Es uno de los tipos de sal especiales de los que os hablamos hace algún tiempo y por ser menos habitual se suele encontrar solo como producto gourmet y a un precio elevado teniendo en cuenta que al fin y al cabo es sal. Pero hoy os voy a contar cómo hacer sal ahumada fácilmente y sin tener que pagarla más cara.

Personalmente es un tipo de sal que me gusta mucho porque me permite preparar en casa recetas como el salmón ahumado casero o disfrutar durante el invierno de un simple filete a la plancha sazonado con esta sal que le da ese saborcillo tan rico de la carne hecha en las brasas que tanto me gusta en verano. Y es que precisamente, aprovechando el humo de las brasas durante las parrilladas y las barbacoas del verano se puede ahumar suficiente cantidad de sal para disponer de ella hasta el verano siguiente.

Cómo hacer sal ahumada en una barbacoa

Es tan sencillo y tan obvio que casi da la risa. Si soléis hacer parrilladas o barbacoas al aire libre estaréis acostumbrados a llegar a casa oliendo a humo, la ropa el pelo y todo lo que se acerca a las brasas atrapa el olor a humo. Pues es fácil, pongamos la sal en línea directa con el humo durante una o dos horas y que se ahume bien. Básicamente se trata de eso.

Para hacerlo lo que necesitamos es:

  • Sal gruesa, 500 g (*)
  • Virutas de madera (**)
  • 1 bandeja que soporte el calor (***)

(*) Con medio kilo tendremos suficiente para todo el año, pero se puede hacer más cantidad y repartir.

(**) Si queremos que tenga aroma a alguna madera especial, como pueden ser sarmientos, encina o abedul.

(***) Puede ser una bandeja de aluminio desechable o una fuente de horno si no nos importa fregarla después.

Si vamos a usar virutas de madera para aromatizar, las ponemos a remojo en agua durante una hora y luego las secamos bien con un paño limpio.

A la hora de preparar el fuego con el carbón hay que tener en cuenta que lo que buscamos es ahumar la sal, no cocinarla, así que haremos fuego con el carbón solo en un lado de la parrilla dejando el otro libre para colocar la sal y que reciba el humo. Para elegir en qué lado se hace el fuego es importante fijarse en la dirección del viento para asegurarse de que el humo va directo a la sal y no en sentido contrario.

Cuando se hayan formado las brasas, añadimos las virutas y colocamos la sal bien extendida sobre nuestra bandeja que pondremos en el lado libre de la parrilla.

Y ahora, esperar, con una hora será suficiente, aunque se puede dejar más tiempo si queremos un sabor a humo muy concentrado.

Para terminar, solo hay que esperar a que se enfríe la sal completamente y guardarla en frascos bien cerrados. El aroma a humo aguanta muchísimo más tiempo si se guarda la sal ahumada en varios frascos pequeños que si se guarda en uno grande, pues si guardamos mucha cantidad cada vez que se abre el bote pierde un poco de aroma y cuando llegamos al final se ha perdido mucho más aroma que si hubiésemos tenido esa sal en un frasco sin abrir.

Os dejo un vídeo en el que podéis ver fotografías de cómo hacer sal ahumada por si la explicación no os ha quedado clara, aunque espero que sí.

Y ahora que ya todos sabemos cómo hacer sal ahumada para disponer de ella sin gastarnos una pasta, ¡a disfrutar de ella siempre que nos apetezca!

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