Un bote de garbanzos en un supermercado.

Un bote de garbanzos en un supermercado. iStock

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Adiós a los botes de conserva: el sencillo truco para que los garbanzos estén listos para comer en cualquier momento

Con un sencillo método de remojo, cambio de agua y congelación, tendrás garbanzos frescos y listos para tus recetas favoritas.

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Los garbanzos son un ingrediente imprescindible en una amplia cantidad de recetas de la gastronomía española, por lo que se trata de una legumbre que siempre es interesante tener en casa. La mayoría de las personas prefieren optar por los garbanzos naturales, pero la comodidad que ofrecen los botes de conserva hace que se recurra a ellos con cada vez más frecuente.

De hecho, se trata de una excelente opción para poder tener siempre a mano esta legumbre, si bien hay que tener presente que existen algunas alternativas, ya que existe un sencillo truco para tener siempre garbanzos listos en casa y sin tener que recurrir a los botes de conserva.

Se trata de un consejo muy a tener en cuenta para poder disfrutar de garbanzos listos en casa para cualquier receta, sin que sea necesario recurrir a un bote de conserva. En todo caso, recuerda que los garbanzos en botes de conserva son un alimento que se puede comer sin problemas y que tiene grandes beneficios a nivel nutricional.

Cómo tener siempre garbanzos listos para preparar

Con un sencillo truco podrás tener garbanzos listos en casa durante mucho tiempo listos para preparar y sin que sea necesario comprar botes de conserva. El truco es sencillo, y consiste en un remojo nocturno, cambios de agua periódicos y la congelación.

De esta manera, el proceso se inicia con un remojo de la forma tradicional, dejando los garbanzos en agua durante toda la noche, lo que es necesario para poder rehidratarlos y prepararlos para su cocción. No obstante, se debe cambiar el agua en el que se encuentran cada tres horas. Se trata de un pequeño esfuerzo que es muy eficaz, al eliminar las sustancias que causan los molestos gases intestinales que muchas personas asocian con las legumbres.

Después de que los garbanzos hayan pasado la noche en remojo, solo hay que escurrir los garbanzos y guardarlos en bolsas de congelación, para que así estén totalmente listos para poder utilizarlos cuando se necesite. El congelador detiene el proceso de hidratación justo en el punto ideal, lo que conserva tanto la textura como los nutrientes de estas legumbres.

Para cocinarlos es suficiente con sacarlos del congelador y añadirlos de manera directa al agua hirviendo, lo que hará que se cocinen en mucho menos tiempo. Este método permite ahorrar tiempo, pero también lleva asociadas otras ventajas interesantes, como el poder disfrutar de un sabor y una textura mucho más frescos que los de conserva, lo que contribuye a mejorar la calidad de los platos mientras se ahorra dinero en botes de conserva.

Trucos para preparar y cocinar las legumbres

Las legumbres son claves dentro de una dieta equilibrada, siendo un grupo de alimentos que se han convertido en un gran tesoro para la salud gracias a su alto contenido en fibra y proteínas, así como en su amplia diversidad de tamaños, formas y colores. Las legumbres siempre han sido una parte fundamental de muchas dietas y culturas.

Los expertos recomiendan un consumo semanal de al menos tres raciones de legumbres, aunque la mayoría de personas no llegan a ese mínimo, en ocasiones por un desconocimiento para su cocinado, porque se les atribuye digestiones "pesadas" e incluso por pereza en la cocina.

Además, es habitual que se compren en bote que, aunque es una buena opción, en algunos casos tienen aditivos y sal añadida que hacen que no sean del todo saludables, a lo que hay que sumar su precio, que puede llegar a cuadruplicar el de la legumbre seca.

Teniendo esto en cuenta, hay que saber una serie de consejos y recomendaciones para aplicar y conseguir el mejor resultado a la hora de preparar y cocinar las legumbres. Para empezar, es aconsejable remojar más legumbres de las que se necesitan cocinar y congelar el sobrante, de manera que en el futuro lo puedas usar de una manera inmediata.

En el caso de que se te haya olvidado remojarlas o simplemente no tienes tiempo suficiente, podrás recurrir a un "método rápido", que consiste en poner las legumbres en una olla para cubrirlas con agua abundante y llevar a ebullición, para seguidamente hervirlas durante un par de minutos, retirar del fuego y dejar que permanezca en remojo durante un periodo de dos a cuatro horas.

Por otro lado, si las legumbres te dan gases, cambia el agua en remojo cada tres horas para poder ayudar a minimizar los mismos, mientras que, en los meses de verano, o cuando hace mucho calor, es preferible remojar las legumbres dentro de la nevera, para evitar así que estas puedan germinar o fermentar.

Durante la cocción, hay algunas recomendaciones básicas, como son renovar el agua para cocinar las legumbres, desechando la de remojo. Asimismo, sería aconsejable agregar algas, laurel o comino al agua de cocción, y mientras que las primeras potenciarán el sabor, el comino aportará un toque "exótico" a tus recetas.

También debes retirar la espuma que sale del hervor, que es lo que ayudará a la digestión, pues se estarán quitando azúcares que luego se fermentarían en tu intestino, que causan los tan perjudiciales gases. De igual modo, se aconseja usar una olla express, con la que se consigue reducir el tiempo de cocinado a la mitad y permite ahorrar una importante cantidad de energía.

Para finalizar, hay quienes recomiendan agregar la sal o sazonador preferido en los últimos 10 minutos de cocción.