
Minerva Portillo y su hija, Mia.
Minerva Portillo y su hija, Mia, protagonizan la nueva campaña de la firma ibicenca Charo Ruiz
Bajo el lema 'Mommy & Me, making memories, making it fashion', la firma nos transporta su luz mediterránea en una historia de vínculo, libertad y belleza.
Más información: Charo Ruiz, la diseñadora que creó el vestido más alabado de la reina Letizia que se agota cada año
Ibiza no solo es un destino, es un estado de ánimo. Un lugar donde la luz es más dorada, el tiempo parece detenerse, y donde cada rincón invita a la contemplación o al disfrute. En ese escenario eterno, libre y luminoso, Charo Ruiz Ibiza ha construido una nueva narrativa, un relato visual y emocional protagonizado por Minerva Portillo, modelo, musa mediterránea e icono de estilo, y su hija Mía.
La campaña, titulada Mommy & Me. Making memories, making it fashion, no se limita a retratar un vínculo. Lo celebra desde lo más íntimo y personal: la complicidad entre generaciones, la belleza heredada y la alegría de compartir pequeños rituales que se transforman en recuerdos imborrables.
Hablar de Minerva Portillo (43 años) es hablar de una mujer que ha vivido la moda desde dentro, que ha trabajado con los grandes y que, sin embargo, conserva la naturalidad y la elegancia espontánea que solo poseen aquellas que no necesitan demostrar nada. Su historia con Charo Ruiz es más que profesional: es un reencuentro entre dos trayectorias que comparten raíces, sensibilidad estética y un amor genuino por Ibiza.

Minerva Portillo y su hija, Mia.
En esta campaña, Minerva aparece no solo como referente de estilo, sino como madre. Y en ese nuevo rol, lejos de las pasarelas y los focos, se revela aún más magnética. Junto a Mía, forma un tándem que transmite ternura, humor, frescura y una forma de entender la vida y la moda que bebe de lo real.
En el corazón de Ibiza, entre calles encaladas y flores en cascada, hay un espacio que lleva décadas rindiendo culto a la feminidad luminosa y despreocupada del Mediterráneo: la boutique de Charo Ruiz. No es solo una tienda. Es un refugio de tejidos blancos, bordados al aire y siluetas que evocan veranos interminables. Un lugar donde el encaje no es sinónimo de artificio, sino de herencia viva.
Es allí donde comienza la historia visual de la nueva campaña de la firma ibicenca, Charo Ruiz propone una mirada íntima y luminosa sobre la maternidad. No como un rol rígido o edulcorado, sino como una relación en movimiento, hecha de juegos, descubrimientos, y momentos compartidos que se transforman en memoria.
La campaña invita a pensar en la moda como un puente generacional. Un lenguaje que se transmite de madre a hija no por imposición, sino por juego, por afinidad natural, por esas coincidencias de gesto y estilo que solo se dan entre quienes comparten algo más que un armario. Las prendas, desde conjuntos coordinados, vestidos vaporosos y hasta algodones bordados en versiones mini y maxi, se convierten en símbolos de esa conexión.

Con diseños de Charo Ruiz.
La historia de Charo Ruiz está íntimamente ligada a la isla. Fundada en los años ochenta por la diseñadora homónima, la firma ha logrado codificar una estética muy concreta: la de una mujer libre, sensual y sin exceso. Cada prenda parece pensada para capturar la brisa, para caminar descalza, para brillar sin alzar la voz. En esta campaña, ese espíritu se proyecta con especial nitidez: vestidos baby doll, conjuntos de algodón con vuelo, y looks blancos que respiran movimiento y espontaneidad.
Lo más interesante, sin embargo, es cómo Minerva y Mía no solo llevan las prendas: las interpretan desde su relación. Hay gestos que se repiten con naturalidad entre madre e hija, maneras distintas de apropiarse del estilo, pero un hilo común que lo sostiene todo: el placer de estar juntas, sin esfuerzo.