Las historias de superación gustan a todo el mundo. No hay nada más cinematográfico que ver a los humildes vencer frente a los poderosos, a los pequeños hacer morder el polvo a los grandes. La Academia de Cine Española lo sabe, y por ello todo indica a que en los Goya de este año -la edición número 31- nuestra industria vivirá la suya propia. La de un chaval que lleva ocho años tratando de sacar adelante su debut como director mientras se ganaba el cariño de todos como actor y que acaba venciendo a sus maestros.

Raúl Arévalo tiene todo a favor para arrasar en los Goya. Su debut en la dirección ha ganado todos los premios previos -Forqué, Feroz y CEC- y ya sorprendió a todos con sus once nominaciones. Hasta en categorías donde no se la esperaba (como actor revelación) consiguió ser finalista, lo que dice mucho de la pasión que ha levantado entre los acdémicos. La película más modesta de todas las nominadas, la de menor presupuesto y la que vivió una campaña más austera de promoción, tiene el viento a favor para derrotar a todas las grandes producciones del año.

Antonio de la Torre y Luis Callejo, los dos protagonistas de Tarde para la ira.

1,2 millones de euros es lo que ha costado Tarde para la ira. Un presupuesto ridículo frente a los 25 millones de Un monstruo viene a verme y lo que hubiera costado una campaña de promoción como la que ha llevado a cabo Mediaset. También está lejos de los cinco millones que costó El hombre de las mil caras y los cuatro de Que dios nos perdone. Sólo el filme de Almodóvar, con 1,3 millones se acerca, aunque el ruido mediático del filme de Almodóvar fuera mayor. Si la Académica confirma la victoria del pequeño héroe, sería el cuarto debut en conseguir el premio gordo de la noche tras Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, Tesis y El Bola.

Las pistas de hasta qué punto arrasará el filme, o si habrá sorpasso de una de sus rivales, lo darán premios menores. Si Ruth Díaz gana el cabezón a la Mejor actriz revelación por encima de Anna Castillo, por El Olivo, será muy indicativo. Igual que si lo hiciera Raúl Jiménez en el apartado masculino o rascaran premios como Fotografía o Montaje, que a priori deberían caer para Un monstruo viene a verme. La película de Raúl Arévalo podría irse a casa con, al menos, cuatro Goyas: Película, Dirección novel, Guion Original y Actor de Reparto. Todo lo que sume a partir de ahí la confirmará como favorita según pase la noche.

Si gana Raúl Arévalo, será el cuarto novato en ganar el Goya a la Mejor película tras 'Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto', 'Tesis' y 'El Bola'

Este año puede ocurrir uno de esos casos en los que la película más premiada de la noche no es la vencedora. El filme de Juan Antonio Bayona parece dispuesto a arrasar en todos los apartados técnicos. Efectos especiales, sonido, fotografía e incluso banda sonora (con el permiso de Julio de la Rosa) parecen fijos en su cuenta. Además cuenta a su favor que no compite contra Tarde para la ira en dos de los galardones importantes: Dirección -Arévalo no puede por ser su primera película- y Guion Adaptado. En la primera se espera la victoria de Bayona, que además acudirá a la gala, y que será su reconocimiento a un cine espectacular y a un director que revienta la taquilla con cada estreno.

Parece que por tercera vez verá cómo su filme se queda sin el premio más importante. Ya con Lo imposible logró la mención como Mejor realizador, pero Blancanieves, de Pablo Berger, le arrebató el de película. En guion adaptado lo tendrá más difícil. La labor de condensación y de hacer cinematográfico algo tan denso que han realizado Alberto Rodríguez y Rafael Cobos puede tener su recompensa.

Bayona en el rodaje de Un monstruo viene a verme.

Las nominadas tendrán que rascar lo que dejen Tarde para la ira y Un monstruo viene a verme. En las categorías de interpretación se espera que se confirme el gran año de Emma Suárez, doblemente nominada como principal y secundaria por Julieta y La próxima piel y que tiene serias opciones de lograr un doblete que hasta ahora sólo ha conseguido Verónica Forqué en 1988. Bárbara Lennie y Candela Peña son sus serias rivales en cada categoría.

¿Se resarcirá Dani Rovira de su fiasco el año pasado? ¿Clamará la industria por la bajada del IVA con el ministro presente? ¿Entenderemos algo de lo que diga la presidenta de la Academia?

Como actor protagonista guerra entre dos grandes: Eduard Fernández por El hombre de las mil caras y Roberto Álamo por Que dios nos perdone. Fernández ya tiene dos Goyas y ganó la Concha de Plata en San Sebastián, pero Álamo se ha llevado el Forqué y el Feroz y puede ser un premio de compensación para la película de Rodrigo Sorogoyen.

El resto de dudas ya corresponden a la propia gala. ¿Se resarcirá Dani Rovira de su fiasco el año pasado? ¿Clamará la industria por la bajada del IVA con el ministro presente? ¿Entenderemos algo de lo que diga la presidenta de la Academia? La respuesta en unas horas.