La experiencia de vértigo, que en ocasiones se asemeja a una sensación de desmayo, debilidad o inestabilidad, puede dar la impresión de que el mundo que nos rodea está constantemente girando. Este fenómeno, conocido como vértigo, constituye una de las razones más comunes por las cuales los adultos buscan asesoramiento médico.

Aunque el mareo no suele indicar una afección grave, sigue siendo una sensación desagradable y perturbadora. A menudo, va acompañado de náuseas y puede ser lo suficientemente intenso como para requerir que la persona afectada se siente o se acueste. La duración de este malestar puede variar, oscilando desde breves momentos hasta persistir durante varios días. A continuación, exploraremos las posibles causas subyacentes del vértigo y proporcionaremos estrategias efectivas para aliviar rápidamente esta incómoda sensación.

Mareos

Causas de los mareos repentinos

Los mareos repentinos pueden tener varias causas, y entenderlas es crucial para tratar y prevenir estos episodios. Aquí algunas de las causas más comunes:

  • Hipotensión ortostática: también conocida como hipotensión postural, ocurre cuando te levantas rápido y la presión sanguínea no se ajusta rápidamente, lo que puede causar mareos.
  • Deshidratación: la falta de suficientes líquidos en el cuerpo puede llevar a una baja en la presión sanguínea y, como resultado, a mareos.
  • Hipoglucemia: un nivel bajo de azúcar en la sangre, a menudo experimentado por personas con diabetes, puede provocar mareos repentinos.
  • Problemas del oído interno: trastornos como la laberintitis o la enfermedad de Ménière, que afectan el equilibrio, pueden causar vértigo y mareos.
  • Anemia: la falta de suficientes glóbulos rojos saludables para transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo puede resultar en mareos.
  • Medicamentos: algunos medicamentos pueden tener efectos secundarios que incluyen mareos.
  • Problemas Cardíacos: las irregularidades en el ritmo cardíaco o problemas en el corazón pueden causar una disminución en el flujo sanguíneo al cerebro, resultando en mareos.
  • Ataques de pánico y ansiedad: estos pueden provocar episodios de mareos intensos.
  • Golpe de calor o agotamiento por calor: en ambientes calurosos, el cuerpo puede sobrecalentarse, causando mareos.
  • Infecciones y virus: algunas infecciones, especialmente las que afectan al oído, pueden resultar en mareos.

Es importante consultar a un profesional de la salud si experimentas mareos repentinos, especialmente si son frecuentes o severos, para determinar la causa exacta y recibir el tratamiento adecuado.





Qué no hacer en caso de que tengas un mareo: recomendaciones médicas

En primer lugar, se debe evitar realizar movimientos bruscos, especialmente al cambiar de posición. Levantarse lentamente permite que el cuerpo se ajuste gradualmente, minimizando la probabilidad de mareos. Además, es esencial evitar la exposición a estímulos visuales intensos, como luces intermitentes, ya que estos pueden desencadenar o agravar los síntomas.

El entorno visual debe ser cuidadosamente controlado, optando por condiciones de luz tenue en lugar de luces brillantes. Evitar alimentos y bebidas irritantes, como comidas grasas, picantes o ácidas, así como limitar la ingesta de cafeína y alcohol, también contribuye a la gestión de los mareos.

En resumen, la prevención de mareos implica un enfoque consciente en la adaptación gradual, la gestión del entorno visual y la elección de hábitos alimenticios adecuados. Estas prácticas, combinadas con la consulta médica, son fundamentales para mitigar los mareos y mejorar la calidad de vida.

¿Cuándo debo visitar a un médico?

Siempre que tengas mareos o vértigos recurrentes, repentinos o fuertes de manera prolongada debes visitar a un médico. Si además se acompaña de los siguientes síntomas, no dudes en acudir de inmediato a un centro médico:

  • Dolor en el pecho.
  • Dificultades respiratorias.
  • Desmayos.
  • Visión doble.
  • Taquicardia o arritmia.
  • Vómitos continuos.
  • Convulsiones.
  • Confusión o dificultades para hablar.
  • Cambio repentino en la audición.
  • Tropiezos o dificultad para andar.
  • Entumecimiento o parálisis de las extremidades.
  • Dolor de cabeza repentino e intenso.
  • Entumecimiento o debilidad faciales.

Tratamiento para la sensación de mareo

Una vez que hemos visto las causas de los mareos, pasamos a explicarte cuál es el tratamiento adecuado para combatirlos. Aunque a veces es tan sencillo como cambiar algunos hábitos o seguir ciertas terapias.

Dependiendo de las causas de tus mareos, el médico te recetará determinados medicamentos para reducir la frecuencia de estos ataques. Además, también podría recomendarte las siguientes terapias:

  1. Terapia de equilibrio. Consiste en aprender ejercicios específicos para que tu sistema de equilibrio sea menos sensible al movimiento. Esta terapia se conoce con el nombre de rehabilitación vestibular. Suele utilizarse en personas con trastornos del oído interno.
  2. Maniobras de posicionamiento de la cabeza. Esta técnica debe realizarla un médico, un audiólogo o un terapeuta físico, pues supone maniobrar la posición de la cabeza.
  3. Psicoterapia. Esta terapia suele ayudar a personas que padecen de vértigo causado por trastornos relacionados con la ansiedad.
  4. Cirugía u otros procedimientos. El médico puede decidir inyectarte un antibiótico en el oído interno para inhabilitar la función del equilibrio y acabar así con la sensación de mareo. El oído no afectado tomaría el control de esa función. Sin embargo, cuando ningún tratamiento parece funcionar y tienes una pérdida de audición grave, se te puede someter a una cirugía para inhabilitar el laberinto vestibular del oído afectado. Como en el caso anterior, el otro oído tomaría el control de la función del equilibrio.

Consejos y remedios caseros

Si sueles experimentar reiterados episodios de sensación de mareo, debes considerar estos consejos para descartar algunas de los mareos causas mencionadas más arriba:

  • Ten mucho cuidado, puedes perder el equilibrio y caerte al suelo, lo que podría provocarte serias lesiones.
  • Acondiciona tu hogar para que esté libre frente a posibles caídas, elimina los obstáculos innecesarios con lo que puedas tropezar como alfombras, cables, adornos… Utiliza alfombras antideslizantes en el baño y ten siempre una buena iluminación.
  • Evita los movimientos rápidos y repentinos y camina con ayuda de un bastón si fuese necesario para conservar la estabilidad.
  • Evita tomar cafeína, alcohol, tabaco o sal, el uso de estas sustancias puede empeorar mucho los síntomas.
  • Bebe suficiente agua y mantén una dieta sana y equilibrada. Duerme las horas necesarias, si es posible no menos de 8, y evita el estrés.
  • Siéntate o acuéstate en cuanto sientas el mareo, así evitarás desplomarte. Cierra los ojos y permanece acostado en una habitación a oscuras si estás atravesando un episodio de vértigo.
  • Si tus mareos son provocados por un medicamento, consulta con tu médico para interrumpir o disminuir las tomas.
  • No es conveniente que conduzcas en este estado ni operes con maquinaria pesada si experimentas mareos frecuentes e imprevistos.
  • Si los mareos van acompañados de náuseas, prueba a tomar un antihistamínico de venta libre. Pero cuidado, suelen causar somnolencia.
  • En caso de que tus mareos estén causados por un exceso de calor o por deshidratación, descansa en un lugar fresco y bebe bastante agua o una bebida deportiva para proporcionarte sales minerales. Así conseguirás eliminar la sensación de mareo.

Referencias y enlaces médicos sobre el mareo

1. Mayo Clinic - Dizziness

2. MedlinePlus - Dizziness and Vertigo: Vertigo

3. WebMD - Dizziness Health Center