Los españoles somos de desayunar y, aunque hay alguno que se salta esta comida por falta de hambre o de tiempo, la mayoría arranca el día con algo de beber y comer que no suele variar.

Un buen desayuno después de ocho horas de sueño es fundamental para conseguir ese aporte de energía y de nutrientes que necesita nuestro organismo para llevar a cabo sus funciones vitales y de él depende que podamos llevar el día con más o menos vitalidad o incluso también cómo sea nuestro comportamiento a lo largo de él.

Pero la realidad es que todavía hay quien simplemente se toma un café de pie antes de salir corriendo para el trabajo, quien directamente se lo salta excusándose en la falta de tiempo por las mañanas o aquellos que todavía piensan que eso de que el desayuno sea la comida más importante del día es un mito o que no es de gran ayuda con la dieta.

Sobre esto último, es importante tener en cuenta que el desayuno también engorda, así que si es esto lo que te preocupa elige empezar el día con un desayuno saludable en el que haya fruta o verdura, hidratos de carbono, proteína, grasas saludables… Además esa primera comida es crucial para ayudar al metabolismo a quemar calorías durante el día.

Por otro lado, no olvides que la energía de nuestro cuerpo depende en gran parte de la glucosa y cuando nos despertamos los niveles de glucosa en sangre tienden a estar muy bajos porque el cuerpo no tiene capacidad de almacenarla, así que incluye cualquier producto que te pueda aportar glucosa (como el pan blanco, el chocolate, la miel, los copos de maíz, fruta, entre otros) porque esta es la gasolina que nuestro organismo necesita para activarse. También será de gran ayuda para dejar a un lado ese sueño que te impide concentrarte bien en tu trabajo y evitará que lleguemos a la comida con mucha hambre, por lo que también te ayudará mantener el peso a raya.

Los mejores desayunos para tener mucha energía

Hay una serie de alimentos clave que son fuente de vitaminas y minerales esenciales para aportar esa energía que necesitamos para combatir el cansancio y la fatiga durante el día. Repasamos lo que no debería faltar en tu desayuno para empezar el día con vitalidad:

  • Grasas buenas: Las grasas también son necesarias para que el organismo funcione, además ayudan a reparar los daños musculares y a regular el metabolismo. Por eso debemos escoger las más saludables o las denominadas grasas buenas que podremos encontrar en frutas secas, semillas, aceite de oliva sin cocinar, aguacate, atún, salmón, aceitunas, almendras…



  • Fruta: Las frutas son fuente de agua, vitaminas, minerales y también contienen fructosa y glucosa, por lo que son esenciales para mantener nuestro cuerpo hidratado y para eliminar toxinas acumuladas, también ayudan a regular el tránsito intestinal gracias a su alta cantidad en fibras y ayudarán a saciar nuestro estómago. Lo mejor será que las combines a tu antojo y que las completes con algún lácteo como el yogur, con carbohidratos o proteínas.



  • Hidratos de carbono saludables: Si lo que quieres es un desayuno completo y saludable, te recomendamos que te olvides de la bollería industrial y que te decantes por hidratos más saludables como los derivados de los cereales integrales, que además son ricos en minerales, vitaminas y fibra. El muesli, la avena, el pan integral o de centeno, entre otras opciones pueden ser una buena alternativa para aportar energía a los músculos y a nuestro cerebro a través del desayuno.



  • Lácteos: Un vaso de leche, yogur, queso… son algunas de las opciones con las que puedes compensar la falta de nutrientes que padece el cuerpo por la noche. En los lácteos también podrás encontrar los minerales, las proteínas y las grasas que necesitas para tener suficiente energía durante el día gracias a los aminoácidos y nutrientes que incluyen.

Ejemplo de desayunos que te aportarán la energía que necesitas:

  1. Infusión y sándwich vegetal con pan integral, lechuga, tomate, pavo y queso fresco.



  2. Zumo de naranja y un bol cereales integrales y avena con leche o yogur.



  3. Infusión de té verde, tostada de pan integral con aguacate, salmón y queso fresco y para terminar un puñado de nueces.



  4. Una fruta y tostada de pan integral con jamón, aceite y tomate. Para terminar y si aún tienes hambre, unos frutos secos con yogur y una cucharadita de miel.



  5. Café con leche y unas tortitas de avena con yogur, arándanos y un chorrito de miel.

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