El mito del cine francés Édith Scob ha fallecido hoy a los 81 años en París, después de siete décadas trabajando con los mejores creadores de su país. Comenzó en el oficio a finales de los cincuenta y ha picoteado del cine y del teatro, llegando a representar hasta 120 papeles. Desde pequeña se enamoró de la literatura a partir de su devoción por la dramaturgia. La lanzó al estrellato la película Ojos sin rostro, donde interpretaba a la hija con el rostro desfigurado. Fue su primer papel principal: sólo tenía 22 años.

En la película de terror, basada en la novela de Jean Redon, Pierre Brasseur interpreta a un cirujano plástico que decide trasplantar la cara a su hija, quien se la desfiguró en un accidente de coche. La película pasó por los censores europeos pero nunca dejó de formar controversia.

La actriz fue nominada dos veces al Premio César a la Mejor Actriz de Reparto por Horas de verano (2008) y Holy Motors (2012). Además, nunca olvidó su faceta de activista: entre sus ideas más reseñables, la fundación de un teatro de vanguardia en Bagnolet con su marido, el compositor Georges Aperghis, justo después del célebre mayo del 68. Su misión era acercar la cultura a los sectores más empobrecidos y vulnerables