La más perjudicada por todo ese machismo fue Scarlett Johansson. La actriz ha estado presente desde los primeros compases de la saga, pero hasta 2021 no han dado luz verde a una película dedicada a su Viuda Negra. Da igual que fuera una de las estrellas más conocidas del reparto, en Marvel han tenido que esperar a que el feminismo diera un golpe en la mesa para cambiar las tornas. Lo han hecho de golpe y a lo grande con la película que ha dirigido Cate Shortland.

Porque el filme no sólo pone en el centro a Johansson, sino que borra casi al completo la presencia masculina, limitada a una figura paterna patética y churretosa y a un villano que se parece a Harvey Weinstein. Un magnate que cree que las mujeres son su posesión. Viuda Negra es una historia sobre la liberación de la mujer del yugo del machisno. Lo es sin paños calientes. Quizás por ello Marvel ha fichado a una directora muy alejada del mundo hollywoodiense.

La elegida ha sido Cate Shortland, que ha pasado de competir en Cannes con Somersault o en Locarno con Lore para encargarse de una superproducción enorme. La responsable de su elección no fue otra que Scarlett Johansson. “Había visto Lore y Somersault y vino de forma inesperada y empezamos a hablar. Compartíamos una visión. Una mirada seria. Quería hacer cosas interesantes y fue muy seductor la idea de hacer algo con ella”, cuenta la directora a EL ESPAÑOL

Ha pasado de producciones con un equipo reducido y controlado a una superproducción con cientos de técnicos, pero hay cosas que no cambian, como “la forma en la que yo trabajo, queriendo crear una atmósfera para los actores”, eso sí, esta vez fue más difícil con tanta gente. “En esta película había muchos, muchos hombres. Y a veces estábamos Scarlett y yo en el set, con 200 personas del equipo de los que el 99% no eran mujeres, y eso para mí sí es un cambio, porque en mis películas más autorales el equipo es más mixto”, explica.

Del personaje de Viuda Negra, una vengadora con un pasado turbio como espía rusa educada como máquina para matar, le interesaba “la complejidad del personaje y sus secretos”, y el hecho de que “en vez de culpar a otras personas por lo que le ha pasado, se culpa a sí misma. Se ve como responsable de lo que ha pasado aunque el mundo la vea como una heroína, y eso creo que era un viaje interesante para hacer junto a Scarlett”.

En esta película había muchos, muchos hombres. Y a veces estábamos Scarlett y yo en el set, con 200 personas del equipo de los que el 99% no eran mujeres

La película conjuga lo dramático con momentos de comedia. La intriga de espías con la acción desenfrenada, y todo con un estilo más bajado a la tierra que el de Los Vengadores. Una especie de James Bond femenino pasado por el tamiz del MCU que esconde un mensaje empoderador. Una trama que nunca se hubiera aprobado en un gran estudio hace diez años, pero que no hace que Shortland lance las campanas al vuelo: “Sabes qué pasa… que cuanto más envejezco más cabreada estoy. Cuando estudiaba en la universidad yo estudiaba feminiso, y ahora estoy en plan: ‘vamos, por favor’, pero veo que todavía está todo en proceso y que la misoginia es algo que está todavía aquí. Todos los hombres y las mujeres debemos acabar con ella”.

Ahora queda el examen de la taquilla, pero las primeras señales dan por hecho que ese lo tiene aprobado con nota. Las preventas de Viuda Negra la colocan en un primer fin de semana de en torno a 90 millones de dólares. Cifras que se parecen a la situación pre pandemia y que están por encima de otros debuts del universo cinematográfico de Marvel. La gente quiere grandes espectáculos en los cines, y si la semana pasada abarrotaron las salas con la novena entrega de Fast & Furious, ahora es Marvel la que quiere demostrar que siguen siendo los reyes de la taquilla mundial.