La estrella de la televisión estadounidense Kim Kardashian (40 años) ha amasado una fortuna de 1.000 millones de dólares -unos 844 millones de euros- gracias a sus negocios de maquillaje y ropa para moldear el cuerpo, KKW Beauty y Skims, según ha informado este martes la revista Forbes. La publicación, que elabora listas sobre las personas más ricas del mundo, indica que la más famosa de las hermanas Kardashian ha debutado en la lista de milmillonarios también gracias a los ingresos derivados de sus acuerdos publicitarios y "pequeñas inversiones".

La protagonista del programa de telerrealidad Las Kardashian creó en 2017 KKW Beauty siguiendo los pasos de su hermanastra Kylie Jenner (23), y el año pasado vendió el 20 por ciento de su propiedad al conglomerado Coty por unos 200 millones de dólares -casi 170 millones de euros-. Forbes estima que la participación de Kardashian en KKW Beauty alcanza unos 500 millones -422 millones de euros-, mientras que la de Skims asciende a unos 225 millones -190 millones de euros-, y esas cifras se suman al valor de sus tres viviendas en Calabasas (Los Ángeles), a una cartera de acciones y a otras rentas.

Kardashian en Nueva York en diciembre de 2019. Gtres

La revista calcula que la empresaria tenía un patrimonio de unos 780 millones -casi 660 millones de euros- el pasado octubre y desde entonces ha incrementado su fortuna hasta la cifra redonda de 1.000 millones. No es la primera integrante del clan Kardashian en ser reconocida por la publicación, ya que en 2019 su hermanastra Kylie Jenner fue nombrada como la milmillonaria "hecha a sí misma" más joven del mundo gracias a su negocio de maquillaje Kylie Cosmetics, aunque el título fue rectificado poco después, y Forbes aclaró que algunas cifras estaban hinchadas. Asimismo, Forbes incluyó este año en la lista al rapero Kanye West (43), con el que Kardashian tiene cuatro hijos y está en proceso de divorcio, con una fortuna estimada en 1.800 millones de dólares (unos 1.520 millones de euros) generada por su negocio de zapatillas de deporte Yeezy y su carrera musical. Fue en febrero de este año cuando el diario sensacionalista TMZ dio la noticia del divorcio, confirmada posteriormente por otros medios de comunicación como el diario Los Ángeles Times. La estrella también ha pedido la custodia compartida de sus cuatro hijos en común.

Un divorcio millonario 

Esa petición, registrada en el Tribunal Superior de Los Ángeles, confirma los rumores que desde hace meses indicaban que la pareja estudiaba una separación formal después de numerosos desencuentros. Según fuentes cercanas a la familia, el divorcio será pacífico, pues ya existe un acuerdo prenupcial y hay conversaciones avanzadas sobre una posterior separación de bienes que cuentan con el visto bueno de los dos. De hecho, West vive desde el año pasado en una casa situada en el estado de Wyoming y Kardashian reside en el área de Los Ángeles con sus hijos.

El impacto de la noticia en Estados Unidos, un país sin realeza pero propenso a tratar a sus celebridades como si lo fueran, fue similar al que tuvo en su día la ruptura entre Brad Pitt (57) y Angelina Jolie (45), con una diferencia: ellos pertenecían a la élite de Hollywood mientras que Kim y Kanye eran los reyes de las redes sociales. Hasta entonces ninguna pareja había estado tan expuesta. El modelo tradicional de rentabilizar una unión entre dos estrellas se basaba en apariciones públicas estudiadas, fotografías robadas por los paparazzi y alguna exclusiva pactada.

Kim Kardashian y West en una imagen de archivo. Gtres

Pero Kim Kardashian encontró en Instagram una mina que explotar para compartir directamente sus momentos familiares, ya fuera una de sus primeras cenas románticas, la foto en el espejo del baño mostrando su embarazo o un vídeo tras ser víctima de un robo. En pleno 2012, la unión del músico y la estrella del clan Kardashian era perfecta para la cultura popular. Por un lado, ella era la influencer por antonomasia, ejemplo a seguir para toda una generación de famosos surgidos en las redes sociales. Aprendió de la primera "famosa por el hecho de ser famosa": Paris Hilton (40). Y tras años como su asistente, la filtración de un vídeo sexual y el estreno de un reality show familiar pusieron su nombre en el mapa.

La fama de Kanye West, en cambio, era más convencional. Está considerado uno de los raperos más importantes de la historia gracias a discos como My Beautiful Dark Twisted Fantasy o Yeezus, pero sus polémicas terminaron por eclipsar la imagen de músico de culto. Mucho antes de que fueran novios, Kim y Kanye ya explotaban hasta sus primeros coqueteos. En el reality Kourtney & Kim Take New York se notaba la química entre el rapero y la famosa, que insistían en que lo suyo era una amistad.

Como grandes gestores del negocio de la fama, el matrimonio tuvo que encontrar un nuevo filón que explotar. Kim se unió a su marido en una adictiva guerra abierta con la cantante superventas de la década, Taylor Swift (31), que ocupó infinidad de titulares en 2016 por un rap en el que él llamaba a Swift "zorra", supuestamente con su aprobación. Oro puro para la cultura pop. Ese año, durante la Semana de la Moda de París, ella fue maniatada en su habitación de hotel y sufrió un robo valorado en 11 millones de dólares. Él vivió varios episodios problemáticos y llegó a ser ingresado por un ataque de nervios en 2018.

[Más información: Kim Kardashian pide el divorcio a Kanye West tras seis años de matrimonio: los motivos de la separación]

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