Desde que Alejandra Rubio (18 años) cumpliera la mayoría de edad ha tenido una relación desigual con los medios de comunicación, la fama y las redes sociales. Un breve vistazo a su perfil no dejan claro que la joven pueda dedicarse al mundo de las influencers y la moda.

Ya antes de ser mayor de edad su madre comentaba que ella quería dedicarse a la moda, y es que la propia joven presume de sus prendas de ropa a través de Instagram y de la aplicación 21 Buttoms. El último paso en este camino para convertirse en una persona relevante dentro de las redes sociales es el anuncio de que abrirá en un futuro cercano un canal de Youtube. Sin embargo, ¿tiene futuro como influencer? ¿Es una persona en la que se van a fijar las marcas?

Para conocer la respuesta a estas incógnitas, JALEOS se ha puesto en contacto con una organización especializada en el mundo de estos jóvenes infuyentes: Influgency. La directora general de la compañía, Arantxa Pérez, comenta que la joven cuenta desde el inicio con todas las armas necesarias para convertirse en una influencer relevante: belleza, atención por parte de la prensa por su procedencia, juventud...

Sin embargo, su principal obstáculo es que no está sabiendo utilizar las redes sociales ni consigue empatizar con sus seguidores. En este sentido, el mayor problema en su perfil es que "la mayor parte de las imágenes que sube son de noche", y es un tipo de personas con las que no se quieren ver asociadas las marcas. Por poner un ejemplo, Danone es una marca que busca un ambiente familiar y sano, por lo que no se fijaría en la hija de Terelu Campos (52). 

Las marcas que sí se podrían fijar en Alejandra Rubio son aquellas que tienen su actividad centrada en la noche, como determinadas discotecas que la inviten a una fiesta en esos locales, o bebidas alcohólicas que la invitaran a viajes o eventos para promocionar esos productos. 

Otro de los problemas que se puede encontrar la joven a la hora de dedicarse al mundo de la moda es el tema de la ropa. La mayoría de las fotografías que comparte en sus redes sociales son prendas de firmas como Dolce & Gabanna, Dior, Gucci, Prada... por lo que no conecta en este sentido con el público en general, cerrándose así la puerta para ser escaparate de firmas de moda enfocadas a la clase media. 

Tampoco podrá dirigirse a las firmas de alta costura, ya que no tienen la seguridad de que esas prendas que luzca sean reales o no. ¿La razón? La directora de la organización explica que ya pudimos ver a Terelu Campos comprando imitaciones en Nueva York, y aunque solo fuera en aras del espectáculo, ese tiempo de comportamientos alejaría a ese tipo de marcas. 

Por último, en poco tiempo Alejandra Rubio ha conseguido aumentar drásticamente su número de seguidores, fundamentalmente por el interés que la joven ha suscitado en la prensa del corazón. No obstante, un ligero vistazo a estos seguidores permite ver que muchos de ellos son perfiles falsos, algo que hecha para atrás rápidamente a las marcas que buscan a jóvenes promesas para promocionar sus productos. 

¿El resultado? Por estos seguidores y la repercusión que tiene, Alejandra podría llegar a pedir entre 1.000 y 1.500 euros por publicación. Ella podría pedirlo, pero desde Influegncy explican que es muy poco probable que las marcas terminen recurriendo a ella para promocionar sus productos, tanto en Instagram como en su nuevo canal de YouTube por el actual perfil que tiene en sus redes sociales. 

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Alejandra, apoyo incondicional de su madre

A pesar de su corta edad, Alejandra ha demostrado una gran entereza y ser uno de los apoyos fundamentales de Terelu Campos desde que le descubrieron que volvía a padecer cáncer de mama (en este caso en la mama izquierda). Ya el día de la operación la joven llegaba a primera hora junto a su tía, Carmen Borrego (51), y permaneció en el hospital todo el día acompañando a su madre.

En este sentido, la joven sorprendió a su madre hace poco al desvelarse que uno de los tatuajes que tenía se lo había hecho en honor a la lucha contra el cáncer, en este caso tras la muerte de la pareja de su padre que también fallecía a causa de esta enfermedad. En su muñeca derecha se puede ver un lazo de un par de centímetros de largo que simboliza el lazo rosa de la lucha contra el cáncer. 

Al parece, la joven lleva tapada de forma habitual esta zona del cuerpo con numerosas pulseras. Pero hace poco tiempo Terelu vio esa parte despejada y pudo observar con sorpresa y emoción el bonito gesto que su hija había tenido su hija.

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