El tapón mucoso es una sustancia generada para cerrar la entrada del útero durante la gestación. Impide que las bacterias presentes en el canal vaginal alcancen al bebé y le ocasionen infecciones graves. Después de expulsarlo, es común sufrir la rotura de la bolsa de líquido amniótico. Sin embargo, no siempre nos pondremos de parto inmediatamente después. La rotura de la bolsa puede suceder hasta dos semanas después de la salida del tapón mucoso.

En otro artículo ya hablamos de cómo adelantar el parto de forma natural. Ahora hablaremos del tapón mucoso.

Cómo es el tapón mucoso

Una vez expulsado, el tapón es muy parecido a un flujo blanquecino en poca cantidad y bastante espeso, el cual es liberado unas dos semanas antes del nacimiento del bebé. Sin embargo, hay ocasiones en que puede presentar otras tonalidades como amarillento, rosa, rojo, verde o incluso marrón. Algo común a todas las mujeres es que el tamaño del tapón mucoso suele estar entre los 4 y 5 centímetros

Lo normal es que sea expulsado entre la semana 37 y la 42 de embarazo, incluso en raras ocasiones puede ocurrir durante el parto. No obstante, es recomendable que sepas que el tapón mucoso puede ser expulsado en la fase inicial del embarazo, aunque no tiene porqué indicar ningún problema. El bebé podría permanecer más susceptible en esos momentos, pero tranquila, tu cuerpo volverá a producir un tapón nuevo para proteger nuevamente el útero.

En cualquier caso, debes informar a tu obstetra para que evalúe los posibles riesgos. Después de la pérdida del tapón mucoso debes permanecer atenta a los demás síntomas de parto. Alguno de esos síntomas son la rotura de la bolsa o la aparición de contracciones más frecuentes y regulares. Debes hacer esto porque la pérdida del tapón mucoso no será un indicio inminente del nacimiento del bebé. Como hemos dicho antes, puede que todavía tengas que esperar horas o incluso días hasta el momento de ir al hospital.

Cómo saber si estoy de parto

Te explicamos cómo saber cuándo estás de parto y en qué momento debes acudir al hospital.

  • El bebé va descendiendo poco a poco hacia la pelvis, encajándose para el parto. Notarás que disminuye la presión en la caja torácica y puedes respirar más fácilmente.
  • Las contracciones comienzan a ser más rítmicas y dolorosas en la parte inferior del ombligo, una sensación muy parecida a la del dolor menstrual. A medida que se acerca el parto, este dolor se traslada a la zona de la espalda, a la altura de los riñones. Debes acudir al hospital cuando se produzcan cada 5 minutos en la última hora y con una duración de un minuto cada una.
  • La pérdida del tapón mucoso es otro signo de que el parto está comenzando. Puede ir acompañado de un poco de sangre, así que no te asustes. No es necesario acudir corriendo al hospital si no tienes otros síntomas, pero si va acompañado de dolores abdominales o pérdida de sangre sí debes ir, pues significa que estás de parto.
  • Romper aguas consiste en la expulsión de una gran cantidad de líquido producida por la rotura del saco del líquido amniótico. Es un velo transparente y ligero que contiene el líquido encargado de proteger al bebé. Si te ocurre, debes ir al hospital lo antes posible, ya que el bebé estará desprotegido ante gérmenes externos. Es común que vaya acompañado de un poco de sangre, lo que puede significar que has roto aguas al mismo tiempo que se ha expulsado el tapón mucoso.
  • El cuello del útero empieza a ablandarse cuando el parto se acerca, dilatándose en ocasiones uno o dos centímetros antes de que consigamos llegar al hospital. Pero no te preocupes, la dilatación suele ser un proceso que tarda, como mínimo, un par de horas, pudiendo alargarse por muchas más si eres primeriza.
  • Si comienzas a sangrar abundantemente o el líquido expulsado es de color verdoso o amarillento, te sube la fiebre, sufres de un dolor intenso de cabeza o abdominal o has dejado de notar a tu bebé. Son síntomas inequívocos de que debes ir al hospital cuanto antes.

Cambios en tu cuerpo durante las últimas semanas de gestación

Los cambios más habituales que sufrirá tu cuerpo ante la llegada del nacimiento del bebé son evidentes para la madre, y son los siguientes:

  • Se hincharán las piernas y tobillos, aumentará la necesidad de ir al baño y puede ser que experimentes un leve picor vaginal.
  • El nivel de hormonas irá en aumento, podrás notarlo con el ensanchamiento del cuello del útero, sensación de frío, debilidad o temblores.
  • Por lo general comienzan las primeras contracciones que suelen ser cortas, irregulares y poco dolorosas. Se conocen como contracciones de Braxton Hicks y notarás que la barriga se pone dura, baja un poco y se redondea. A pesar de que no son síntomas de parto, sí son habituales en el último mes de gestación. 

Es importante que tengas claros los verdaderos síntomas del parto para saber en qué momento debes ir al hospital. Mantén la calma cuando empieces a experimentar estos cambios. Si no sabes reconocer si estás de parto y te encuentras intranquila por algún síntoma, no dudes en acudir al hospital para que te hagan un reconocimiento exhaustivo.