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Cómo limpiar el suelo de la cocina sin dañarlo y dejándolo impoluto

¿Qué tipo de suelo tiene tu cocina? Es importante que aprendas cómo limpiar el suelo de la cocina en función del material del que esté hecho para que quede perfecto y dure más.

2 septiembre, 2019 16:31

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Cocinar sin manchar es una misión imposible. En mayor o menor medida, es normal que ensuciemos. Ollas, sartenes, la vitrocerámica, el horno y, cómo no, el suelo. 

Ya sea porque caen trocitos de comida cuando estamos picando los ingredientes que vamos a utilizar, que algún líquido salpica o peor aún, porque una jarra o plato se cae y su contenido acaba desparramado por el suelo. 

Por eso es tan importante limpiar el suelo de la cocina habitualmente y de forma adecuada. No solo para arreglar los posibles desastres sino también para mantener la higiene de este espacio.

Cómo limpiar el suelo de la cocina

Todos en algún momento hemos tenido que limpiar el suelo de la cocina y nos hemos planteado si lo estamos haciendo de forma correcta. Es muy importante prestar atención al material del que está hecho el suelo para no dañarlo, ya que no necesita los mismos cuidados un suelo de madera natural que uno cerámico. 

Por supuesto, nuestros objetivos son dejar un suelo impoluto, sin marcas ni manchas; que quede desinfectado y que luzca como nuevo. 

Para ello, estos son los pasos básicos para cualquier tipo de suelo. Después veremos qué hay que tener en cuenta en función del material. 

Quitar los restos a mano

Con papel absorbente o de cocina hay que retirar las salpicaduras o restos de comida que pueda haber el suelo, sobre todo cuando son líquidos o grasientos, para así evitar esparcirlos después con la escoba. 

Lo ideal es que hagamos esto según caiga el alimento al suelo, para evitar que deje marca y que así sea más fácil limpiarlo.

En caso de que no podamos hacerlo y que los restos de comida se endurezcan, tendremos que rascarlos con una esponja o incluso con una rasqueta si es muy complicado sacarlo. 

Para reblandecer ese tipo de manchas, mezcla agua y bicarbonato para formar una pasta. Déjala actuar sobre la mancha. 

Después prueba a usar la esponja por la parte suave humedecida en agua con una pizca de bicarbonato. Si no sale, entonces pasaríamos a usar la rasqueta pero siempre siendo muy cuidadosos para no rayar el suelo. 

Y un truco para cuando se moja el suelo o se mancha pero tenemos que seguir usándolo: para evitar que lo pisemos y acabemos llenando todo de huellas, una vez hayamos recogido el líquido que se ha caído, podemos colocar unas hojas de periódico o de alguna revista sobre el suelo. De ese modo, podremos pisar sin miedo a seguir manchando todo con los zapatos. 

Barrer o aspirar el polvo

Una vez hayamos retirado este tipo de restos del suelo, podemos pasar a barrer o aspirar la superficie para eliminar el polvo y los restos sólidos que hayan podido caer. Importantísimo no saltarnos este paso porque al fregar, podemos dejar el suelo peor de lo que estaba si no lo hacemos. 

Fregar el suelo de la cocina

Hazte con un cubo con escurridor y una buena fregona para el paso que cierra la limpieza básica de cualquier suelo. Cuando queremos desinfectar, lo más normal es usar agua y lejía o bien amoniaco (¡nunca juntos!) o bien un producto específico para limpiar suelos.

Ahora bien, ¿qué productos debemos usar en función del tipo de suelo de cocina? 

Cómo limpiar un suelo de cerámica o gres

Dado que se trata de suelos muy resistentes, se limpian con gran facilidad. Emplea agua tibia y cualquier producto de limpieza para suelos, aunque puedes optar por opciones más naturales que funcionarán perfectamente como el vinagre o el bicarbonato. 

Si quieres que brille aún más, una vez fregado, pasa una mopa o un trapo seco que puedes atar a la escoba, envolviendo las cerdas. ¡Quedará impoluto!

E importante: Escurre mucho la fregona antes de pasarla para que se seque más rápido y no queden marcas por el agua que se seque más tarde. 

Cómo limpiar un suelo de piedra natural

El granito, el mármol y la pizarra son los materiales con los que podemos cubrir el suelo de nuestra cocina. El aspecto será de los más elegante y sofisticado, por eso la limpieza no puede fallar. 

Se trata de un tipo de suelo que necesita ser pulido cada cierto tiempo si hemos escogido un acabado brillante. 

Por eso, lo mejor para limpiarlos es agua con jabón neutro. Si quieres desinfectarlo, añade un pequeño chorro de amoniaco. No tienes que preocuparte porque bien mezclado no va a dañar a la piedra. Además, es recomendable no dejarlo secar al aire, sino pasar un trapo seco después de fregar. 

En este caso, no uses nunca limón ni vinagre. Al ser ácidos pueden dañar la piedra y si pretendías conseguir un brillo extra, el efecto será todo el contrario. 

Cómo limpiar un suelo de madera o laminado

Como remedio natural, el vinagre blanco es el gran aliado de los suelos de madera y de los laminados porque ayuda no solo a desinfectarlo sino también a darle brillo. Usa medio vaso en un cubo de agua tibia.

Además, en el mercado encontramos muchísimos productos especialmente pensados para limpiar los suelos de madera, que son otra buena opción. 

Es importantísimo que el suelo de madera no absorba humedad, por lo que en este caso debes escurrir muy bien la fregona antes de pasarla. 

Irremediablemente necesitarás encerar el suelo de madera natural antes o después. Lo que puedes hacer también es aplicarle aceite cada seis meses. Por ejemplo el de almendras va muy bien y tu suelo quedará brillante y lustroso con la primera pasada. 

Limpiar un suelo de cocina porcelánico

piedra 2

piedra 2

Para las cocinas de suelo porcelánico lo ideal es emplear tres partes de agua y una de jabón neutro. Bien mezclado  para empapar la fregona, aunque debemos escurrirla bien antes de pasarla por el suelo. Los jabones puedes dejar marcas o cercos blanquecinos, de ahí que haya que escurrir la fregona bien y realizar la mezcla sin pasarnos con el jabón. 

Cómo limpiar un suelo de microcemento

Los suelos de microcemento para las cocinas son una clara tendencia gracias a su fácil instalación sobre cualquier otro suelo ya existente, su resistencia, la multitud de colores y acabados que podemos escoger y la ausencia de juntas. 

Aunque es muy resistente necesita de unos cuidados especiales diferentes al resto. Y es que en su caso debemos añadir a la clásica mezcla de agua tibia con jabón neutro un mantenedor de cera acrílica

Una vez se haya diluido, con la fregona muy escurrida lo esparciremos por toda la cocina. Tardará aproximadamente 30 minutos en secarse. 

Es muy importante no emplear lejía ni alcohol para no dañar un suelo de microcemento. 

Cómo limpiar suelos vinílicos

Existen productos pensados específicamente para la limpieza de suelos vinílicos, aunque también se puede emplear jabón neutro. Es fundamental usarlos mezclados con agua tibia y pasar la fregona muy escurrida

Limpiar suelos de cocina hidráulicos

En el mercado podremos encontrar diferentes limpiadores específicos para suelos hidráulicos que nos ayudarán a protegerlos, ya que absorben las manchas con mucha facilidad. 

En el día a día, con barrer y pasar una mopa o la fregona un poco húmeda será suficiente. 

Cómo limpiar un suelo de linóleo

El linóleo es uno de esos suelos que quedan impecables usando productos naturales. Por eso, una mezcla de agua tibia con vinagre blanco o bien con jabón neutro lo dejará impecable. Aunque también existen productos pensados específicamente para la limpieza de suelos de linóleo. 

El amoniaco está completamente desaconsejado para este tipo de superficies y si quieres que quede perfecto, es aconsejable pasar una mopa seca después de fregar, una vez que el linóleo esté seco. 

Cómo limpiar las juntas de las baldosas

Es increíble lo mucho que pueden ensuciarse las juntas de las baldosas de un suelo, lo feo que queda y cómo desluce cualquier cocina. Muchas veces no nos damos cuenta de lo sucio que estaba hasta que no limpiamos las juntas porque estos espacios se ensucian día tras día, aunque pasemos la escoba y la fregona a menudo. 

Limpiar las juntas es sencillo aunque laborioso. E irremediablemente vamos a tener que arrodillarnos y frotar. Pero el resultado merecerá la pena. Lo primero que debes hacer es limpiar el suelo de la cocina como habitualmente y después centrarte en las juntas. 

Existen productos específicos para la limpieza de las juntas. Suelen ser bastante fuertes, por lo que debes leer las instrucciones de uso del fabricante prestando mucha atención. Por lo general, vas a necesitar guantes y esponja o un cepillo de cerdas. Asegúrate también de que es un producto que puedes usar en tu tipo de suelo. También hay quien emplea aguafuerte para hacer esta limpieza. 

Pero si prefieres no usar productos tan agresivos, puedes realizar esta limpieza con agua y bicarbonato. Pon una taza de bicarbonato en un bol y añade una o dos cucharadas de agua caliente hasta formar una pasta, extiéndela sobre las juntas, déjala actuar unos minutos -o un buen rato si están muy sucias- y retírala frotando con un estropajo.

En cualquier caso, siempre es conveniente preguntar al fabricante de nuestro suelo por la mejor forma de limpiar el suelo de la cocina. Así evitaremos emplear fórmulas que pueden dañar esta superficie y podremos alargar su vida útil.