Saray (27 años) ha confirmado este lunes lo que ya se venía vaticinando desde sus primeros pasos en Masterchef: ya es la concursante más polémica de la historia del talent show culinario.

La cordobesa, que ha mostrado una cuestionable actitud durante todo el concurso, ha acabado expulsada de forma fulminante por el jurado tras superar todas las aberraciones (y no han sido pocas) que han pasado por los fogones de este programa. Su elaboración en la prueba de eliminación -una perdiz sin desplumar bajo el nombre 'Pájaro muerto en lo alto de un plato'- ha causado la enorme indignación de los jueces, que ni siquiera han tenido que deliberar para echar a Saray de las cocinas.

Pero la tensión entre esta educadora social y el jurado comenzaba mucho antes. En la primera prueba, los aspirantes debían elaborar una receta dulce con frutas que evocara los recuerdos de la infancia. La andaluza optó por un sencillo postre: unas galletas morunas que probó en un viaje a Marruecos con sus padres.

Jordi Cruz (41), el juez más implacable del programa, no dudaba en entregar directamente el delantal negro a la concursante sin probar su plato. Una decisión que despertaba la rebeldía característica de Saray: "¿Qué quieres que te haga? ¿Una tarta de 15 pisos? España sabe que mis galletas están buenas", espetó.

La discusión entre la aspirante y los jueces se zanjaba con una invitación por parte de Jordi a abandonar el programa después de que ella calificase de "injusto" el veredicto. Sin embargo, antes de la prueba de exteriores, Saray pedía perdón por su actitud y afrontaba lo que parecía ser un nuevo comienzo para ella en el talent.

Nada más lejos de la realidad, pues en la prueba de eliminación llegaba el culmen de una tragedia que se venía cocinando a fuego lento. Andy (26), como ganador de la prueba de exteriores, tenía el poder de repartir los tiempos de cocinado entre sus compañeros, otorgando a Saray el mínimo de 20 minutos con un objetivo claro: "La quiero fuera".

Desmotivada y enfrentada al mundo, la cordobesa decidió dejar de luchar al conocer el producto principal con el que iba a trabajar: una perdiz. "Me da mucho repelús. No puedo", adelantaba. Así, la concursante tomaba la determinación que acabaría apartándola del concurso, presentando al jurado el ave sin desplumar.

"Nos hemos equivocado terriblemente contigo. Creo que es la vez que más nos hemos equivocado a la hora de dejar entrar a alguien por esa puerta en ocho años", lamentaba Jordi, visiblemente cabreado. "Vienes aquí con la gracia que piensas que tienes tú a hacer esta idiotez", apostillaba Pepe Rodríguez (52).

Finalmente, el juez catalán pedía a Saray que se quitara el delantal y abandonase las cocinas: "No mereces ni el negro". Sin perder ni un ápice de su carácter combativo, la aspirante desaparecía del plató con una pose flamenca.

Tras la emisión del programa, Saray utilizaba sus redes sociales para aclarar lo sucedido y pedir perdón por su lamentable actitud: "La verdad es que me pudo la situación y soy muy de arrebatos. Sentía que ya estaba escrito, que era mi momento de irme y me bloqueé, me vine abajo y me superó... Lo siento", escribía. Un gesto que, sin embargo, no podrá evitar que sea recordada como la peor concursante de la historia de Masterchef.

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