La carrera por el Oscar llega a su fin en unas horas. Por fin sabremos cuál es la mejor película del año y las mejores interpretaciones del año según la Academia de Hollywood. Un año en el que todo indica que la epopeya bélica de Sam Mendes, 1917, arrasará en las categorías principales, pero que puede deparar alguna sorpresa.

De momento, en EL ESPAÑOL hacemos una predicción de aquello que creemos que va a ocurrir en esta edición de los premios más famosos del cine, pero también de lo que nos gustaría que ocurriera, reivindicando trabajos que parece que quedarán olvidados injustamente. Esto es lo que creemos que ganará y lo que creemos que debería ganar.

Mejor película y Mejor dirección

Quién ganará: 1917 y Sam Mendes. La película de Sam Mendes tiene toda a favor. Es un éxito entre la crítica y entre el público, con más de 120 millones de dólares recaudados sólo en EEUU y otros 130 en el resto del mundo antes deuq es entreguen los Oscar. Además, hacía mucho tiempo que no había una película que consiguiera todos los premios previos: Sindicato de Productores, directores, Globos de Oro y Bafta. Por si fuera poco es la película que Hollywood quiere recuperar, una gran producción que recupera la fascinación por el cine en pantalla grande en una época donde se debate dónde ver las películas.

Tráiler de 1917, la nueva película de Sam Mendes.

Quién debería ganar: El irlandés o Parásitos. Martin Scorsese o Bong Joon-Ho. Son las dos obras maestras del año. La primera es la cima de la carrera de Scorsese, hablando de la mafia pero como nunca lo había hecho hasta ahora, con el paso del tiempo como hilo conductor. Una narración compleja que no decae en tres horas y media. Lo de Parásitos son palabras mayores, un filme que ha conectado con todo el mundo de una forma brutal y que realiza uno de los retratos más brutales de la lucha de clases y el capitalismo feroz sin caer en los clichés y pasando de género a género con una asombrosa facilidad.

Mejor actor

Quién ganará y quién debería ganar: Sintiéndolo mucho por nuestro querido Antonio Banderas, que realiza una de las mejores interpretaciones del año y la mejor de su carrera, es el año deJoaquín Phoenix. Lo que hace es una absoluta barbaridad. Una composición increíble en la que todo aporta. Hasta el físico se construye y se modifica para encarnar a un loco al borde del abismo que genera una revolución social. Siempre en el filo alambre de caer en la sobreactuación, pero nunca cayendo, es una de esas interpretaciones que valen una película y que no se pueden obviar.

Joker

Mejor actriz

Quién ganará: Renée Zellweger, por Judy. Cuánto le gusta a Hollywood un buen regreso a casa, y eso es lo que ha ocurrido con Zellweger, muy correcta en el biopic de Judy Garland. El plus de esta interpretación es cómo la realidad de la actriz coincide con la del propio personaje. Renée fue expulsada de la industria y preguntándose si la industria ya no la quería, además de sufrir un maltrato de la prensa por sus supuestas operaciones estéticas. Hollywood le debe una disculpa, y vendrá de la mano de su segundo Oscar.

Quién debería ganar: Scarlett Johansson. Lo que hacen Johansson y Adam Driver en Historia de un matrimonio está más allá del elogio, y si bien Driver no ganará por tener enfrente al Joker de Phoenix, Johansson debería hacerlo por su papel en esta historia sobre el minucioso proceso de divorcio. Está magnífica mostrando todas las aristas y contradicciones de su personaje. Contenida y derrochando encanto.

Fotograma de Historia de un matrimonio.

Mejor actriz secundaria:

Quién ganará: Laura Dern. Seamos sinceros, Dern está magnífica en Historia de un matrimonio, pero su premio será por el monólogo sobre lo que se espera de una mujer en la sociedad actual tan bien escrito por Noah Baumbach.

Quién debería ganar: Florence Pugh, por Mujercitas. Pugh es la revelación del año. Ya despuntó el pasado con Lady Macbeth y este se ha comido el mundo con Midsommar y con la adaptación de Gerwig de la novela de Louisa May Alcott. Por esta última debería ganar este premio. Ella da vida a Amy, históricamente el personaje más desagradable que ella y el guion de Gerwig reivindican. Es un torbellino que se come a bocados sus escenas.

Mejor actor secundario:

Quién ganará: Brad Pitt. La Academia le debe un Oscar a Pitt, que no tiene ninguno como intérprete y que derrocha carisma en Érase una vez… en Hollywood. Además, ha hecho una campaña perfecta. Ha sido gracioso, encantador, ha ido a todas las galas… No se le puede escapar.

Quién debería ganar: Joe Pesci. La labor de Pesci en El irlandés es, sin duda, la mejor de todos los nominados. Scorsese le ha sacado de su retiro para dar vida a Russel Bufalino y Pesci ha contestado con una interpretación insuperable, propia de un maestro. Infunde miedo y respeto con su cuerpo diminuto y desde la contención. Tendría que ganar su segunda estatuilla.

El irlandés.

Mejor película de animación:

Quién ganará: Toy Story 4. Aunque haya perdido en los Bafta y en los Annie, la Academia ama a Pixar. Incluso en años con películas flojas suelen apostar por la compañía en detrimento de filmes más pequeños y arriesgados.

Quién debería ganar: Klaus. Está difícil pero no es imposible. El filme español está pisando los talones del gigante de Pixar y debería dar la campanada. Especialmente por su apuesta por una animación hecha a mano, una técnica casi olvidada y que aquí luce de una forma preciosa.

Mejor guion original: 

Quién ganará y quién debería ganar: Parásitos. Un prodigio de mezcla de géneros sin que ninguno desentone. Lleno de detalles brillantes sin subrayar ninguno, igual que su crítica social y política, siempre presente pero sin que se convierta en un panfleto. 

Enma Watson en 'Mujercitas'.

Mejor guion adaptado:

Quién ganará: Jojo Rabbit. Suena a premio de compensación este galardón para Taika Waititi, ya que su guion no termina de empastar la parte cómica y la dramática, quedando un filme con dos tonos diferenciados y confusos. Además, en ocasiones se pasa de moñas.

Quién debería ganar: Mujercitas o El irlandés. El irlandés convierte un libro 'normal' en un libreto prodigioso que viaja a tres tiempos trenzando las historias con una agilidad y un ritmo maravillosos, mientras que profundiza en cada uno de sus personajes. Lo de Gerwig es realmente complicado, coger una novela sobada hasta la saciedad y hacer que suene nueva y actual. Su última media hora, en la que mezcla la historia real de la autora y el final del libro para establecer una mirada crítica sobre el mismo es brillante. 

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