La temporada de sol y calor ya ha llegado a España y con ella esa sensación de cansancio que nos invade en los días en los que los termómetros están más altos y sobre todo si el elevado porcentaje de humedad tampoco acompaña. Condiciones que por lo general no son las más indicadas para salir a hacer deporte y que podrán favorecer la deshidratación por el sudor excesivo, los golpes de calor, las quemaduras del sol, los dolores de cabeza, las rozaduras en los pies, el cansancio que hará que entrenar nos cueste el doble o las náuseas y los mareos en los casos más extremos.

Por esto y porque es de vital importancia que durante el verano tengas en cuenta una serie de medidas extras para poder entrenar con seguridad frente a las temperaturas veraniegas, hemos recopilado una serie de consejos que te serán de gran ayuda para hacer deporte con mucho calor este verano.

1. Evita las horas de más calor

Durante el verano lo aconsejable es que aproveches las horas de menos calor para hacer deporte, que serían a primera o a última hora del día. En cambio el tiempo comprendido entre las 12.00 y las 20.00 horas, tiende a ser el más caluroso y tendremos más posibilidades de sufrir un golpe de calor.

No te olvides de aprovechar los parques o las zonas con vegetación y árboles para disponer de sitios de sombra durante el entrenamiento y conseguir así hacer deporte en un ambiente más fresco.

2. Hidrátate

Hidratarse es una norma imprescindible durante todo el año, pero más aún en las épocas de calor, sobre todo porque al aumentar la sudoración experimentamos una mayor pérdida de líquido corporal. Y para recuperarlo nada mejor que aumentar la ingesta de agua o incluir alguna bebida especializada que nos ayude a reponer las sales minerales que hemos perdido.

El simple hecho de incluir fruta en tu dieta también será otra forma complementaria para hidratarte y además te aportará vitaminas, minerales y fibra. El alcohol o la cafeína en cambio favorecerán la deshidratación, así que lo mejor será que los evites.

3. Cuidado con el calzado

Para hacer deporte siempre es importante que contemos con un calzado cómodo, que asegure correctamente nuestros pies, que sea ligero y transpirable, pero esta última premisa se vuelve aún más importante en verano. Ya que al igual que el resto de nuestro cuerpo, nuestros pies tenderán a sudar más, pudiendo llegar incluso a hincharse a causa del calor. ¿La consecuencia? Rozaduras, ampollas, heridas... Así que no te olvides de elegir un calzado adecuado para evitar estos inconvenientes y ayúdate aplicando un poco de vaselina sobre las zonas más problemáticas, esta actuará como lubricante y evitará que los roces acaben provocando heridas.

4. Ropa adecuada

Al igual que sucede con el calzado, es de vital importancia que contemos con ropa adecuada para hacer los entrenamientos veraniegos. Decántate por colores claros que no favorezcan la absorción del calor, prendas ligeras, transpirables para que nos ayuden a librarnos también del sudor y por supuesto adecuadas al tipo de deporte que vayamos a realizar.

5. Protégete siempre del sol

Utiliza un protector solar adecuado, incluso en las horas menos calurosas del día y no te olvides sobre todo de las zonas más expuestas como la cara, los hombros o los brazos. Si además te haces con una gorra o algún pañuelo para cubrir la cabeza mejor aún, ya que ayudarán a evitar una posible insolación o esos molestos dolores de cabeza que pueden llegar a aparecer si entrenamos a pleno sol. Aprovecha las fuentes o ríos para mojar la gorra o el pañuelo y refrescar la zona de la cabeza y la nuca.

6. Reduce la intensidad del entrenamiento

Como ya hemos dicho al principio, es completamente normal que durante el verano nos notemos mucho más cansados a causa del calor, además de que el cuerpo tarda más en recuperar. La causa de esto es que nuestro organismo también experimenta cambios con la subida de temperaturas y para poder bajarla hasta llegar a una temperatura óptima, que serían unos 36,5 °C, aumenta la sudoración o la vasodilatación de nuestros vasos sanguíneos periféricos (que llevan la sangre por ejemplo a nuestros brazos y piernas).

Así que para que la práctica de ejercicio se realice con seguridad y sin mareos, náuseas o golpes de calor, te aconsejamos que reduzcas un poco la intensidad de los entrenamientos, que incluyas descansos y que si lo consideras necesario incluso sustituyas el ejercicio aeróbico por entrenamientos o actividades de fuerza por ejemplo.

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