En determinados momentos y circunstancias, es necesario provocar el vómito en nuestros perros para salvarles la vida. Un veterinario especializado puede proporcionarnos instrucciones y/o primeros auxilios para inducir el vómito en nuestra mascota.

Inducir el vómito en un perro es una manera rápida de eliminar una sustancia dañina que el animal ha ingerido recientemente. No obstante, es crucial realizar este procedimiento de manera segura, ya que puede conllevar riesgos para la salud del perro. En la mayoría de los casos, el perro vomitará por sí solo, pero en situaciones extremas, es importante saber cómo hacer que un perro vomite. A continuación, se detallan los pasos necesarios.

Cuándo se recomienda hacer vomitar a un perro

Si sospechamos que nuestro perro ha ingerido algo perjudicial, es esencial primero eliminar cualquier resto no absorbido limpiando su boca con abundante agua. Evitar manipularlo es importante, pero si está expuesto al sol o cerca del producto ingerido, es mejor trasladarlo a un lugar diferente.

Cómo hacer vomitar a tu perro

Es crucial destacar que nunca debemos provocar el vómito si desconocemos qué sustancia ha ingerido el perro. Lo más apropiado es llamar al veterinario antes de inducir el vómito, para que pueda orientarnos sobre si es adecuado o no utilizar este método de primeros auxilios.

Inducir el vómito en los perros solo se recomienda en las siguientes situaciones:

  • Si ha ingerido antiinflamatorios no esteroideos como la aspirina, el paracetamol, el ibuprofeno o el ketoprofuneno.
  • Si sufre una intoxicación por plantas, incluyendo marihuana, o por metilxantinas.

El agua oxigenada o peróxido de hidrógeno

El peróxido de hidrógeno, también llamado agua oxigenada, es una opción segura y recomendada por veterinarios para inducir el vómito en perros en casa, siempre que sea al 3%.

Se debe administrar una cucharada de agua oxigenada por cada 4,5 kilogramos de peso corporal del perro. Por ejemplo, si el perro pesa 20 kilogramos, se pueden dar de 25 a 50 mililitros de peróxido de hidrógeno por vía oral, lo que equivale a 2-3 cucharadas. También se puede aplicar con una jeringuilla hacia la parte posterior de la garganta del perro.

Este método suele surtir efecto en unos 15-20 minutos. Si no funciona inicialmente, se puede repetir hasta tres veces seguidas. Sin embargo, es crucial administrar la cantidad adecuada y solo inducir el vómito si el perro ha ingerido una sustancia peligrosa en las últimas dos horas.

Es importante evitar que el perro inhale el agua oxigenada, ya que puede ser irritante para su tracto intestinal. El vómito inducido con peróxido de hidrógeno puede durar hasta 45 minutos, por lo que se debe llevar al perro a un lugar tranquilo donde pueda vomitar con comodidad.

Pasos a seguir para que el perro vomite

Es fundamental contactar con el veterinario antes de intentar cualquier método para inducir el vómito en un perro. Algunas técnicas pueden resultar peligrosas y causar más daño al animal.

Si han pasado menos de dos horas desde la ingesta, es recomendable darle un poco de comida al perro para facilitar el proceso de vómito. Después de este tiempo, la sustancia ingerida probablemente ya haya sido absorbida o haya avanzado hacia el intestino delgado.

Durante la administración del agua oxigenada, es importante permanecer junto al perro mientras vomita. Se aconseja recoger el vómito para que el veterinario pueda analizarlo, y no permitir que el animal vuelva a ingerir el material expulsado. Además, es crucial observar las reacciones del perro después del vómito.

Cuidado al provocar el vómito del perro

La inducción del vómito en un perro puede presentar riesgos, especialmente si ha ingerido sustancias como bacterias o objetos afilados que podrían causar daño al ser expulsados. Por esta razón, es esencial seguir las indicaciones de un veterinario en estos casos.

Los objetos cortantes, como vidrio o plástico, pueden ocasionar lesiones en el esófago si son vomitados. Por ejemplo, no se recomienda inducir el vómito si el perro está experimentando convulsiones o tiene dificultades para respirar. Además, si han pasado más de dos o seis horas desde la ingesta, puede ser demasiado tarde para inducir el vómito, aunque esto dependerá de la sustancia ingerida. En estos casos, lo más seguro es llevar al perro a una clínica veterinaria.

Existen métodos que no se deben utilizar para provocar el vómito en un perro, como introducir un dedo en su garganta, administrarle sal, mostaza o jarabe de ipecacuana, entre otros. Además, si el perro tiene problemas respiratorios, es importante evitar la inducción del vómito, ya que podría resultar en un ahogamiento o una neumonía potencialmente mortal.