La palabra bonsái es de origen japonés (bon-sai) que traducido quiere decir "plantado en una maceta pequeña". Son árboles normales, la única característica que les diferencia de los árboles que podemos encontrar en el campo es su reducido tamaño. Los bonsáis tienen este tamaño porque se atrofia su crecimiento. Por tanto, al igual que hay muchas especies de árboles, también hay infinidad de tipos de bonsái.

En el interior de la casas ofrecen una excelente decoración junto con las flores, pero hay que recordar que los bonsáis son plantas de exterior, como las orquídeas que son plantas exóticas que difícilmente se reproducen por semillas, pero son ideales en jardinería.

¿Qué es y qué tipos de bonsái hay?

Podemos decir que se trata de árboles a los que se les restringe la brotación vigorosa. Para conseguir su característico tamaño, se utilizan diferentes técnicas como la eliminación y selección de brotes. También se usa el alambrado de la rama, la poda o un abonado escaso, aunque siempre presente.

Es necesario saber que estos árboles crecen mucho mejor bajo el sol. Se pueden meter en el hogar de forma ocasional o cuando la climatología no acompañe y sea mala. Para trabajar estas plantas con su técnica, siempre se recomienda una buena luz natural.

Elementos indispensables para hacer un bonsái

Lo primero que hay que hacer es elegir la clase de árbol que queremos convertir. Puede ser un bonsái ficus o un bonsái olivo, por ejemplo. Otros árboles muy comunes son el arce y el enebro, conocido como "Juniper".

Otro elemento que hay que tener en cuenta es la clase de maceta en la que se va a plantar nuestro bonsái. Debe ser más ancho que alto y que no tenga demasiada profundidad. Lo que se busca con ello es restringir al máximo el crecimiento de sus raíces. Debemos buscar una maceta que tenga agujeros por debajo para que drene correctamente los excesos de agua y si no los tiene podemos hacérselos fácilmente, pero con cuidado de no romperla.

La tierra de calidad es indispensable y no vale de cualquier clase. Debe ser una tierra suelta, que mantenga un buen drenaje y que sea granulada. La razón es porque un exceso de agua puede acabar con el bonsái. Otra forma en la que puede morir es que la tierra esté muy compactada. Esto hará que el oxígeno no pueda pasar a las raíces.

¿Cómo podemos hacer un bonsái?

Coloca una malla o rejilla fina sobre los agujeros de drenaje de la maceta. Con ello, evitaremos que la tierra se salga sin evitar que el exceso de agua se drene. De forma opcional, se puede colocar un alambre como soporte del bonsái con el que lograremos además, que el bonsái crezca en determinada dirección. Debe ser un alambre fino pero resistente. Debe entrar por las puntas desde los agujeros de drenaje, de abajo hacia arriba. Podremos fijar el tronco de la planta y evitar así que no se mueva cuando estemos agregando la tierra.

En el momento que tengamos las plantas, es importante quitar la tierra con la que vienen cubiertas. Esa tierra no es adecuada, por tanto, hay que retirarla con paciencia. Para ello, podemos ayudarnos de una brocha o pincel de cerdas suaves. Además, es posible que tengamos que cortar parte de las raíces para poder acomodar la planta dentro del tiesto.

El siguiente paso es colocar la planta dentro de la maceta e incorporar la tierra. Si no se ha hecho nunca, lo más aconsejable es colocar la planta dentro de la maceta. Esto permite que quede con un mejor balance visual y se pueda rellenar de tierra de una manera más cómoda y sencilla. Debemos recordar que hay que rellenar bien los espacios, pero no hay que compactar la tierra.

Cuando acabemos de rellenar el recipiente, se puede utilizar un lápiz para punzar la tierra de forma delicada. Con esta acción nos aseguraremos el esparcimiento de la tierra y que o queden bolsas de aire entre las raíces.

La importancia de podar las ramas

El siguiente paso es podar el exceso de ramas que pudiera haber. Gracias a ello, podremos ir dándole forma a la planta. De esta forma, conseguiremos que se parezca a la de un árbol adulto en pleno crecimiento. Los profesionales aconsejan dejarla más frondosa en la parte superior para un mejor aspecto visual.

Una vez llegamos a este punto, uno de los mejores remedios caseros es colocar los bonsáis en un envase grande con agua. Como si fuéramos a hacer un baño María. El agua debe llegar un poco más de la mitad de la altura de la maceta del bonsái.

Uno de los trucos es que el agua entre por los agujeros de drenaje del tiesto. La tierra irá absorbiendo agua hasta su punto de saturación. Tardará unos 15 o 20 minutos aproximadamente y tras este tiempo sacaremos la maceta del recipiente.

Ahora sólo queda colocar la maceta en el exterior. Debe ser un lugar en el que reciba el sol directamente y donde se encuentre bien aireado. 

Poco a poco irá adaptándose a su nuevo hogar y no se tardará mucho en ver los excelentes resultados. Seguro que cuando veas lo fácil que es en la práctica, no tardarás mucho tiempo en generar más. Puedes hacer un pequeño huerto de ellos o preparar alguno para hacer un regalo excepcional.