La figura de Unamuno siempre ha estado envuelta en polémica. Un nombre que ha sido utilizado por la izquierda y por la derecha, y hasta mencionado por Vox en el congreso. El filósofo, pensador y escritor, ha sido siempre objeto de teorías. ¿Realmente dijo aquel discurso en el paraninfo?, ¿cómo puedo apoyar el golpe de estado?, ¿realmente murió en el brasero hablando con un amigo? Muchas preguntas que sus biógrafos y estudiosos siguen intentando desentrañar.

Alguna de ellas se desvela, por fin, en el documental Palabras para un fin del mundo, un trabajo dirigido por Manuel Menchón, quien realizara la película La isla del viento, sobre el exilio de Unamuno, y que aporta documentos inéditos para reconstruir de forma fiel la historia de España y de Unamuno. Todos los focos se los ha llevado su escalofriante final, en el que muestra documentos en los que se ve que la versión oficial de la muerte contada por el franquismo tiene mucho de cuento y poco de realidad certificada.

Usted ya había abordado la figura de Unamuno en una película de ficción, La isla del viento, no sé si nace ahí esa fascinación por si figura.

En La isla del viento el enganche fue ver que no se había hecho ninguna película de ficción sobre la vida de Unamuno. Nadie había llevado a la puesta en escena lo del “venceréis pero no convenceréis”. Era la época del 15M y me pareció una buena figura para articular una serie de inquietudes que yo tenía. Unamuno tiene una particularidad, es 3D, es poeta, filósofo, político y te permite abordar mucho. Eso no te lo da cualquier personaje.

Tráiler de Palabras para un fin del mundo.

Ahí comienza una investigación que continúa en este documental, que además aborda los últimos 80 años de historia de España.

En La isla del viento me interesaba el personaje como persona, lo humano. Aquí lo que me interesaba era la historia de nuestro país, tomar como hilo a Unamuno. Desde que regresa del exilio, que comienza la Segunda República, hasta su muerte, con la Guerra Civil, un periodo idóneo para comprender qué pasó. Al principio iba a ser un cortometraje, que me propuso Jean Claude Rabaté. Habían obtenido las cuartillas del profesor Serrano, el profesor de Derecho, que explicaban lo ocurrido el 12 de octubre.

Me interesaba por dos motivos, primero porque se empezó a cuestionar en prensa, mediante un artículo de Sergio del Molino, de que aquello no había ocurrido, lo cual me parecía indignante sabiendo las consecuencias de aquello para Unamuno. Le quitaron la cátedra, lo echaron del ayuntamiento y lo encerraron en vida, con lo que es imposible que allí no hubiera pasado nada. Tener ese documento era muy importante, sobre todo porque en una mesa redonda en el Instituto Cervantes, vinieron un grupo de Legionarios para decirme que había mentido y que el 12 de octubre nunca había ocurrido y que era una construcción literaria.

La gente cree que el golpe de estado empieza con el asesinato de Calvo Sotelo. Esto no es verdad, el golpe se llevaba años preparando y financiando por parte del fascismo italiano

De hecho, me regalaron un dibujito con Unamuno y Millán-Astray dándose la mano como si fuesen amigos. Aquello me pareció una manipulación más sobre la mentira que ya había. Al ir tirando del hilo, fui consciente de que la historia era mucho más compleja y nunca pensé que iba a acabar donde he acabado. El corto se ha convertido en una película y tengo mucho material que se ha quedado fuera que daría para una tesis doctoral, documentación que apuntala todo lo que habéis visto.

También hay una mirada diferente a la historia de España…

Aportamos muchísima documentación nueva sobre Unamuno, pero también sobre la historia de España. Es la primera vez que el espectador va a ver una filmación de quema de libros en nuestro país, en concreto en la calle Libreros. Se ha eliminado de nuestra memoria. Vemos que igual que el impuesto revolucionario que ETA hacía pagar, lo mismo se hacía en el bando rebelde cada vez que ocupaba una población. Vamos a ver en pantalla grande las actas de la traición de Mola, en las reuniones con Mussolini en el año 34. Esto es importante porque la gente cree que el golpe de estado empieza con el asesinato de Calvo Sotelo.

Esto no es verdad, el golpe se llevaba años preparando y financiando por parte del fascismo italiano. Respecto a Unamuno, hay un montón de cosas nuevas muy importantes. Está lo de las 5000 pesetas, lo de las actas de universidades, que Franco lo utilizó a favor. En todos los libros de historia figura que a Unamuno no se le da el Nobel en el 35 por su apoyo al franquismo, cuando sabemos que Unamuno era de los fundadores del comité antifascista y aquí vemos cómo es el propio gobierno de Hitler quien moviliza todo para que no le den el Nobel.

Miguel de Unamuno, en el centro, delante de una bandera republicana. Palabras para un fin del mundo

¿Se ha manipulado y pervertido la imagen de Unamuno?

La pregunta es: ¿Es solo Unamuno? ¿Qué no sabemos de nuestra historia? Va más allá de Unamuno este documental. Leí recientemente Los amnésicos de Swartch, que habla de la reparación de memoria en Alemania y en la Francia de Vichy. Y leyendo el libro, me daba cuenta de que en España no ha pasado nada de esto. El nivel de exterminio a intelectuales no sabéis lo que fue. Tuve en mis manos un documento secreto en el que se pedía que se sacase de la cárcel a los intelectuales y universitarios porque España se iba a quedar sin ninguno. No tuvo respuesta. Eso explica también el odio a la cultura de un sector de nuestro país.

Una de los momentos más importantes del documental es el de la muerte de Unamuno, donde tú pones en duda la versión oficial

Yo ya había filmado la muerte de Unamuno en La isla del viento, pero lo hice como un cuento, porque la versión oficial de su muerte es como un cuento de Dickens. En ella un amigo y exalumno de Unamuno va a verlo la última noche del año. En el momento en que descubres que ni es amigo, porque nadie lo conocía en la familia y porque en ninguna de las 200.000 cartas aparece, ni lo cita en ningún sitio. Tampoco es su alumno porque no existe expediente académico en la universidad. A partir de ahí empiezas a ver la documentación de su muerte y es todo irregular. Podemos decir que la versión de su muerte es falsa y, en base a documentos reales, es irregular.

No me gusta la polémica, pero no es ético no contar esto y dejar pasar otros 80 años. Yo no pongo punto final, yo dejo preguntas abiertas para que los historiadores sigan estudiando

A Amenábar le persiguió la Plataforma Millán Astray, ¿tienes miedo de las represalias de este documental?

Conforme fui descubriendo cosas, me entró pánico. Hubo un momento de inflexión de decir qué contaba y qué no para mi tranquilidad. La realidad es que si no lo hubiese contado, estaría intranquilo. No me gusta la polémica, pero no es ético no contar esto y dejar pasar otros 80 años. Yo no pongo punto final, yo dejo preguntas abiertas para que los historiadores sigan estudiando. Todo lo que saco es legal, son documentos.

Cuando ves que Unamuno es uno de los nombres que usan todos en el Congreso, incluso por la extrema derecha, ¿piensa que es más necesario todavía haber hecho este documental?

Mi sentimiento para con esta película no es sólo Unamuno, de verdad. Mi sentimiento es sobre todo la manipulación de la realidad, las fake news… pensar cómo una mentira puede vivir más de 80 años. Ahora que todo se manipula, vemos qué difícil es desmontar una mentira. Tiene que ver mucho con los tiempos que vivimos. Me preocupan las redes sociales. Me gusta lo que ha pasado tras la moción de censura de Vox, pero ojo, que está ahí, y mira quién gobierna en Brasil, en EEUU… El daño que puede ocasionar una mentira es tremendo, y lo difícil que es conocer una verdad. Ese es el mensaje que yo quería trasladar.

Unamuno fue el primer intelectual en España que denunció el uso propagandístico de la prensa y de la derecha, que fue cuando empezó la Legión. Denuncia a Hitler, a Mussolini. La tragedia es que quien denuncia aquello es víctima de eso. Los últimos meses de vida de Unamuno está rodeado de gente de prensa y propaganda. Aguilera es quien traduce las entrevistas de Unamuno y las manipula, como dicen los testigos. Bartolomé Aragón, última persona que lo vio con vida, se encargaba de la prensa y propaganda. Eso es lo importante, no si Vox utiliza el "venceréis pero no convenceréis”.

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