Ciao Michael, tu recuerdo quedará para siempre con nosotros. Todo el equipo de Mastromarco Sensi Nibali se une a la familia en este momento de dolor". Todos en la escuadra están absolutamente destrozados.
El ciclista, natural de San Marino, pasó sus últimas horas en la unidad de cuidados intensivos donde fue ingresado el pasado lunes, poco después de su llegada al hospital. Desde el primer momento de su internación, los médicos comprobaron que su estado era muy grave y que tendría muy complicado sobrevivir ante su contagio de Covid-19.
Una historia terrible
Sin embargo, la historia de Michael Antonelli es verdaderamente trágica, no solo por haber perdido la vida con tan solo 21 años fruto de la pandemia, sino porque llevaba más de dos años intentando recuperarse de una gravísima caída que había hecho de estos últimos dos meses un auténtico calvario.
El corredor tuvo un accidente en la
Sin embargo, Antonelli ha pasado los dos últimos años de su vida postrado en una coma y casi sin poder valerse por sí mismo. Sus últimos avances habían sido conseguir comer por su propia cuenta y reconocer a algunas personas, aunque todo el proceso avanzaba con demasiada lentitud.
El sueño de volver a subirse a una bicicleta, aunque solo fuese para dar un paseo, pues la competición estaba ya totalmente descartada, seguía manteniendo viva la ilusión y la esperanza de Michael y su familia. Sin embargo, el coronavirus ha sido un palo demasiado duro para ellos y que tardarán mucho tiempo en superar.
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