Me encanta el aroma que desprenden los limones en el frutero de la cocina, pero dejándolos ahí se estropean enseguida :-(. Y es que esa no es la mejor forma de conservar limones frescos si queremos que nos duren tiempo en buen estado y no queremos hacerlos encurtidos tal como os explicamos en este post.

Y es que a los limones les gusta el frío y la humedad, así que vamos a ver cómo y dónde debemos guardarlos para que nos duren el mayor tiempo posible.

Cómo conservar limones frescos

Y es que si compramos limones en el súper y no somos grandes consumidores de este cítrico a menudo nos vamos a encontrar con que tenemos que comprar una malla de 1 kg con varios limones que sería interesante que no se nos echasen a perder en casa. Aunque sinceramente, antes de que se echen a perder os recomiendo preparar un delicioso Lemon Curd casero y, si es necesario, regalárselo a alguien para que lo disfrute. Si no, la limonada casera es otra buena opción.

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Los limones necesitan frío

Si los dejamos en el frutero a temperatura ambiente nos durarán aproximadamente una semana. A medida que van pasando los días la piel se va resecando y endureciendo a la vez que van encogiendo.

Para comprobar cuál es la mejor forma de conservar limones frescos en America’s Test Kitchen hicieron un experimento que consistió en observar la evolución de los limones en cuatro condiciones distintas de almacenamiento:

  1. A temperatura ambiente, para poder comparar con los otros escenarios.
  2. En la nevera
  3. En la nevera dentro de una bolsa de plástico cerrada.
  4. En la nevera dentro de una bolsa de plástico cerrada y con un poco de agua en su interior.

Pasada la primera semana todos los limones que habían estado en la nevera estaban mejor conservados que los que estuvieron fuera.

Las ventajas de la humedad

De los tres grupos que se guardaron en la nevera, los que estaban “al aire” aguantaron dos semanas y los que estaban dentro de una bolsa cerrada aguantaron en perfectas condiciones hasta 4 semanas antes de que empezaran a aparecer signos de deshidratación y no se apreciaron diferencias significativas entre los que tenían agua en la bolsa y los que no.

Esto funciona porque la cáscara del limón es muy porosa y permite que salga la humedad del interior, por eso, cuando se guardan en una bolsa plástica cerrada, esta humedad se condensa en el plástico y mantiene una atmósfera húmeda que evita que la fruta se reseque, así de simple.

Así que ya sabéis, si tenéis exceso de limones, en la nevera y dentro de una bolsa bien cerrada.

Fuente | WonderHowTo

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