Esta compositora chilena de 35 años mantiene lejos el móvil para que la gran novia de los creadores, la inspiración, se acerque a tomar un vinito y a moverle las pestañas. Por ahora le funciona rodado: con Espejo, su último trabajo, Javiera Mena ha vuelto a subrayarse como la rejoneadora del pop global y la que le hace el boca-boca al género en Latinoamérica. Mezcla la poesía y la disco, la metáfora y el jugueteo.

Reivindica su derecho a leer sin vibraciones de Whatsapp, reivindica su derecho a aburrirse. Tiene algo modernísimo y algo sabio y viejo. Cita a Simone de Beauvoir, a Lola Flores y a Soy una Pringada: ya me dirán ustedes, Javiera es de todos los tiempos. Para disfrutar de su arte y su performance, el próximo sábado 28 de julio, en el Low Festival, que sopla diez veranos agitando la Playa de Levante. No se la pierdan. 

En su cuenta de Twitter se define como “poeta melódica”.

Sí, porque las canciones son poesía, yo yo las mías las compongo. Yo creo que todas las letras son poéticas, pero las mías, en ese sentido, tienen algo más… un componente abstracto que responde más a lo que se ha planteado normalmente como poesía. Algo de libre interpretación.

¿Referentes poéticos?

Gabriela Mistral es mi top one. También me gusta mucho Oscar Wilde, tiene poesía muy linda aunque no se le conozca tanto. Letrísticamente me gusta mucho Björk, o Gustavo Cerati, que es un músico argentino que murió hace muy poquito… En ese tipo de letras no hay nada directo, son de doble lectura y eso me interesa porque se está perdiendo un poco. Hoy día todo es muy directo y yo me siento una defensora de esa antigüedad.

Se refiere, supongo, a las obviedades de géneros latinos como el reguetón, que muchas veces expresa directamente sus deseos.

Sí… bueno, lo hablaba con un amigo, y yo es que echo de menos la metáfora. Esta moda de ir tan directo viene muy de la calle, de lo urbano, del “estamos aquí y ahora”, y me parece bien porque es un estilo como otro, pero las letras que más me interesan a mí llevan a otro lugar. Mis letras tocan el erotismo, pero como uno de los espacios que existen, no como el centro.

El pop es un género denostado. ¿Cómo hacer para redignificarlo?

Sí, tienes razón. Está ese estigma. Yo me nutro de muchos estilos. Me gusta el ambient, el house, el techno… si hay algo rico y variado hecho con mucho trabajo va a relucir. También tengo amigos que aman el metal y aman mi música. Intento hacer un producto de calidad que vaya más allá de la etiqueta, porque yo creo que ya la gente no se preocupa tanto de la etiqueta, sólo busca una buena canción… hay prejuicios y los puedo sentir, pero todos andamos buscando la buena canción.

En alguna ocasión ha citado a Emily Bronte diciendo que no hace falta enamorarse para escribir sobre amor. ¿Qué sabe Javiera Mena del amor que no sabía con 15 años?

Mirá qué pregunta… creo que muchas cosas, porque yo ya tengo más del doble de esos (risas). Qué sé yo del amor hoy… a los 15 años uno cree que el enamoramiento es el amor, y luego te das cuenta de que el amor es una cosa mucho más amplia que tiene que ver con darle al otro un espacio para que se desarrolle. El amor es un poco dejarle su lado al otro, sin convertirte en Teresa de Calcuta… pero querer que el otro florezca. Eso es el amor. Más que el enamoramiento a primera vista, que te vuelve loco, que sientes que te invade completamente… a mí eso me sigue pasando, pero aprendí que amar es ir más allá de todo, incluso del tiempo.

¿Cree que el feminismo va a destruir esa vieja idea del amor romántico, del amor como posesión? ¿Va a dejar entrar el aire?

Pues es muy interesante esto. Acabo de ver un documental de Netflix que era como Veinte minutos sobre la monogamia. Está buenísimo y explica justamente eso que dices: hay un cambio de paradigma, y está rotando eso del amor romántico y esta cosa territorial de la familia, y del padre… eso de “el padre sale, la mujer se queda con los hijos”. El amor romántico viene de ese tipo de sociedad también, en la que el hombre es el infiel y la mujer le espera en el piso. Todo esto está produciendo conversaciones estimulantes. Leí el otro día una nota de Simone de Beauovir y Sartre y su tipo de amor, ¿no?, cada uno en su casa. ¡Así 50 años…! Buscando su fórmula. Vivieron épocas bonitas de mucha pregunta. Para mí la relación ideal es la suya, porque es realista. Siento que lo otro es una mentira y todos terminan viviendo una doble vida, y todos tienen hijos y amantes… Yo estoy en miles de preguntas.

Se ha alejado de las redes sociales para poder evaluar el mundo con cierta distancia crítica. Pero, ¿puede sobrevivir un artista en 2018 sin reventar Instagram o Twitter? ¿Cómo es esta dependencia?

Para hacer mi disco estuve alejada y ahora tuve que volver. El mundo te lo exige, te piden que estés presente. Suben todo el rato las miradas, las fotografías, las stories… y eso obviamente repercute en que la gente te escuche más, que es lo que yo quiero al final, que escuchen mi música. Es complicado porque por otro lado, yo, como ser humano, no quiero estar todo el tiempo sacando fotografías porque quiero estar disfrutando de los momentos. Yo vengo de una generación que disfrutó la vida sin móvil. Tengo 35 años y no me sale tan fluido. Además no lo quiero porque supone un retroceso cognitivo. Yo quiero leer, hacer cosas y aburrirme. Creo que habrá que hacerlo pero con método, como decía Lola Flores. “¡Todo con método!”. Para disfrutar del mundo y no perderse.

Javiera Mena.

¿Cómo es para una mujer lesbiana salir del armario en el mundo de la música? Me da la sensación de que para los artistas gays es más sencillo. Incluso para las mujeres bisexuales. Pero, ¿dónde están las lesbianas?

Yo lo he dicho abiertamente y creo que es un aporte. Pero es cierto lo que dices: ¿dónde están las mujeres que dicen que se interesan por chicas y tienen novias mujeres… dónde están? Las mujeres lesbianas tenemos menos poder que el hombre gay, y eso también es machismo. Al final no deja de ser una mujer que prefiere a otra mujer, y tal y como está armada la sociedad, es mucho más invisible. Pero yo noto que aquí en España están cambiando las cosas mucho. En Latinoamérica aún vamos un pasito más hacia atrás. Yo me muevo en un ambiente específico y veo las cosas cambiar… hay más confianza de la mujer lesbiana a decir que lo es. Creo que ser lesbiana está de moda y eso es positivo. Lo veo en las películas de Hollywood, donde se pone a la lesbiana en un pedestal. Es visibilizador.

Pero, ¿no cree que a veces esa visibilidad es tramposa? Se sigue mostrando a la mujer lesbiana como un reclamo sexual del hombre. Pienso en el vídeo de Bien duro, de C. Tangana. Dos mujeres se besan, pero acaban yéndose con él mientras él mira pícaramente a la cámara.

Entiendo. C. Tangana es un artista pop y lo que busca es responder al inconsciente colectivo de lo popular, y yo creo que hay una imagen popular del hombre con dos mujeres. Él lo mostró ahí, pero esta reflexión está buena porque mucha gente la hizo también. Y por ahí va la cosa. Yo el vídeo no lo he visto, pero ya sé… a mí me gusta que tengamos esta conversación, es positivo. Hay que hablar de esto. A las lesbianas se nos mira como una fantasía del hombre.

Es feminista de médula, usted.

Sí, pero mira, me acuerdo mucho de lo que dice Soy una Pringada: se burla de las feministas estas de Instagram, y de sus frasecitas… me parece súper bien porque yo lo siento así. Soy feminista de hechos, no feminista de Instagram ni de frasecitas. Yo hablo con lo que hago. Con mis canciones, mis vídeos, con la gente que yo decido trabajar en mi estudio. Agarro la producción de mis canciones y he aprendido a valerme así desde pequeña. Lamentablemente, para mi generación es revolucionario: hasta hace poco en los estudios no había chicas. Decir que soy lesbiana también me parece algo diferente. No me gusta escribir cosas por Twitter, ni por Facebook, porque me arrepiento y porque estoy en constante aprendizaje.

¿Cree en las cuotas en los festivales para que se incluyan a mujeres artistas?

No sabía que se estaba dando. Yo sé que la gente está pidiendo que haya mujeres en los festivales: normal. Pero igual hay una mano negra… los hombres son muy compañeros entre sí, y nosotras tenemos que no pelearnos entre nosotras. Yo soy la más compañera con mis mujeres. Leí una vez que la rivalidad entre mujeres está fomentada porque no conviene políticamente que estén unidas. Pero esto se va a conseguir y se va a ir dando más allá de las cuotas. El compañerismo lo vamos a conquistar las mujeres también.

No sé cómo valora personalmente la campaña Me Too. ¿Ha padecido acoso, o zancadillas paternalistas en la industria musical?

Me crié en una generación de malos comentarios. Comentarios como: con quién se habrá acostado ésta para estar aquí. Eso estaba normalizado, y ahora es como: ¡guau! ¿A que eso no se diría de un hombre, que se acostó con nadie…? La verdad que a mí el tema del acoso no me ha tocado, he tenido un buen campo de fuerza alrededor mío y siempre me he plantado como igual ante los chicos. Incluso en el estudio, a pesar de estar yo sola con chicos. Yo lo he luchado esto todo el tiempo, también en el lenguaje, y le he dicho a mis compañeros que parasen con esos comentarios hirientes y machistas. Ahora se los tienen que guardar, porque hay un cambio muy grande. Diez años atrás no hubiese sido posible.

Vi que hizo un vídeo contra la explotación animal en la industria del huevo. ¿Qué opinión le merece la tauromaquia: es arte o tortura?

Es una tradición que viene, no sé, de los gladiadores… veía hace poco la película Gladiator y ahí está el pueblo girando y jaleando alrededor del sacrificio. Aquí está presente esa idea, pero a día de hoy, con la cantidad de libros que se han escrito, con la cantidad de información que tenemos y con la psicología que hay… tenemos que cambiar esto. No puede ser que en el centro siga habiendo un ser viviente, un animal. ¡Pongamos un robot! Algo que no tenga sistema nervioso. Es muy cruel. Claro que es cultura porque viene de hace miles de años, pero es tortura al mismo tiempo. Nada de estacas, nada de pasar por encima del ser viviente… hay que crear algo paralelo que tenga que ver, en el que se respete el rito, pero sin este dolor. Les tocó duro a los toros al nacer animal, en todo caso… sólo los perros y los gatos se salvan.