Los últimos capítulos de Juego de Tronos han decepcionado al sector feminista del público: el viraje del personaje de Daenerys hacia la tiranía y a la destrucción ha hecho sospechar a las adeptas a la serie. Acusan a los guionistas de simplificar la trama para pervertir la imagen que los fans tenían de la madre de dragones.

Así lo cuenta a este periódico la escritora Gema Nieto: “Estoy enfadada por los últimos capítulos. No me han gustado nada. Es una salida del tiesto total: creo que Juego de Tronos nos la ha colado un poco, porque estábamos ya abanderándola como la serie de la cuarta ola feminista, pero al final se ha rebelado como otra ficción, si no machista, sí tópica”. Señala que, al cabo, desemboca en lo mismo de siempre: “Un hombre sensato y precavido; y la mujer siempre mal parada. La dibujan como una loca que pierde los estribos a la mínima de cambio, y que es incapaz de gobernar porque la asalta una histeria repentina”. 

Nieto cree que “nos han dado gato por liebre” y apunta que es la “mayor injusticia que he visto en una ficción”: “Daenerys se marca un genocidio repentino: es una estrategia de los guionistas para que deje de ser la líder carismática de la que nos hemos enamorado. Benevolente, templada, buena gobernante, sensata, justa. Ahora la quieren dejar de loca histérica, de malvada psicópata… cuando en realidad la han cargado entre todos de razones para el odio. Lo hacen para deslegitimarla”. La idea es que el giro, a sus ojos, trata de allanarle el camino al protagonista hombre: Jon Snow. 

Contra "los visionarios"

La escritora desconfía de todos “esos visionarios” que andan comentando en redes sociales y en artículos de prensa que lo de Daenerys se veía venir “desde la primera temporada”: “El padre de ella sí estaba loco,  pero ella no: ella ha cometido acciones y asesinatos por venganza o para imponerse a sus enemigos. Otros personajes hombres también han actuado por venganza y no se les ha tachado de locos”. Recuerda que “ejecutaron a su familia, la exiliaron, la destronaron, su hermano la vendió, la violaron, se planeó asesinarla mil veces, la traicionaron sus aliados… y ahora llega Jon Snow a traicionarla. La están ninguneando. Es normal que estalle: demasiado templada ha sido ella”. 

Cita la teoría de Mary Beard en su libro Mujeres y poder: “Nuestra cultura milenaria occidental siempre ha tenido la estrategia de retratar a las mujeres que ostentan el poder como histéricas o locas, para que ese poder volviese legítimamente a quien le pertenece: al hombre. Sucede desde Grecia y Roma. Medusa, Antígona. Incluso el mito de las Amazonas. Los hombres han tenido terror a que las mujeres asumieran el poder, así que tenían que matarla o conspirar contra ella para devolvérselo a los hombres”.

Tirana y feminista

Nieto cree que ella nunca dio pistas “de que estuviese obsesionada con el poder”, porque eso “hubiese resultado más creíble para llegar a este desenlace”. “Pero ella es la heredera legítima al trono, es justa y sabia, y la han vuelto loca”. La activista y youtuber Patricia Castro opina lo siguiente: “Si somos feministas también tenemos que ser feministas para esto: hay mujeres malas y tenemos que asumir la condición humana. Perfecto. Pero la verdad es que hay una tendencia a enloquecer a las mujeres y creo que eso es misoginia pura. Ahí todas las heroínas trágicas. Y las románticas: Bovary, Ana Karenina… o se mataban, o mataban a sus hijos, o Karenina se tiraba debajo de un tren porque se vuelve loca por amor. Estamos cansadas de la misma historia”, resopla. 

Pero, con todo, ella defiende a Daenerys: recuerda las torturas y los dolores que experimentó en su vida y cree que su venganza es “pura política”. “A Jon Snow hay un momento en el que le dice: ‘Si no es por amor, será por miedo’. Y lo quema todo. Ella intenta hacerlo bien, porque es un personaje profundo, pero la están llevando mal. Es obvio que cuando no puedes hacer las cosas por las buenas, las haces por las malas”. 

Pide que los espectadores no sean tan núbiles: “No hay que idealizar la serie ni beatificarla a ella. Para que llegue el progreso hay que hacer revoluciones, y las revoluciones traen cosas malas también. Aquí hay dragones, fuego y ejércitos. ¿Cómo iba a hacerlo? ¿Con flores?”. Cree que Daenerys puede ser feminista y tirana a la vez. “Ha matado a inocentes, y no la estoy justificando, pero, ¿cuándo no mueren inocentes? Nunca hemos vivido en una Arcadia feliz”, remata.